Capítulo 19- Tiempo-

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Los meses pasaron volando.  No volví a ver a mi papá pero mantuve el contacto.  Todos los lunes y miércoles sonaba mi celular y aparecía su nombre en mi pantalla. 

Estuve desaparecida, encerrada en mi cuarto en busca de una solución para nuestra relación. Í&A no podía acabar. Dejé de ir a las fiestas de Gabriel y él también. No llevábamos titulo aunque nos veíamos todos los días, nos extrañábamos, nos necesitábamos. Tuvimos varios encuentros sexuales que me hacían sentir "culpable" y al llegar a casa, con la excusa de que iba a tomar a una ducha, empecé a comer jabón en polvo porque me sentía "sucia",  quería olvidarme, limpiar todo lo que había hecho pocas horas antes. Comencé con dolores de garganta a la semana, ardor en la nariz y dificultades para respirar. Mi mamá creyó que se trataba de asma y me llevó a la clínica, en ese momento me descubrieron orificios en el esófago y no tuve más remedio que contar la verdad. Desbordada de emociones, me obligaron a ir al psicólogo- quién llego a la conclusión de que   el jabón me hacia sentir reconfortante. Esa era mi solución hacia lo "malo" que había hecho. Acostarme con mi ex novio. - también me obligaron a NO ver más al causante de todos mis desordenes mentales.

Todos los miércoles me encontraba con Gabriel en una cafetería y él después me llevaba a lo del doctor Rodríguez.

Hablábamos de muchos temas. Él me rogaba que lo llamara al menos a Ían pero me encontraba negada a hacerlo. El tenerlo lejos me había hecho bien, el jabón empezaba a producirme rechazo; si no hacia nada malo, no tenia la necesidad de "limpiarme por dentro".

-Que increíble, con dos meses de diferencia, ves a tu ex novio como un "objeto malo" para tu vida.- dijo Rodríguez acomodándose en su enorme silla negra. Delante de él, una hoja blanca junto con una lapicera, cubrían el medio del escritorio marrón, del otro lado, estaba yo.

-Muchas cosas han cambiado últimamente.

-¿Tu diario?

-Deje de escribir en él.

-¿El motivo fué...?

-No lo sé, escribí muchas anécdotas lindas y supongo que quiero evitar escribir el final.

-La historia Ían y Alma, ¿llego a su fin-  sonaba sus dedos y se preparaba para otra de sus anotaciones sobre mí.

-Quisiera creer que no.

-Llegaste a la conclusión de que él es un "objeto malo", cumpliste con la obligación de no verlo más, ni siquiera de llamarlo, y aún así..  ¿crees que no se termino?

-Sé que no.

-¿Cómo estás tan segura?

-Hay amor, lo sé.

-Entonces, si había amor, ¿por qué tomaste la decisión de borrar sus manos de tu cuerpo?

-Porque me sentía mal, confusa. Le decía que necesitábamos un tiempo y después me encontraba con él y llegue a sentirme muy bipolar, tuve miedo. Necesitaba engañarme con algo.

-¿Cómo estas ahora?

-Sobreviviendo. Lo extraño. No voy a durar mucho tiempo más sin él.

-¿En qué cambiaria verlo? ¿Volverías a tu casa y comerías jabón? ¿Seguirías sintiéndote culpable?

-No volvería a tener ese comportamiento. Lo extraño porque me di cuenta que necesito ese "algo" malo en mi vida. No todo va a ser color rosa, hay veces que la pasas bien, otras mal...

- ¿Elegís pasarla mal?-seguía anotando.

-No sé lo que elijo, lo quiero elegir a él, una vez más.

Las noches de Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora