Capítulo 13

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La caída duró bastante hasta que los dos se hundieron en el agua. Aquel agujero por el que habían caído era un pozo de mucha profundidad. El agua no cubría mucho, pero lo suficiente para amortiguar la caída. 

El pozo era estrecho y claustrofóbico, pero tenían suficiente espacio para los dos. Dahlia se levantó algo mareada y dolorida por el impacto de la caída, miró hacia arriba y vio la salida.

Edric, en cambió, aún se encontraba tumbado en el agua sin emitir ningún sonido. Dahlia lo empujó varias veces hasta que este por fin reaccionó y abrió los ojos.

— ¿Dónde estamos? — preguntó Dahlia sin esperar una respuesta.

La voz de Dahlia resonó por las paredes.

— ¿Por qué hemos decidido ir a este lugar? — comentó por fin Edric mientras se levantaba e intentaba arreglarse un poco.

— ¿Enserio?, acabamos de caernos a un agujero sin salida y lo primero que se te ocurre es peinarte.

— Está claro que de aquí no vamos a salir así que prefiero morir con dignidad — habló Edric escurriéndose la camiseta.

Dahlia rodó los ojos.

— No vamos a morir, tiene que haber alguna salida.

Las paredes habían sido construidas con grandes piedras. Dahlia comenzó a tocarlas, con la esperanza de que pasara algo.

— La única salida que veo es la que está ahí arriba — dijo Edric mirando a Dahlia.

— Tiene que haber otra salida a parte de esa, no creo que se termine todo aquí, intenta encontrar algo por las paredes.

Los dos comenzaron a dar golpes a la pared, pero no encontraron nada. Dahlia se rindió, cansada de intentar romper alguna roca, con la esperanza de encontrar algo.

— No hay salida.

Sus cuerpos ya habían empezado a tiritar debido a la baja temperatura del agua.

Edric siguió intentando, pero nada, no había ningún tipo de salida. Sin embargo, cuando Edric se apoyó en la pared, dándose por vencido, en una de las paredes se abrió un pequeño agujero en el que podrían entrar.

— ¿Ves algo? —preguntó Dahlia, mientras Edric miraba dentro del agujero.

— Está demasiado oscuro, espera un momento.

De sus manos salió una pequeña chispa que hizo que se iluminará un poco más el pequeño lugar, apuntó con la luz hacia la oscuridad y con la ayuda de la llama pudieron ver que se trataba de un pasillo del que difícilmente se podía ver el final.

Dahlia frunció el ceño. Al mirar a Edric pudo notar como este tenía la misma expresión que ella. Sin tener que decir nada los dos sabían que aquella era su única escapatoria. Edric, con cuidado de no tropezarse, entró al pasadizo e iluminó a Dahlia para que hiciera lo mismo.

Los dos andaban despacio y temblaban de frío, al estar bajo tierra las temperaturas eran bastante bajas. El moho y la humedad estaban por todos lados y el olor a putrefacción se fue poco a poco impregnando en sus prendas llegando al punto en el que ya no notaban el mal olor.

Su ropa aún seguía mojada, por lo que se les hacía más complicado andar con normalidad.

— ¿Qué más decía el mapa? — Dahlia intentó pensar en otra cosa.

Edric lo sacó de su bolsillo y, tras escurrirlo como pudo, empezó a leer en alto.

— Espera la llegada de aquél que lo libere — después hizo una pausa para seguir leyendo, al estar el mapa mojado la lectura le resultaba más complicada— ¿Crees que Demerak se encuentra aquí abajo?

El resurgir de las sombras (A.L.P) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora