Capítulo 31

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Este capítulo tiene menciones de violencia

Desde el primer momento que Orhan zarpó en el barco comenzó su martirio y no por estar lejos de todas las personas que había llegado a apreciar, ni tampoco por los enfrentamientos con piratas o mercenarios que enfrentaría para recuperar las vías de comercio marítimo, no. Para su mala suerte desde la primera noche en altamar inicio con unas horribles náuseas que terminaban con él vomitando cualquier cosa que hubiese ingerido, por eso para evitar mostrar que tenía una debilidad tan grande como esa ante sus hombres habia sido necesario que pasará la mayoría del tiempo su camarote alegando que se encontraba diseñando estrategias para cuando se encontraran con cualquier enemigo. Pero la verdad era que gran parte del tiempo se encontraba durmiendo o escribiendo cartas para su hermana y esposa.

Habían pasado las primeras cuatro semanas en relativa tranquilidad, con él vomitando solo un poco a comparación de la primera semana, lo que le ayudo a darle un seguimiento a los barcos y los hombres que se encontraban bajo su cuidado.

Los cuales para su sorpresa se comportaban con gran responsabilidad, haciendo todo lo que se les pedía sin tener alguna objeción, lo que en cierta forma le tranquilizó pues tenía sus dudas sobre si con la armada que llevaba podría ser suficiente para acabar con los piratas y mercenarios que se encontraban a lo que eran algunas leguas marinas de dónde se ubicaban actualmente.

Estaba seguro que con el clima y el aire que hacía en esa tarde como muy tarde se encontrarían en el lugar donde ocurrían las principales emboscadas a los barcos de comercio que se dirigían a su provincia pues era un punto estratégico en dónde se encontraban diversas formaciones rocosas que les permitían esconder los barcos para lograr así emboscadas y la distancia con algunas islas que tenían conquistadas no era mucha, por lo que según sus informantes fácilmente los piratas podían huir si se sentían estar en desventaja. Cuando leyó aquello se encontró desconcertado pues le pareció que aquellos hombres parecían tener una civilización bastante estructurada.

"¡Su alteza!¡Barco a la vista!" Escucho gritar al hombre que se encontraba en el carajo.

"¡Hombres prepárense para cualquier situación, tomen sus espadas y preparen los cañones!" Comando el general, esperando alguna indicación del príncipe.

"¡Prepárense para defender nuestros mares, nuestra patria, todo en honor de nuestra dinastía y darle la gloria a mi padre el gran Sultán Selim!"

Al escuchar aquello del joven, todos los jenizaros iniciaron a dar gritos de guerra.

"¡Los barcos se acercan, están a una legua de nosotros!, ¡Su alteza se encuentran preparando sus cañones en nuestra dirección!" Gritó el joven soldado que se encontraba en el carajo preocupado

"¡Cuando estemos a media legua de distancia lanzamos el primer cañonazo, mientras tanto todos los arqueros van a sus posiciones". Siguió Orhan tratando de ser lo más tranquilo posible, tratando de sofocar las náuseas que sentía.

Los cañonazos iniciaron a dispararse entre ambos los barcos, sin darse ninguno aún, por lo que Orhan empezó a disparar flechas tratando de darle al hombre que parecía haber dado las órdenes en el barco enemigo, aquello fue la señal esperada para que los demás arqueros iniciaran con su tarea, pero Orhan rápido se pudo dar cuenta de que una gran parte de los hombres tenían una puntería bastante mala, pues las flechas acaban en el mar o clavadas en la nada, eso ciertamente le desconcertó pues en tierra firme aquellos hombres habían demostrado ser bastante aptos, pero ahora no tenía tiempo para errores así que dió la orden de que pararan pues sería un desperdicio de las municiones el que siguieran lanzando flechas. Ya después analizaría los posibles causas del porque la situación había terminado así, ahora lo que realmente importaba era que salieran lo más intactos posibles.

El sultán protector (HürremxMahidevranxOrhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora