Los meses pasaron volando. No volví a ver a mi papá pero mantuve el contacto. Todos los lunes y miércoles sonaba mi celular y aparecía su nombre en mi pantalla.
Estuve desaparecida, encerrada en mi cuarto en busca de una solución para nuestra relación. Í&A no podía acabar. Dejé de ir a las fiestas de Gabriel y él también. No llevábamos titulo aunque nos veíamos todos los días, nos extrañábamos, nos necesitábamos. Tuvimos varios encuentros sexuales que me hacían sentir "culpable" y al llegar a casa, con la excusa de que iba a tomar a una ducha, empecé a comer jabón en polvo porque me sentía "sucia", quería olvidarme, limpiar todo lo que había hecho pocas horas antes. Comencé con dolores de garganta a la semana, ardor en la nariz y dificultades para respirar. Mi mamá creyó que se trataba de asma y me llevó a la clínica, en ese momento me descubrieron orificios en el esófago y no tuve más remedio que contar la verdad. Desbordada de emociones, me obligaron a ir al psicólogo- quién llego a la conclusión de que el jabón me hacia sentir reconfortante. Esa era mi solución hacia lo "malo" que había hecho. Acostarme con mi ex novio. - también me obligaron a NO ver más al causante de todos mis desordenes mentales.
Todos los miércoles me encontraba con Gabriel en una cafetería y él después me llevaba a lo del doctor Rodríguez.
Hablábamos de muchos temas. Él me rogaba que lo llamara al menos a Ían pero me encontraba negada a hacerlo. El tenerlo lejos me había hecho bien, el jabón empezaba a producirme rechazo; si no hacia nada malo, no tenia la necesidad de "limpiarme por dentro".
-Que increíble, con dos meses de diferencia, ves a tu ex novio como un "objeto malo" para tu vida.- dijo Rodríguez acomodándose en su enorme silla negra. Delante de él, una hoja blanca junto con una lapicera, cubrían el medio del escritorio marrón, del otro lado, estaba yo.
-Muchas cosas han cambiado últimamente.
-¿Tu diario?
-Deje de escribir en él.
-¿El motivo fué...?
-No lo sé, escribí muchas anécdotas lindas y supongo que quiero evitar escribir el final.
-La historia Ían y Alma, ¿llego a su fin- sonaba sus dedos y se preparaba para otra de sus anotaciones sobre mí.
-Quisiera creer que no.
-Llegaste a la conclusión de que él es un "objeto malo", cumpliste con la obligación de no verlo más, ni siquiera de llamarlo, y aún así.. ¿crees que no se termino?
-Sé que no.
-¿Cómo estás tan segura?
-Hay amor, lo sé.
-Entonces, si había amor, ¿por qué tomaste la decisión de borrar sus manos de tu cuerpo?
-Porque me sentía mal, confusa. Le decía que necesitábamos un tiempo y después me encontraba con él y llegue a sentirme muy bipolar, tuve miedo. Necesitaba engañarme con algo.
-¿Cómo estas ahora?
-Sobreviviendo. Lo extraño. No voy a durar mucho tiempo más sin él.
-¿En qué cambiaria verlo? ¿Volverías a tu casa y comerías jabón? ¿Seguirías sintiéndote culpable?
-No volvería a tener ese comportamiento. Lo extraño porque me di cuenta que necesito ese "algo" malo en mi vida. No todo va a ser color rosa, hay veces que la pasas bien, otras mal...
- ¿Elegís pasarla mal?-seguía anotando.
-No sé lo que elijo, lo quiero elegir a él, una vez más.
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Las noches de Alma.
Teen Fiction'Las noches de Alma' está basada en la historia de una joven adolescente que lucha día a día con una realidad que no le desearías ni a tu mayor enemigo. Cansada de que la oscuridad que la rodea le impida ser feliz, conoce a Ían quién le devuelve la...