Capítulo 27

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Después de escuchar las palabras de la sultana menor, todas las mujeres en la habitación se quedaron calladas.

La Valide Sultan por un momento se sintió culpable por fomentar y apoyar el que todas sus hijas tuvieran una actitud sobreprotectora con Orhan pues a comparación de su hijo mayor, su pequeño príncipe, desde que había nacido era un bebé de un tamaño menor que cualquiera de sus hijas. Con unas manitas tan chiquitas que apenas cubrían su dedo meñique, las parteras y el médico imperial incluso llegaron a decirle que no sobreviviria al invierno. Sin embargo, como todo un guerrero su pequeño vio esa estación y todas las siguientes.

Así el tiempo inicio a pasar y con eso demostró ser un niño de lo más noble y obediente, pues cualquier cuestión que ella le pedía la realizaba, sin cuestionar o contradecirle a comparación de su pequeña Sah que parecía siempre tener el carácter que le faltaba a su hermano, lo que en muchas ocasiones provocaba murmullos sobre como la sultana había robado en el vientre las aptitudes de su mellizo.

Que feliz fue en los primeros años de sus mellizos, hasta que pasó aquello que mando a su león a estar en cama durante muchas lunas. Recuerda lo desconsolada que se encontró cuando le comunicaron que había caído enfermo, y como sufrió al verlo sin despertar en su recamara solamente gimiendo como si tuviese un gran dolor que ella no podía quitarle, fueron días y noches rezando por un milagro de Allah para que pudiera salvarle.

Comparando esa preocupación con la que sentía actualmente, el sentimiento era realmente distinto, pero igual de desgastante. Pues aunque ahora con todos los años pasados desde ese suceso y su león dejando de ser un pequeño príncipe para dar paso a un hombre fuerte como cualquiera de la dinastía con grandes responsabilidades con el Imperio y una esposa propia de la cual hacerse cargo.

Para ella la verdad que había tratado de evitar durante tantos años se volvió realidad. Siempre supo que sus hijos estaban destinados a hacer grandes cosas, pero desde que lo tuvo a él en sus brazos cuando era un tierno recién nacido sintió un miedo inimaginable pues al haber nacido como descendiente de la dinastía Osmanlí y ser el menor de los hijos del sultán sabía que tenía grandes obstáculos a enfrentar, pues no solo debía preocuparse por sus interacciones con los demás hijos de su esposo, sino por el enfrentamiento con su propio hermano, su lindo Suleyman quien tenía los ojos de un tono azul tan claros como el cielo cuando el sol estaba en el punto más alto.

Cuando vuelve a recordar ese día del nacimiento de su segundo león siente su corazón estremecerse pues por primera vez ese día llegó a ella la realidad de que en algún momento del futuro debería perder a alguno de sus hijos por causa del Imperio, ya sea el pequeñito que tenía en sus brazos que se quejaba como un lindo gatito, o al dulce niño de ojos azules que la seguía a todos lados llamandola mamá.

Sabía que aunque su forma de vida era cómoda a comparación de muchas mujeres, pues podría obtener cualquier cosa que deseaba pagaría con la sangre de sus hijos aquellas riquezas. Recuerda lo ilusa que había sido la primera vez que llegó al palacio pues se encontraba feliz por ser la esposa del sultán.

Pero gracias a Allah por su madre quien le hablo con la claridad que ella no tenía por estar enamorada del Sultán pues le hablo directamente diciendo que tendría que sufrir la perdida de uno, de varios o si no era de todos sus hijos varones, solo para que alguno se sentara en aquel trono, que dirigiría al Imperio Otomano. Pues aunque incluso sus hijos no codiciaran aquel preciado lugar para toda la dinastía, los otros hijos de su esposo no descansarían hasta verles muertos para poder asegurar su destino.

Entonces desde el momento que su príncipe sobrevivió a aquella enfermedad se dedicó a protegerlos de una manera más activa. Por eso debía casar a Orhan con Alexandra.
Sabía que era egoísta su actuar con la princesa que habia entrado en el harén de su hijo, pero no podía permitir que la situación se saliera de sus manos después de todo, a pesar de las diversas mujeres del harén de su marido ella había logrado mantener su estatus como Valide durante tantos años y con la pequeña interacción con la príncesa se encontró recordando una parte de ella que era mejor no pensar.

El sultán protector (HürremxMahidevranxOrhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora