16| un paso más cerca

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BAGHRA NO QUISO RECIBIRLA PORQUE tenía una reunión con el Oscuro, que ni él mismo sabía, lo que fue gracioso pues la mujer parecía sacarlo de sus casillas

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BAGHRA NO QUISO RECIBIRLA PORQUE tenía una reunión con el Oscuro, que ni él mismo sabía, lo que fue gracioso pues la mujer parecía sacarlo de sus casillas.
Iba tan ensimismada en sí misma, que no alcanzo a ver al terremoto pequeño que corría hacia ella con lágrimas en sus ojos. Cuando Arabella elevó la mirada, pudo ver al niño que siempre a la lejanía observaba. Aaron.

El niño se lanzó a sus brazos y la pelirroja lo sostuvo con firmeza. Las piernas del pequeño se enredaron en su cadera y sus brazos rodearon su cuello. La ojiverde observó a todos esos niños que frenaron en seco al verla.

—Lastimarme quieren ellos.—susurró el niño, enterrando su rostro en el cuello pálido de Bella.

—¿Qué está pasando aquí?—inquirió tratando de contener su furia, porque eran niños después de todo—¿Por qué quieren siempre lastimar a Aaron? ¿Qué fue lo que él les hizo para que lo traten así?—preguntaba, dando con cada pregunta, un paso hacia los niños. No pasaban de los 8 y 12 años.

—Es un miedoso, no debería ser un grisha si no sabe usar su ciencia.—dijo con diversión un niño rubio, chocando puños con otra rubio.

—Es raro y siempre espera a su mamita.

—¡Despierta, tonto, no la veras nunca más!

—¡Te abandonó por una pequeña porción de monedas!

—¿Qué se siente que tu madre no haya peleado por ti?

La mirada de la pelirroja se oscureció, lo molestaban solo por molestar.

—¡Es suficiente!—rugió Bella, y los niños retrocedieron ante el cambio de color en los ojos de la mujer pelirroja. Detrás de ella su poder se hizo presente, serpenteando a la espera de algún movimiento de la mujer, dejando horrorizados a los niños al saber con quién trataban. Habían escuchado los rumores—¡Largo antes de que los acuse con el Oscuro!

Los niños corrieron despavoridos, gritando cosas sobre ella y los monstruos o algo así. No estaba tan preocupada por ellos, si no por el pequeño que aún se encontraba pegado a ella como un koala.
Aaron sintió un cosquilleo en su mejilla y alejo su rostro del cuello de Bella solo para ver un pequeño pajarito rojo revoloteando a su alrededor. El pelinegro soltó una risita, fascinado con el poder de Arabella. La pelirroja sonreía maravillada.

𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑 / 𝐴𝑙𝑒𝑘𝑠𝑎𝑛𝑑𝑒𝑟 𝑀𝑜𝑟𝑜𝑧𝑜𝑣𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora