EL PESO DE LA PLACA - (+18) - LGBT+ (TERMINADA)

21. INFILTRADOS

INFILTRADOS... En ocasiones la gente piensa que las cosas son como en las películas; llegas un día y ya estás dentro de la mafia, o bien que llegas te ponen de prueba matar a un hombre y listo, ya eres alguien de su confianza, pero no, en la realidad las cosas no suceden así.

Infiltrarme en la organización criminal que dirigían los Lombardo, en especial Alex, fue una tarea que me tomó cerca de dos años y medio.

Los que fuimos seleccionados para emprender esta investigación fuimos capacitados por artistas, críticos de arte y especialistas en todo tipo de arte; el objetivo era ella. Se sabía que la mayor parte de los ingresos de la mafia provenían de la venta ilegal de piezas robadas de museos, iglesias, exposiciones, etc. Si bien no era una novedad, el robo de arte había incrementado en los últimos años y las ventas en el mercado negro y la Deep Web eran cada vez más comunes.

El 13 de febrero de 2013, firmamos el consentimiento, donde se manifestaba de manera expresa que estábamos conscientes de los riesgos que implicaba el asumir la misión encomendada, que deslindábamos de cualquier responsabilidad a la institución y que podíamos ser responsables disciplinaria, civil y penalmente por todos los actos realizados y recursos manejados dentro de nuestras funciones, y que a partir de ese momento estábamos sujetos a investigación.

- Navarro, Weber, Silva, Brown y Müller, a partir de hoy reciben una nueva identidad, cada uno de ustedes contará con un agente controlador, quien estará a cargo de la operación y de ustedes. – Guardó silencio por unos segundos. – No olviden que la mira está puesta sobre ustedes a partir de hoy, buena suerte.

Nos entregaron una carpeta con pasaportes, documentos personales, una nueva ciudad de residencia, un nuevo trabajo y una nueva casa; una nueva vida.

***

- Hola, soy Alberto Reyes. – Me extendió la mano y la estreché firmemente. – Vanessa ¿Cierto? – Afirme. – Soy el agente a cargo de la operación; necesitamos platicar algunas cosas para entrar en contexto.

Tomamos asiento en los lugares destinados en la amplia sala donde nos encontrábamos.

- Vanessa... ¿De dónde eres?

- De México. – Respondí nerviosa; Reyes era un tipo raro, nadie hubiese imaginado que era policía.

- Muy bien. – Se aventó sobre el respaldo del sillón y estiró los brazos por encima de su cabeza y suspiró. – Te seré franco, hoy ya no eres policía, así que olvídate de tu placa, de tu arma, de tus compañeros; si te detienen no puedes charolear, no puedes decir que eres policía, porque ya no lo eres, ¿quedó claro? – Lo miré sorprendida. – A ver, necesito saber si te queda claro esa parte; debes entender que a partir de ahora no tienes familia, no tienes amigos, no tienes absolutamente nada, solo estoy yo y habrá un momento en el que ni siquiera yo podré estar contigo.

Abrió la carpeta con documentos posada sobre la mesa, sostuvo el pasaporte entre sus manos y lo abrió señalando el nombre situado al lado de mi fotografía.

- Ese es tu nuevo nombre, te han mandado a España, trabajarás en el Museo Nacional del Prado, en Madrid. ¿Alguna duda?

- ¿Qué pasará si necesito saber de alguien de mi familia?

- La única manera de contacto es conmigo, cartas, mensajes, e-mail, redes sociales, WhatsApp, todo está controlado, todo pasa por mí y llega a los altos mandos; recuerda, no puedo dejar que pongas en riesgo la operación ni tu vida; si ellos descubren que eres poli, estás muerta. ¿Algo más?

- Si logro entrar, ¿qué pasará después?

- El primer mes estaré en contacto contigo una vez por semana, después te veré una vez por mes. En caso de que lograrás infiltrarte en la organización, no podremos tener contacto alguno y no podré cuidarte, así que lo siguiente que pase dependerá de ti. No habrá manera de seguirte ni de cuidarte las espaldas, así que recuerda... – Colocó su mano sobre la mía. – Si mueres no habrá delito que perseguir, pero si regresas victoriosa se abrirá una carpeta de investigación en tu contra y si descubren que la cagaste habrá consecuencias. Olvídate de ser policía. A partir de hoy para ellos tu eres un objetivo más, así que relájate. – Su dedo apuntó hacía el logo azul marino al fondo de la sala. – Suerte Alba...