1. hola, soy sara

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                                                                                             1

                                                                               Hola, soy Sara

Todo comenzó con un viaje nuevo, una vida nueva, nuevo instituto, nuevos amigos, etc.

Y todo solo por un estúpido trabajo de mi padre.

Pero también fue por mi culpa, llegaba tarde a clases y me dejé la comida, entonces me colé en el trabajo de mi padre, y bueno, me pillaron.

Yo solo quería coger un poco de comida, tampoco es tanto pedir, pero la vida es así, ¿no?

Mi nombre es Sara, tengo 16 años, el pelo castaño, un poco largo, tengo los ojos azules y por suerte una sonrisa blanca.

Me gusta todo lo que tenga que ver con los 80 s, la gente le llama ser "Aesthetic" pero ese nombre a mí no me gusta, yo prefiero llamarle estilo ochentero.

El nuevo instituto es bastante guay, tenemos un pabellón enorme, una piscina gigantesca, etc.

Sé que parece que tengo mucha suerte, que soy muy afortunada y todas esas tonterías, pero yo no soy así, no soy ese tipo de personas, a mí me gustaba mi otra vida, tenía muchos amigos y mi mejor amiga, Mía.

Mía era preciosa, era rubia, con el pelo liso, sus ojos eran verdes, pero un verde mezclado un poco con azul, como si fuera turquesa. A ella le gustaba mucho leer, siempre sacaba excelentes, y nunca, pero NUNCA, quería saltarse las normas. Ella pensaba que eso era una de las peores cosas que podría hacer.

Y si fuera por ella, nunca se separaría de su libro.

Nadie sabía de qué trataba ese libro, ni siquiera yo. Solo sabíamos que era muy especial para ella.

Pero eso ya no me importa, porque ya no puedo hablar más con ella.

Sería una suerte poder verla, aunque sea una vez más, si tuviera un deseo, pediría volver una semana o tres días antes de irme, y vivir esos días como si fueran los últimos de mi vida con ella.

Me sentía muy rara en este sitio, era algo muy extraño.

Cada vez que pensaba en la otra ciudad me venían ataques de ansiedad, con lágrimas que caían de mis ojos, patinando sobre mi rostro hasta caer al suelo, pensando que era la peor niña del mundo. Por suerte, en este instituto, tengo una psicóloga, la Sra. Sophia.

Sophia, tenía unos 34 años, era alta, morena, tenía el pelo castaño, oscuro y rizado. Siempre llevaba un pintalabios rojo, rojo como la sangre.

Siempre me ayudaba, le explicaba cómo me sentía, y siempre me explicaba lo que podía hacer, remedios y me recomendó ir a un psicólogo profesional.

Tampoco creo que sea necesario, no sé, yo creo que estoy bien ya con la ayuda de la Sra. Sophia.

Y no todo son problemas, en esa ciudad había 2 chicas que me hacían bullying;

Una se llamaba Alejandra. Tenía 16 años, igual que yo. Era alta, con ojos marrones, pelo corto y rizado de un color parecido al castaño clarito. Está, cada día me insultaba, a mí y a mis padres, pero ya no, porque ella no vive en esta ciudad.

Y la otra se llamaba Emma. Ella tenía 17, uno más que yo. Era alta, con ojos marrones, pelo corto, pero liso, era rubia. Emma siempre me perseguía, me llamaba cosas innombrables, pero ya no, porque ella no vive aquí.

De momento, nadie me hace bullying y he hecho dos amigas nuevas;

Alba es de estatura mediana, tiene el pelo largo, su pelo es rubio y liso.

Le gusta mucho cantar, está en el equipo de animadoras.

Es muy estudiosa, pero, si hace falta, se salta las normas por mí.

Bueno, si lo que quiero hacer es una estupidez, no, claro, ja, ja, ja.

Lucia, es alta, el pelo más o menos corto, o sea, ni corto ni largo, también liso.

Le gusta mucho decorar, dibujar, pintar, etc.

Es muy divertida, le gusta hacer bromas, aunque a veces me haga un poco de daño, pero entonces se lo digo y se disculpa y rectifica.

A, espera, no os he presentado a mis padres; (sí, al principio son todo presentaciones, ¿y qué?)

Harry es alto, es calvo, yo le llamo calvete.

Intenta ayudarme en todo lo que puede, aunque a lo mejor sea demasiado.

Es muy divertido y solo quiere lo mejor para mí.

Emma (sí, como la que me hacía bullying), es bajita, tiene gafas, el pelo negro y largo. Y lo tiene liso, por cierto.

Quiere lo mejor para mí, siempre quiere que saque muy buenas notas, se preocupa mucho por mí.

Le gusta hacerme feliz.

SaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora