11. ¿Quién es JD?

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                                                                                               11.

                                                                                ¿Quién es JD?

Mía les explicó todo a los padres de Sara, que no entendían nada.

Ellos se hacían las mismas preguntas que Mía;

¿Por qué?

¿Por qué ahora?

¿Es de verdad Sara?

¿Estará bien?

Después de media hora, a los lejos, por fin, se escuchó la voz de Sara, pero no la conseguían ver.

—Hola Mía, estoy aquí...— Repetía la voz una y otra vez.

La voz venía de bastante lejos, de unos arbustos. Cuando se acercaron, lo que había entre los arbustos no era Sara. Aquello no era humano, era un altavoz. Cuando se giraron para procesar la información, había 3 personas, Unai, el que le gustaba a Sara, también estaban Alejandra y Emma, las dos que le hacían bullying.

—ja, ja, ja, sabíamos que ibas a picar pedazo de inútiles.— dijo Alejandra riéndose.

Alejandra y Emma chocaron los cinco.

—¿Unai, que haces tú aquí? Yo confiaba en ti.— gritó Mía decepcionada.

—Ahora te lo cuento Mía, pero primero tenéis que confiar en mí.— le dijo Unai a Mía al oído.

—¿Que confíe en ti? ¿Después de esto, quieres que confíe en ti?

—Sí.— Respondió Unai. —Tú solo sígueme.

—Vale...

Emma (la madre de Sara), Harry y Mía, siguieron a Unai, a Emma y a Alejandra hasta una furgoneta blanca, enorme. En ese momento Mía ya pensó lo peor.

La furgoneta, aparte de los asientos delanteros, el maletero estaba dividido en dos, estaba dividido con una pared de plástico.

Separaron a los Harper de Mía. En el lado de Mía se quedó Unai con ella.

—Mía no tengas miedo.

—¿Que no tenga miedo?

En ese instante, Unai se lanzó a Mía consiguiendo darle un beso.

Cuando Unai se apartó, Mía rápidamente cogió a Unai por la camisa y le empezó a besar ella también.

Unai se quitó la camiseta.

Cuando la furgoneta paró, se separaron rápidamente, y Unai se puso la prenda que se había quitado, entonces las puertas se abrieron.

Mía estaba confundida. Estaban lejísimos de casa. Estaban en Raleigh, Carolina del norte.

Las 8 horas de viaje, valieron la pena.

Era superbonito, los rascacielos llenos de luces, eran chulísimos. Pero eso no era lo importante, los llevaron a un sitio, un sitio superraro, con una cúpula transparente, y todo lleno de naturaleza.

—Hola, buenos días, señorita Mía y señores Harper.— dijo una voz de mujer.

Mía ya casi se había olvidado de los Harper.

—Hola, buenos días — respondieron los tres a la vez.

En ese momento, entre dos árboles, apareció una mujer alta, con el pelo negro y los ojos azules. La mujer, llevaba un traje de gala, con una flor amarilla.

—Bienvenidos a APTC LDGS, más conocido como Aptas.— dijo la mujer

—¿A qué? Preguntó Mía.

—A la Asociación de Personas Contra Los Delitos Graves y Secuestros.

—Qué específico.— respondió Harry.

—Mi nombre es Jessie, pero mi nombre en clave es JD.

—¡¡Hola JD!!

—Hola, pero voy a ir al grano. Como veis, Alcón (Unai), Sandra (Emma), y Ser (Alejandra), os han llevado hasta aquí. Y no es por casualidad. Sabemos que habéis estado siguiendo muy de cerca el secuestro de Sara, y las muertes inexplicables que han pasado a lo largo de los años. Nosotros, investigamos a las personas más inteligentes del país, dando así con vosotros tres. Antes de decir explicando todo lo demás, por favor poneos cómodos. — dijo JD.

En ese momento, en el suelo subieron tres sillones y tres mesas, cada una con un zumo y cosas para picar.

—Entre todos los integrantes de esta asociación (699) hemos decidido añadir tres más; vosotros. Desde aquí os proporcionaremos lo necesario para seguir con vuestra investigación.

A y que sepáis, que en la furgoneta había cámaras y he visto todo lo que hacéis. — Jessie miró a Mía y a Unai.

—Os devolveremos a vuestras casas en cuanto respondáis a una cosa, pero antes os voy a decir algo: mientras veníamos, nuestro equipo ha ido a vuestras casas y las han automatizado, arreglado, y escondido las armas y los coches automatizados.

—La pregunta es; ¿os unís a nosotros?

Los tres se miraron y dijeron que sí.

—Mía, yo te nombro agente oficial de Actas, y tu nombre en clave será Yuya.

—Emma, yo te nombro agente oficial de Actas, y tu nombre en clave será Sam.

—Harry, yo te nombro agente oficial de Actas, y tu nombre en clave será Pam.

—Perdone.— dijo Mía.

—¿Qué pasa?— Dijo JD.

—Es mi nombre en clave, ¿por qué me llamo Yuya? O sea, perdón, pero no, me gusta nada.

—Es que no quedan más, lo siento.

—¡¡¡A PARTIR DE AHORA APTC LDGS, MÁS CONOCIDO COMO APTAS, SE FORMA POR 702 INTEGRANTES! ¡CON ESTO, CONCLUYO ESTA REUNIÓN! (LOS TRES INVITADOS TIENEN UNA SEMANA PARA CONOCERNOS MEJOR A TODOS, Y CONOCER MEJOR LA CIUDAD.— Dijo Jessie con un micrófono.

Se abrieron las puertas, y les dejaron marchar. Mía y Unai se fueron a otra calle, más lejos, y se sentaron en un banco.

—¿Qué te pasa? — le dijo Unai a Mía.

—Nada, nada...

—Es que te noto rara.

Mía estaba rara porque a Sara le gustaba Unai, y ella se había liado con él.

Mía besó a Unai y le dijo:

—¿Aún te parece que estoy rara?

Se fueron al hotel que les habían reservado, las habitaciones eran de dos, y dio la casualidad de que les tocaron a ellos dos juntos.

Había dos camas de matrimonio y dos mesitas. En cada mesita había una lámpara, dos libros, y un vaso.

Tocaron a la puerta, y cuando abrieron, eran los empleados de Actas, que habían ido a sus casas y hablan hecho las maletas por ellos.

—¡Gracias!— Dijeron Unai y Mía a la vez.

Se fueron los empleados.

—Bueno, me doy una ducha rápida.— Dijo Mía.

—Vale, yo te espero aquí, que después de ti voy yo.

Se abrazaron, y Mía se duchó.

En cuanto salió de la ducha, se dio cuenta de que se dejó la ropa afuera, y se puso una toalla y salió. Cuando salió se encontró a Unai, también tapado con la toalla.

—Emm, hola, perdón es que me he dejado aquí la ropa.— dijo Mía.

—A vale no pasa nada, yo ya iba a la ducha.

Unai se fue, y Mía se pudo vestir tranquila. 

SaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora