¿Un mal día Sam?

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Todo parecía estar bien, pero que cruel es el destino. Siempre jugandome una mala pasada.
Esa mañana me desperté con toda la ilusión del mundo, dispuesta a pasar un buen día.
Mientras me ponía el rímel pensaba en mi pequeña aventura de ayer junto a Stefano. Joder aún puedo sentir la adrenalina recorriendo todo mi cuerpo. De hecho creo que había actuado como una droga sobre mi porque estaba deseando volver a hacerlo y sabía perfectamente a quien tenía que acudir para repetirlo.

                          ***
El instituto ya estaba frente a mí cuando aparecieron en mi campo visual mis simpáticos amigos.

- ¡Holaaaa!- exclamó Adriano

Tenía que acostumbrarme a sus extremadamente alegres bienvenidas de una vez por todas

- Adri, estaba teniendo un buen día hasta que apareciste - le dije

- Eso, tu se lo más cruel posible con la única persona que aguanta tu humor

- Mentiroso Lily y yo también la soportamos - intervino Chiara, se quedó pensativa un momento y luego agregó- Aunque si te aguantamos a tí podemos hacerlo con cualquier persona

- No les hagas caso cariño - dijo Lily - las dos están amargadas en la vida, no entienden tu forma de ser.

Eso fue suficiente para que ambos empezaran a besuquearse como si no hubiera mañana

- Mi estómago - les advertí

- Perdón- dijeron ambos con una sonrisa

Cómo aún quedaba algo de tiempo para que comenzarán las clases nos quedamos en uno de los pasillos cerca de nuestra aula.
Adriano estaba entretenido en su móvil, mientras Chiara y Lily discutían sobre maquillaje.
En cambio yo estaba bastante atenta buscando a cierta persona con la mirada.
Ya lo tenía claro, le pediría que me llevará a otra carrera.
De pronto lo ví apartado en una esquina con los auriculares puestos.
Me pareció bella esa imagen de él. Vale que siempre andaba con cara de culo pero estaba precioso.

- Chicos ahora vuelvo - dije

Fui en su dirección. Al llegar estaba mirando el suelo distraídamente.

- Esperas que le salgan raíces al suelo - no pude evitar sonar idiota

Cuando levantó la cabeza y se dió cuenta de quién le había hablado apagó la música en su móvil.

- ¿Qué quieres? - sonó duro y cortante

- Valla carácter

- ¿Qué quieres? - preguntó nuevamente ignorando por completo mi comentario.

- Quiero que me lleves otra vez a las carreras de motos - me decidí a hablar ya que no se le veía muy animado.

- ¿Pero que te crees niñata? No soy tu guía turístico

Dicho esto se fue.
¿Que coño le pasa ahora? En serio no entiendo a este chico.

- No te entiendes ni tú misma

- Eso es verdad

Entramos todos al salón. Incluido Stefano, pero esta vez ni siquiera levantó la mirada de su cuaderno en todas las clases, que pasaron sorprendentemente rápido.

Chiara, Lily y yo salimos primero ya que Adriano aún no había terminado.
Mientras le esperábamos, le pregunté a las chicas

- Ustedes saben que le  pasaba hoy a Stefano, estaba más pesado de lo normal.

- Eso es lo que le pasa - dijo Lily señalandome una dirección a mis espaldas a la que miré inmediatamente.

Por el vestíbulo venía caminando una chica. Era alta, de piernas largas, con el pelo negro. Toda una diosa de la moda y de la silicona.
Nos pasó por el lado y ni siquiera nos miró. De pronto se detuvo y una de las  dos chicas que andaba con ella le susurro algo al oído. Al instante se dió la vuelta y vino directa hacia donde nos encontrábamos. Se detuvo frente a mí.

- Que tal - dijo con la sonrisa más falsa que he visto en mi vida - tu debes ser Samantha Miller.

Asentí ligeramente, aún sorprendida por su manera de hablarme.

- Entonces tu eres la zorra que se está metiendo con mi novio - prosiguió dejándome totalmente conmocionada.

- ¿Perdona?

- Mira bonita, solo te lo voy a decir una sola vez, aléjate de Enrico o te vas a quedar sin esa escoba que tienes por cabello - ya estaba dispuesta a irse, pero antes agregó - siempre es un gusto volver a verlas Giordano y De Rosi.

Y se fue sin más. Mientras yo ya iba por el tercer infarto.

- ¿Pero quién cojones es esa? - solté ya sin poder reprimir la rabia que sentía

- Esa es Antonella Gabbana, la agradable hermanita de Stefano - dijo Chiara

- Una vieja amiga nuestra - agregó Emily

- Pero que demonios le he hecho yo a la desquiciada esa - dije todavía frustrada por no haberle dado un golpe en su estúpida nariz operada

- Gustarle a Enrico - dijo Adriano que ya había salido del aula y nos observaba atento.

- Exactamente - dijeron Chiara y Lily al unísono

- Pero alguien me puede explicar por qué le dieron un golpe en la cabeza al nacer y la dejaron así de idiota - exclamé intentando poner mis ideas en orden

- Te explico cariño - dijo Chiara intentando calmarme

- Si, mejor hazlo tú que tienes más tacto - Adriano se hizo el gracioso

Aunque le duró poco, porque enseguida lo fulminé con la mirada.

- Ella como ya te había dicho es la hermana de Stefano Gabbana, también fue novia de Enrico Lombardi durante dos años, aunque por lo que veo ella sigue creyendo que son novios, pero la verdad él no le hace ni caso, eso es lo que tiene estar loca - hizo una pausa y continuó - Llevaba unos meses fuera del país porque es gilipollas y le encanta operarse, de ahí que Stefano esté alteradito, ella vive buscando problemas por doquier y amargandole aún más la existencia

- Y que ya halla vuelto significa que se avecinan cosas bastante desagradables - finalizó Lily

De esta forma culminó su relato.

- Espera haber si lo he entendido bien,   esta retrasada mental acaba de  enfrentarme porque está loca por Enrico y el no le hace ni caso

- Y porque tú le gustas a Enrico, ya te lo dije hace un rato - añadió Adriano

- Yo no busco los problemas, ellos me persiguen - dije ya más calmada negando con la cabeza.

- Tienes razón, pero aún así te aconsejo que te mantengas al margen, ella puede llegar a ser todo un demonio si quiere, por eso acabó nuestra amistad - dijo Chiara algo molesta por la situación que acababa de presenciar

En realidad tenía mucha curiosidad por saber más sobre como es que habían dejado de ser amigas y porque, pero aún estaba enfadada. Así que decidí dejar la pregunta para otro momento.
Por ahora solo tenía claro una cosa, no me iba a mantener para nada al margen. Me había insultado y me las iba a pagar. Ya pensaría yo una forma.

- Me encanta cuando activas tu modo malvada

- Lo sé
 

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