Capítulo 15 - Arena y amor-

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Abrí mis ojos y el sol que entraba de lleno por la ventana seguramente me habrá quemado la retina, o bueno, así lo sentí. Me dirigí hacia la ducha mientras la dejaba unos minutos más a Guadalupe en su colchón de piso en el que se estiraba como si fuese una cama 'King'.

Ían  me envió un mensaje en el que decía que no aguantaba las ganas de verme y no mintió, diez minutos después, se encontraba en la puerta de mi casa con su bolso para nuestras vacaciones en Pinamar.

Nos besamos en la puerta de mi casa y fué un beso que no hubiese sido interrumpido si no fuese por nuestra falta de aire. Él necesitaba de mi, yo de él, siempre de él.

Ían  caminaba tras mío, siguiendo mi paso agarrado de mi mano derecha. Nuestros dedos entrelazados eran lo único que estaban bien mi mundo. Nuestra unión llena de amor era lo que nos iba a sacar de todo lo malo, de todo lo oscuro. 

-¿Desayunaste?- pregunté abriendo la heladera, rogando que haya algo de comida. Él tiro de mi remera contra él besándome nuevamente y muy cerca mío, dijo -¿Cómo lo voy a hacer sin vos? 

Él era una persona que todo el día quería asegurarse de que tenga muy en claro,  que él me ama. Estaba en  cada detalle, él quería hacerlo especial para mí. Como si fuese una señal caída del cielo, tenia todos los ingredientes para hacer panqueques y empezamos a prepararlos.

Guadalupe apareció en el marco de la puerta despeinada, no podía negar su cara de recién levantada. Nos encontró envueltos en harina abrazados y empezó a reírse.

-¿Qué hacen?- se acercó hacia la heladera y retiró una botella de agua fría.

-Todo empezó con un puntito de harina en mi nariz y termino en esta guerra -dije mientras mi novio me ayudaba a sacarme el polvo de mi cara.

-Me despertaron sus risas- se sentó en la mesa y sirvió el agua en un vaso de vidrio grande.

Ían me susurró la idea de llenarla de harina a ella también y no pude evitar reírme. No por su idea, si no porque cada vez que lo hacia, su potente voz en mi oído  me ruborizaba.

Agarró lo poco que quedaba de harina y se lo tiró encima. Muy vengativa, con su mejor cara de odio, ella se defendió y disparó contra él lo que le restaba de agua.

Mi cocina era un asco y entre todos limpiamos para después comer finalmente los panqueques.

Él no paraba de tararear 'Sugar' de Maroon5 y Guadalupe seguía enojada con él por arruinar su pelo.

Miré mi celular, tenia un mensaje -En un rato viene a buscarnos mi papá- y me levanté para llevar los platos a la lavavajilla.

Ían entró a bañarse, pero antes, al verme con mi bolso dirigiéndome hacia mi habitación, asomó su cabeza por la puerta del baño, regalándome una de sus sonrisas perversas y dulces -no te lleves mucha ropa a Pinamar- y me guiñó un ojo entre risas.

-Sos un tarado- dije y le robe un beso rápido.

Terminé de hacer mi bolso con Lupe escuchando música y así, de la nada, sacó el tema de nuestro tercer acompañante, Ían.

-Que lindo es

Sólo reí

-Me cae bien, es divertido. Lo veo perfecto para vos

-¿Por qué lo decís? ¿Qué es lo que te hace pensar eso?

-Los veo tan....- produjo un silencio, como si estuviese buscando la palabra correcta- conectados el uno con el otro. Sin dudas es tu otra mitad, encajan perfectamente y se los ve felices.

Las noches de Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora