Esa mañana decidí ir al instituto en la moto. Mientras iba de camino hacia allá pensaba en como había sido mi primera semana en Roma.
La verdad es que todo bien, en las clases de vez en cuando le echaba miradas de reojo al guaperas de Enrico. Está para comérselo. En las materias me iba bien igual que siempre. Después de las clases quedaba con Chiara, Adriano y Lily para ir juntos a la cafetería e incluso quedamos el fin de semana y fuimos al cine. Me acogieron como una más en el grupo y estaba encantadisima con la idea.
En esa semana Stefano Gabbana solo entró tres veces al salón de clases y la verdad ni siquiera miró para los lados. Eso no fue un impedimento para que yo le echara miradas furtivas cada cinco minutos. Está buenísimo.- Tus hormonas te traicionan Sam
- Si querida consciencia y tú también
Yo claramente mantenía mis conversaciones internas muy presentes.
- Eso es que tienes algún trastorno mental y aún no lo has asumido
- Si y tú te empeñas en recordármelo.
Vale tenía que parar de hablar con mi consciencia o al final terminaríamos matandonos entre las dos.
El hecho es que la semana pasó volando y aún no había decidido cuál me parecía más guapo
Enrico o Stefano- Tienes que tomar una decisión ya o me vas a volver loca hasta a mí
- Lo estoy intentando, no me presiones.
De esta forma llegué al instituto librando una batalla sin sentido en mi mente.
Como todos los días ya estaban allí Chiara, Adriano y Lily. Los dos últimos se estaban besuqueando como siempre.- Corten un poco el rollo que ya llegué- dije bajandome de la moto.
Enseguida se separaron porque habíamos dejado claro que no podían hacer ese tipo de escenitas en mi presencia por el bien de mi estómago.
- Guao...Me encanta, me la tienes que prestar - dijo Adriano señalando la moto
- Antes le confiaría uno de mis riñones a un vendedor de órganos que a tí mi moto
De esta forma le dejé claro que su principal objetivo en la vida sería alejarse lo más posible de ella.
- Que poca confianza me tienes mujer, hieres mis sentimientos
- Lo siento mucho por ti - le aclaré usando mi mejor tono sarcástico.
No sé por qué pero no pude evitar fijarme en qué un poco más allá se encontraba Stefano y por un momento me dió la impresión de que nos observaba a nosotros, o más bien debería cambiar el nosotros por me observaba a mi. Aún así desvíe la mirada y seguí concentrada en la conversación.
- Aún no entiendo por qué mi padre no me deja usar alguno de sus autos - refunfuñaba Chiara
- Porque es una persona con sentido común cariño - le respondí con una sonrisa de oreja a oreja.
Sentí que alguien se me acercó por detrás y al darme cuenta de quién era mis nervios hicieron acto de presencia, otra vez...
- Cuando quieras damos un paseo belleza - me dijo Enrico de forma pícara cerca de mi cuello lo que me erizó bastante.
Sonreí como una persona que no tiene las neuronas suficientes para caminar por el mundo.
- Por cierto nos vemos esta noche
- Ehhh
Y simplemente se marchó dejándome sin palabras.
¿Qué significa eso de nos vemos esta noche?
De pronto note que los tres jinetes de la apocalipsis me miraban sin habla- ¿Qué?- pregunté de forma brusca
- Que babeas por Lombardi - fue la dulce persona de Adriano quien respondió
- Cállate gilipollas - le dije enfadada
- Dime todo lo que quieras pero te encanta
- Idiota - dije en voz baja aunque tengo la sospecha de que me olleron y por eso hicieron lo posible por aguantar la risa, pero no les funcionó mucho.
- Vamos a entrar o qué - dije aún algo molesta
- Cómo usted ordene coronel - Adriano se hizo el gracioso
Yo le solté una mirada foribunda que se lo dijo todo.
- Cariño será mejor que te calles si no quieres terminar muy mal - intervino Lily tratando de salvarle la vida a su novio
- Yo iba a opinar pero he tomado la decisión de quedarme en silencio hasta que se te pase el enfado - dijo Chiara con un poco de miedo a mi reacción.
- Sabia decisión - dije tajante cuando entrábamos al instituto.
En las clases noté nuevamente la mirada de Stefano sobre mí pero ni siquiera miré porque ya era bastante raro que girara la cabeza.
***
Al llegar a casa me encontré a mis padres en el salón y fui en su dirección.
Al darse cuenta de mi presencia sonrieron- Sam que tal tu día - mi mamá fue la primera en hablar
- Bien mamá, la verdad me gusta mucho este instituto - respondí felizmente
- Me alegro mucho cariño - se quedó pensativa un momento y luego
añadió - pero dime una cosa, ¿Todavía no hay ningún chico que te guste?Cómo es obvio viniendo de ella luego de soltar la bomba ensanchó aún más su sonrisa si es que eso era posible. Yo por mi parte decidí reservarme a los dos dioses griegos que tengo como compañeros de clase y le dije sin darle mucha importancia al asunto
- No hay ninguno en especial
Al parecer mi respuesta no fue la que esperaba y ya estaba preparada para contraatacar cuando mi padre intervino en la conversación por primera vez.
- Liza no molestes a Sam con temas sin importancia
Cómo es normal en todos los padres al mío le molestaba un poquito (por no decir demasiado) la idea de que yo pudiera tener novio. Hasta el momento nunca ha tenido que preocuparse por eso ya que nunca he tenido nada con nadie. Aunque suene ridículo teniendo diesisiete años. Pero que le vamos a hacer a la vida, es lo que hay.
- Acéptalo Alex algún día tendrá que tener novio - dijo mi mamá consciente de que eso no le haría mucha gracia a mi papá.
- Ese día tendré lista una pistola - cortó mi papá de forma tajante
- Bueno Sam cambiando de tema antes de que a tu padre le de un infarto, esta noche tenemos invitados a la cena así que ponte guapa
Me quedé asombrada ya que siempre cenabamos solos, nunca había visitas a no ser en mis cumples que venían los abuelos.
- ¿Quiénes son? - pregunté de repente
- Los nuevos socios de tu padre cariño
- Son los que te comenté en el jet Sam - esa vez fue mi padre quien hablo.
Después de eso ellos siguieron charlando y yo subí a mi habitación para prepararme.
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Buscando Un Camino
Roman pour AdolescentsCon la llegada de Samantha Miller a Roma todo cambiará. Lo que ella llamaba estabilidad emocional de pronto desaparece como consecuencia de dos chicos guapísimos del instituto Vittorio Emmanuelle. Pero... ¿por qué elegir a uno cuando se puede jugar...