Instituto Vittorio Emmanuelle

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                      Samantha
“Bien hoy es el día” pensé observándome en el espejo después de haberme puesto el uniforme del instituto. Estaba preparada.
Era fácil lo que tenía que hacer. No tendría ningún tipo de inconveniente ya que siempre había sido la primera de la clase. Mi principal objetivo es hacer amigos y aprovechar mi último año. La verdad es que no tenía muchos amigos en Los Ángeles. Era la típica sabelotodo solitaria. Ahora tenía una oportunidad para cambiar eso.

- Sam el chófer te espera.

Dijo mi madre detrás de la puerta.
Tomé mi bolso y salí de mi habitación.
Mi madre me esperaba para darme el beso de despedida.

- Que tengas buen día cariño. Por cierto tu padre te tiene una sorpresa en la salida

Me sonrió dulcemente y me dió la seguridad que solo ella podía transmitirme.

- Vale mamá. Te amo

- Yo te amo más cariño.

Justo como mamá había dicho mi padre estaba en la salida a su lado se encontraba el chófer y no... NO LO PODÍA CREER

- No es posible - exclamé llena de alegría

Allí estaban el Bugatti y la Yamaha que le pedí a mi padre . Por Dios son lo mejor

- ¡Sorpresa! - respondió papá emocionado.

Fui directa hacia él y lo abrace con todas mis fuerzas.

- Me lo has comprado ya. No lo puedo creer.

- Aquí tiene las llaves señorita Samantha.

Esa era la voz del chófer detrás de mi entregándome las llaves de los vehículos. Las acepté encantada.

- Gracias - Le dije amablemente a lo que correspondió con una sonrisa y se retiró.

Tenía ante mi el sueño de cualquier persona amante de la carretera y las carreras de motos y autos. Apenas mi bonito trasero tocara ambas cosas atrasaría con Roma.

- Me encantan. Eres el mejor. Te amo
Grite emocionada.

- Bueno ahora elige uno para ir al instituto.

En serio esto no podía estar pasando. Mi padre , el mismo que me había enseñado a conducir pero que jamás me había permitido hacerlo sin supervisión, me estaba dando la oportunidad de ir manejando yo sola al instituto. Esto tiene que ser un sueño, un hermoso sueño.

- En serio podré ir yo sola al instituto.

- Claro que sí.
Entonces llegó la hora de tomar la decisión. Ya la sabía perfectamente.

-! BUGATTI!

- Pues adelante que llegarás tarde. En el GPS tienes la dirección del instituto. Ya me encargué de ello.

- Con este bebé nunca se puede llegar tarde a ningún lado.

- Pero ni piense que irás a 400km/h. Debes conducir con cuidado. No hagas que me arrepienta de mi decisión

- Seré una conductora responsable.

Le dediqué una gran sonrisa y me dirigí hacia el auto. Cuando mi trasero tocó el asiento se sintió como en casa.
Al encenderlo el motor rugió con fuerza como solo podía hacerlo un Bugatti Veyron Super Sport. Salí disparada pero a una velocidad responsable hasta que me perdí de la vista de mi padre.
En todo el recorrido solo se sentían mis pequeños grititos de alegría, vale no tan pequeños y la voz del GPS indicándome el camino.
El instituto quedaba en la periferia de Roma. Bastante alejado de la ciudad. Obviamente era el mejor de Italia.
Al llegar mis nervios hicieron acto de presencia al igual que mi cruel consciencia

Buscando Un CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora