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—Tu novio me llamo hace rato —comentó el Alfa al pelirrojo que comía tan tranquilo en la sala que tenían para los descansos, lo observó asentir y continuó hablando—. Me dijo que Chanhee quería ver a Kevin... Sabes que no me gusta ese tipo de cercanía entre los niños, Jeongin.

El menor alzó una ceja, molesto, su hijo simplemente veía a Kevin como su mejor y único amigo.

—¿A qué tipo de cercanía te refieres? Son mejores amigos, ¿quieres que peleen acaso? —e Alfa bufó, cruzándose de brazos.

—Primero, soy mayor. Segundo, me refiero a que Chanhee es un Omega que desde pequeño se le ve que quiere estar con un Alfa como mi hijo. Kevin va estar con una Omega, Jeongin, no con un niño.

—Te ganas los respetos, Hyunjin —dijo cerrando su mochila—. ¿Y qué si a Kevin le gusta mi hijo? —retó poniéndose de pie—. ¿Le pegarás a tu propio hijo para que vea el mundo como te gusta a ti y no como le gusta a él? ¿Sabes? Me da que son destinados, ¿eres consciente de lo que significa eso? Tendrás que matarlo para romper su lazo, que desde ahora te digo, ni yo ni Chan vamos a tocar —aclaró pasando por el lado del mayor, pero este lo tomó del brazo.

—Solo eres un Omega, Jeongin. Te vas muy subido por tener un Alfa y estar marcado, pero, así como vino, así se irá y te dejará a ti con dos cachorros, ¿qué harás?

—Suéltame o tendremos problemas, Hwang —amenazó sacándose la mano del castaño que sonrió con orgullo—. Nunca en mi vida he necesitado de un Alfa, y si ahora lo hago es porque es mi destinado y para tu información, nosotros sí nos tenemos amor, no como tú y la pobre de tu Omega —soltó cruzándose de brazos.

—Te comerás tus propias palabras cuando Chan encuentre a un Omega más atractivo, más joven y sin hijos, dispuesto a entregarse a él y tú pasarías a segundo plano, siendo sólo el que cuida de los cachorros y lleva la casa, como un Omega, Jeongin.

—Si sigues provocándome acabaremos muy mal, Hwang Hyunjin. Nadie te ha hecho nada para que estés metiéndote en mi vida. Si esto es por los cachorros, lo siento, pero no haré nada para cambiar a mi hijo. Si tú quieres llevarte a Kevin u obligarlo a que deje de ver de esa manera a Chanhee, es tu problema.

Salió de la sala y se encerró en el baño del hospital, marcando el número de su pareja, no dejaría que alguien como Hyunjin se metiera en su vida, menos que le hiciera ver a su hijo como algo malo.

—Chan, te he dicho muchas veces que Hyunjin no le gusta que estén juntos.

—Pero Hee tiene muchas ganas de estar con él fuera del colegio, son cachorros, qué más le da, solo son niños que quieren jugar... —renegó el Alfa, observando a los niños jugar en el patio pues era su hora de receso.

—Lo sé, pero tengo miedo que le llegue a hacer algo a mi cachorro, Chan... —dijo ahora más bajito.

—Hey —animó Chan con una sonrisa—. Es nuestro cachorro —dijo haciendo que Jeongin sonriera—. No dejaré que le haga algo malo, primero tendrá que matarme a mí para hacerle algo a mi niño...

Jeongin jamás había conocido a algún Alfa que se hiciera cargo del hijo de otro Alfa, pero Chan era esa excepción que hacía todo lo contrario que un Alfa normal. Y amaba eso de su novio.

—Gracias... —murmuró con las mejillas coloreadas de un fuerte rojo.

—No me des las gracias por algo que me corresponde hacer como tu Alfa y el padre de tus hijos, Jeongin...


(...)

El castaño lloró en brazos del azabache cuando le dijo que hoy tampoco iba a poder pasar tiempo con Kevin, pero se le pasó un poco cuando le compró un helado y le distrajo hablándole de temas que le gustaban al menor, como coches o comida. Le llevó en brazos hasta la guardería de Hee, donde recogió a Yuqi también.

Salió de allí con los tres mejores, los dos pequeños en brazos, y el mayor caminado pero contento por tener a su hermanito y a su amiga en casa para poder jugar.

Al llegar a casa, hizo lo de siempre, los tres niños se ponían a jugar y él les quitaba el uniforme a todos, Yuqi tenía un cambio de ropa en casa para que no estuviera con el uniforme todo el día.

Después iba a la cocina y picaba frutas en trozos y hacía papillas para los más pequeñitos, los tres se sentaban en la mesa y comenzaban a comer gustosos pues les encantaba la fruta.

Chan observó a Yuqi, una niña hermosa y bien educada cuando quería. Sus rasgos son de ambos padres, teniendo unos enormes belfos rosaditos y unos ojos gatunos oscuros, su pelo azabache y sus expresiones son herencia de Changbin, lástima que este se esté perdiendo tan bello regalo. Era una niña maravillosa, que amaba jugar y dormir con su padre, le encantaban las fresas y el chocolate.

Incluso él se ponía triste al pensar en cómo la pequeña asimiló el cambio de casa, la falta de aroma y cariño de parte de su otro padre, el aroma cargado de dolor que soltaba su papá por las noches, sus lágrimas... Es triste pensar que tan bello ángel pasó por todo eso cuando no era necesario, cuando Changbin pudo darse cuenta lo que le estaba ocasionado a su propia bebé, tenía apenas tres meses cuando empezó a gritarle que se callara, ella solo tenía hambre. Escuchaba los gritos del Alfa y los llantos del Omega, el aroma agrio que portaba Félix cuando la cargaba...

Suspiró marcando el número de Changbin pues tenía una llamada perdida de él desde esa misma mañana, pero le fue imposible contestar, se aseguró de que todos estuvieran bien antes de ir a la habitación que compartía con su Omega.

—¿Con quién estás, Chan? —fue lo primero que pronunció el Alfa mayor cuando contestó la llamada.

—Buenas tardes a ti también, Bin —se burló el menor con una sonrisa juguetona—. Pues, con los niños... —se limitó y el mayor dejó salir un bufido.

—¿Estás... con Yuqi? —cuestionó tímido y tragando duro después.

—Veo que sabes su nombre —comentó ahora Chan con un semblante más serio—. Sí, ella está jugando. ¿Se te ofrece algo?

—No tienes el derecho de odiarme, Chan. Yo a ti no te he hecho nada.

—Félix es como mi hermano mayor, él siempre me dice qué hacer y está pendiente de mí. ¿Sabes ya todo lo que le ha costado poder sobrevivir solo con una cachorrita de apenas seis meses de vida? ¿Cómo no odiarte, Bin, si he visto con mis propios ojos cómo destrozabas la vida de Félix? He visto cómo te deshacías de tu propia hija, ¿eso es de admirar acaso? ¿Debería felicitarte por lo que hiciste?

—Yo solo... —se escuchó un sollozo de parte del mayor, Chan negó levemente a la nada.

—Las lágrimas de Félix fueron derramadas por tus errores, que tú llores no me va a hacer cambiar de parecer, Hyung. ¿Sabes cuándo es el cumpleaños de Yuqi? ¿Sabes cuánto lloró Félix esperando una puta llamada de tu parte para ver a una cachorrita que fue traumada desde pequeña?

—Es el veintitrés de septiembre, ¿crees que yo no quería llamarle? ¿Crees que yo no me quedé fuera de tu departamento escuchando cómo hablaban? Estuve allí. No llamé porque sabía que Félix me iba a echar...

—Él estaba deseando verte —cortó el menor—. A pesar del dolor que le causaste, fuiste su pareja por muchos años y olvidar ese amor para él sigue siendo difícil, pero no imposible de olvidar.

—Déjame ver a Yuqi —pidió de repente el mayor retirando sus lágrimas—. Quiero verla...

—A Lee Yuqi no le apetece hablar contigo, está esperando a que su papá venga a recogerla, que será dentro de unos diez minutos.

—A Lee Yuqi no le apetece hablar contigo, está esperando a que su papá venga a recogerla, que será dentro de unos diez minutos

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To rent¹ ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora