EL PESO DE LA PLACA - (+18) - LGBT+ (TERMINADA)

23. MAKTUB

Maktub: (Árabe)

Maktub es una palabra árabe con un significado muy profundo: "estaba escrito". Maktub nos dice que lo que está destinado a suceder siempre encontrará una forma única, mágica y maravillosa para manifestarse.

***

- Maktub. – Dijo tras un suspiro. – Ay Vanessa, como bien lo sabes, uno no elije de quien se enamora; yo no llegué a ese bar con la intención de enamorarme de ti y creo que eso lo sabes perfectamente. – Respiró profundo y sacó el aire fuertemente como si se estuviera preparando para decir algo que le costaba mucho trabajo. – Desde el momento en que te vi hubo algo, una chispa, un impulso, algo que aún no consigo descifrar y que simplemente me atrajo hacia ti.

A tu lado viví momentos increíbles, momentos que con nadie más he vivido. No te diré que no he buscado el amor en otras personas al igual que tú lo has hecho. Pero comprenderás que en mi situación es algo complicado, más cuando eres una de las personas más buscadas del mundo. Pero bueno, no estamos aquí para discutir nuestras situaciones amorosas con otras personas, ¿cierto?

Suspiró. – Cuando me dijiste que eras policía, tuve miedo, e intenté alejar mis pensamientos de ti, pero resultaba prácticamente imposible. Entonces fue cuando dijiste que "no sabías, no podías y no querías tener nada conmigo" ¿lo olvidas?

Me sonrojé un poco. – ¿Acaso crees que lo he olvidado?

Bufó. – Y pasó lo de aquella noche en la carretera, al día siguiente fuiste a buscarme y fue entonces que ambas decidimos emprender esa aventura. Pasó el tiempo, los días, los meses, los años, me daba miedo cada que ibas a un operativo, tenía miedo de que descubrieras la verdad, pero me daba aún más miedo no ser capaz de protegerte de lo que yo era.

- ¿Porque no me lo dijiste? – Pregunté.

- ¿De qué hubiera servido? ¿Qué habrías hecho, pelear contra la mafia? ¡Ja! Por favor, Vanessa, ni siquiera yo he podido escapar de mi destino, toda mi vida he estado condenada a seguir los pasos de mi padre, a convertirme en lo que soy ahora. Nada hubiese cambiado si te decía la verdad. Al final es imposible escapar del destino.

Respiro varias veces sin dejar de verme, intentando controlar sus sentimientos, intentando ser una roca al igual que yo. – Mi padre supo la verdad desde el día en que llegamos a Florencia; creo que la supo tiempo antes. De nada sirvieron nuestras mentiras en aquel viaje. – Rio. – En ese mismo viaje él me pidió que me alejara de ti y prometió no hacerte daño, a pesar del odio que sentía hacía lo que representabas. Ya sabes lo de ser "policía", yo lo confronté, le dije que te amaba, que no me importaba en absoluto que tú fueras policía. Él se burló de mí, como si mis sentimientos hacía ti fueran falsos, como si fuese solo un juego de niños. El insistió en que yo no podía estar contigo, no porque fueras una mujer, sabes bien que eso nunca fue un problema para él; más bien era por lo que representabas en nuestras vidas, y por el riesgo que eso mismo traía consigo.

- Sí, claro, como si una policía de 20 años pudiese haberle hecho daño alguno. – Bufé.

- No te odiaba a ti. – Frunció el ceño, como si lo próximo que saldría de su boca, le fuese a doler en el alma y así era. – Como sabrás, la familia Lombardo tiene un largo y tortuoso pasado; desde que tengo memoria, mi padre y mi abuelo siempre han sido mafiosos. He vivido rodeada de armas, drogas y muerte. En 1965, cuando mi padre aún era muy joven, mi abuelo lo llevó a México con la firme intención de fortalecer lazos con los carteles mexicanos. Al paso de los años conoció a mi madre; la llevó a Italia con la intención de cambiar el rumbo de su vida. Con el tiempo vinieron los hijos, Franco, Leo y yo. Intentó cambiar el rumbo de las cosas, créeme que lo intento, pero como ya te habrás dado cuenta, nuestro apellido está destinado a jodernos la vida.