El sultán protector (HürremxMahidevranxOrhan)

Capítulo 1

La vida antes de despertar como Orhan había sido buena o al menos las partes que recuerda, en su memoria tenía algunos recuerdos siendo un joven universitario preocupado en terminar su carrera. En cuestion familiar tenía dos hermanas: una mayor que le cuidaba, a la que estuvo muy apegado porque acudía a ella para todo tipo de cuestiones, y una menor a la cual quería tanto desde el momento que la trajeron del hospital, la niña desde que pudo hablar le seguía a casi todas partes de tener oportunidad. Sus padres no estaban del todo claros en sus recuerdos, pero parecia que estuvieron presentes, cuando era necesario.

Hablando del lado sentimental parecía que no había formalizado nunca nada con nadie, aunque ciertamente entendía esto, por lo que podía ver en sus memorias siempre había sido un tanto torpe con las interacciones humanas, desde las amistades a las relaciones fuera de sus hermanas. Siempre prefiriendo la compañía de los libros o animales, ya que ellos tendían a no juzgarte y no esperar nada de ti.

Lo último que viene a su mente antes de despertar en su nuevo cuerpo era el hecho de estar haciendo una investigación sobre el Imperio Otomano hasta quedarse dormido. Para después abrir los ojos y notar que su cuerpo era relativamente pequeño, antes de que pudiera analizar más se dió cuenta que le dolia hasta el más mínimo movimiento, al intentar sentarse una mujer joven y hermosa, que portaba lo que parecia una corona de esmeraldas y un vestido largo le tomo en sus brazos de manera fuerte e inicio con sollozos.

-Mi león, estoy tan feliz de que pudieras despertar. Allah fue misericordioso con nosotros- Al decir esto tomo su rostro e inicio a besarle suavemente la frente.

La puerta de repente se abrio con varios sirvientes, entre ellos Aydan una de las criadas de mayor confianza de la sultana, ella entro con el agua que le había pedido la sultana hace unos momentos para bajar la temperatura corporal del principe.

-¡Aydan, llamá al medico imperial para que revise a nuestro principe y que Kadir le de inmediatamente la noticia al gran sultán, díciendole que Orhan despertó!

Los nombrados de inmediato salieron de la habitación dirigiendose a los lugares pedidos por la sultana.

Mientras la conmoción pasaba,  el joven de cabellos negros quien acababa de despertar, sintió un fuerte dolor de cabeza al escuchar ese nombre, en un instante vinieron a su mente cientos de imágenes sobre la vida del cuerpo que ahora habitaba. 

Su nombre era Orhan, el último hijo varón del Sultán Selim I, su madre era Ayşe Hafsa Sultan. Sus hermanos de ambos padres de mayor a menor eran: Behyan, Fatma, Suleyman, su melliza Sah y Hatice. Había estado en cama luego de contraer lo que por sus sintomas parecía tuberculosis durante semanas padeció de una tos intensa que luego se torno con sangre, dolor en el pecho, una gran fatiga, fiebre y sudores nocturnos. El cuerpo del pequeño Orhan no había soportado la enfermedad mueriendo, permitiendo así que su alma entrara en él.

Parecia que Orhan durante sus primeros siete años de vida se encontró bajo la protección total de su madre la sultana, aprovechando todo el tiempo para jugar con sus hermanas, lo que ciertamente lo convirtio en alguien débil ante los ojos de su padre, hermanos, beys y pashas. Aunque tenía una memorización bastante buena parecía no demostrarlo, Orhan tenía también una afición con el arte algo que aunque no disgustaba al Imperio, no era prioridad en tiempos de guerra como las que vivieron en el tiempo de Selim I.  La unica cualidad salvadora que tenía para su padre era la equitación. Esto último debido a que creía que sus leones deberían demostrar a lo menos una cualidad digna de su dinastía y que mejor que haber visto a un niño de seis años acercarse a un caballo sin temor alguno.

Es por esto que antes de enfermar, el Sultán Selim buscó al mejor de sus jenízaros para que lo instruyera, sin embargo, eso no alcanzo a suceder debido a su repentina enfermedad. Lo que le dejaba pensando cómo pudo haberla contraido, recordando que la tuberculosis era algo realmente peligroso, algo  no cuadraba con lo sucedido parecía que fue el único afectado, incluso cuando convivió con sus hermanas. Era bastante raro, por la densidad de la población así como las pobres condiciones sanitarias que caracterizaban a las ciudades en la antiguedad, eran el ambiente ideal para la propagación de la enfermedad o incluso una epidemia. Sin embargo, solamente él la contrajo.