Capítulo 12 - Todo va bien-

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"Siento que las cosas están cambiando. Desde que conocí el mundo de Ían, ya no me interesa el de mis amigas o al menos ya no tengo tanto interés por ser como ellas. Se la pasan contando lo que hacen con sus respectivos novios, tienen una vida súper social con mil amigos-que en realidad son fantasmas- me encuentro invisible en las charlas.  Me siento y escucho, ni siquiera tengo lugar a opinar, mi voz siempre se hace parte de la nada. Conté lo de el chico con el que """estoy""" y se quedaron heladas. Claro.... como yo, Alma, voy a asistir a una fiesta en Puerto Madero y ellas no. Muy pocas se pusieron contentas por mi noticia y siguieron hablando de sus fines de semana. Quizá debería estar contenta, me dieron 10 segundos en los que pude hablar y no fui interrumpida. (estuve media hora levantando la mano para hablar, literal)

Meses atrás me decía a mi misma que tenia que cambiar para ser aceptada en otros grupos de amigos, tengo que ser mas social, caerle bien a la gente aunque me cueste Y NO, ESA NO SOY YO, ¿QUIEREN SABER QUIEN  REALMENTE SOY? Esa chica que está con mal humor todo el día, que nada le sale bien, esa que prefiere escuchar música encerrada en mi habitación antes que ir a bailar. Pertenezco al grupo de esas chicas que aunque intenten ser lo mas 'relajadas o divertidas' siempre las tratan como si no existieran y ya no se puede cambiar. La mayoría de las personas que me rodean me parecen inmaduras, que no encajan conmigo.

Gracias al destino encontré a Ían. Él si me acepta tal cual soy y con su grupo de amigos me encuentro bien, me hacen sentir que pertenezco, pero no dejan de ser amigos de él, es decir... si nos peleáramos me quedaría sola nuevamente."

Cerré mi diario y me di una ducha. No paré de pensar ni un segundo en cómo seria mi vida si hubiese..... siempre con el maldito "hubiese" en mi cabeza. Interrumpió mis pensamientos un mensaje de Ían. Me dijo de vernos y acepté.

A la media hora el ya estaba en la puerta de mi casa.

Salí lo más rápido que pude para evitar a mi mamá y a Celeste que son las que preguntarían absolutamente todo. Me gusta ser independiente, me gusta ser yo.

Subí al coche y nos saludamos con un beso- lo interrumpió- Tenia ganas de verte, muchas- seguimos el beso -sonreí.

Él tenia el pelo mojado, su remera blanca y jean oscuro me volvían loca- al igual que sus ojos, y sus pestañas, sus dientes, todo me enloquecía en él.-

-¿A donde queres ir?

-No tengo idea, ¿vos?

-Cualquier lugar está bien, solo quería verte. No podía esperar al fin de semana.

Si fuese por mí, quedarnos en su auto besándonos seria un buen plan.

-Maneja y si se nos ocurre algo... ya veremos.

Lo veo manejar y me imagino mil cosas a la vez. ¿Seguiremos juntos en el futuro? Me encantaría que en el asiento trasero esté nuestra hija. Me encantaría que el fuese mío para siempre. Para mis ojos, él es la perfección.

Me encuentro mirándolo embobada y me pega suavemente en la pierna. - ¿por qué me miras tanto mientras manejo?- sonrió- Por que me encanta como te ves.-  se cubrió la cara, estaba avergonzado.

Recibió un llamado que por suerte se lo tomó con calma.

-Vamos a mi casa a buscar a mi hermana, ¿si? 

-Vamos, ¡no hay problema!

Sé que su hermana tiene un problema así que espero caerle bien, que no piense que quiero robarle a su hermano y que no enloquezca.No debe ser para nada fácil lidiar con una pequeña con Esquizofrenia.

Llegamos al edificio, bajamos del auto y subimos nueve pisos por el ascensor en busca de su hermana.

El departamento es increíblemente amplio. Apenas entras hay un pasillo y a la derecha una puerta que te lleva a la cocina, muy amplia, con una isla en el medio. Seguimos por el pasillo y nos chocamos con un living lleno de sillones y una mesa ratona en el medio. Un enorme televisor y un equipo de música. La alfombra es color caqui y en ella hay muchas barbies tiradas -que seguramente son de Mora.

Las noches de Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora