Capítulo 11 - La verdad-

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Mi papá me llamó pasadas las 15:30, justo cuando la clase de educación física había terminado.

Los papás de Lindsay me alcanzaron hasta mi casa en el auto mientras escuchábamos la radio de su prima.

-Hola, me llamaste pero no llegué a atender. ¿Cómo andas? - estaba extrañada. Qué raro. Se acordó de mi.

-Hola, ¿Dónde estás?- se notaba que él se encontraba en la calle.

-Acabo de entrar a mi casa, estaba en el colegio.- tiré mi mochila en el piso y me senté. Esperaba hablar un largo rato con él.

-Esta bien Alma - aunque pareciera serio, su tono demostraba lo contrario.- creo que nos debemos una charla, ¿queres que te pase a buscar y vamos a tomar un café?-

Bueno, al fin. Tengo expectativas para esta charla.

-¡Me parece bien! ¿Pasas a buscarme?- prácticamente ya estaba cambiándome de la emoción que tenia.

-Dale, ya salgo para allá- y colgó.


Fui a mi habitación a dejar mis cosas. Lulu miraba una película de dibujos animados, mi tía descargaba archivos de internet y mi madre, trabajaba -al igual que Celeste -


-¿A donde vas?- preguntó muy curiosa. Su aspecto daba ternura. Sus rulos estaban desarmados y llevaba un pijama rosa de 'perritos'.

-Voy a hablar con mi papá. - revisé mi mochila en busca de algo que le iba a gustar- tomá, me lo dio mi mejor amiga, Lindsay, para vos.- y le entregué una tableta de chocolate grande que ella me había dado unas horas antes.

Dijo gracias y siguió acostada -comiendo y viendo la película.- Antes de retirarme de la habitación, me pidió 'algo' para tomar.

Si no fuese por su pijama, ya la hubiese regañado.



No pasaron más de veinte minutos y Guillermo  ya se encontraba en la puerta de mi casa. Manejó muy rápido, por lo que sé, vive en Capital- al igual que Ían.-

Avisé en casa que salía y desaparecí por la puerta.

Él se encontraba en el interior de una camioneta 4x4 negra y me recibió con un beso y abrazo.

-¿Cómo andas?- preguntó para romper el hielo mientras sonaba 'Pompeii' de la banda Bastille.

-Bien, que raro que me hayas llamado. - le baje el volumen al estéreo.

-Creo que es hora de tener una buena charla... - comenzó - hora de explicar un par de cosas que sé que no están claras en tu cabeza -

Y... finalmente llegó el día. El que tanto esperé. Que hablemos en serio, que mejoremos nuestra relación y hagamos lo mejor que podamos.

-Si, creo que ya era hora - mordí mi labio el resto del camino. Nadie hablo por al menos... unos cinco minutos.

-¿Queres probar un buen helado? - su comentario venia desde la nada misma pero se lo notaba nervioso.

-Bueno dale, antes que un café- reí.


Nos estacionamos en una heladería de Juan B. Justo. Tenia una gran fachada con un lago y un puente de madera. Había gente sentada afuera y niños corriendo al rededor del estanque.

-A esta heladería venia con tu mamá -fuimos por el puente y miramos a los peces.- está hace muchos años.- empezamos a caminar hacia el interior y nos dirigimos al mostrador. Me recomendó el sabor de 'Frutilla a la reina' y además de ese, me pedí 'Dulce de Leche con Brownie' y me lo entregaron en un pote.

Las noches de Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora