12.
Creo que me gustas
Entonces, Unai, ya salió vestido, pero aún se tenía que poner la colonia y todo, entonces entró al baño con Mía y se acabaron de arreglar.
Fueron andando hasta el Lake Johnson Park, y tardaron como una hora y media, en la que pudieron hablar de varias cosas.
—Entonces, todo lo que nos ha pasado, ¿nos convierte en novios? — dijo Unai.
—Supongo que sí.
La verdad, fueron a Maje Johnson Park por petición de Unai, porque según él, era muy romántico.
Había un puente enorme que cruzaba todo el lago, se podía hacer senderismo y kayak. También había una pequeña playa hermosísima.
Pero ellos dos prefirieron ir a la zona de pícnic.
Se llevaron una cesta con todo lo necesario para el pícnic. Habían mesas, pero prefirieron ponerse en el suelo.
Después de merendar, y besarse un buen rato, Mía se acordó de una cosa.
—¡Mierda, tenemos que volver con JD!
—¿Por? — dijo Unai.
—Ya lo verás, tengo una pista, tú solo sígueme.
Llegaron allí y convocaron una reunión de emergencia.
—¿Qué pasa Yuya? — Dijo JD
—Tengo una pista.
—Cuéntanosla.
—El último sitio donde Sara fue vista fue en la estación de tren de nuestro pueblo. Antes de todo esto, ideé un plan. Sara podría estar en un radio de 40 km. A mí sola me tomaría dos meses poder buscar, pero con ayuda, en una semana tendríamos todo el perímetro vigilado.-
—Es muy buena idea, pero tenemos que llegar lo antes posible. Cogeremos nuestro avión.
Entonces fueron unas 58 personas con ellos, y otras 60 estuvieron vigilando y dando indicaciones por los ordenadores y teléfonos.
Obviamente, nadie se enfadó con Mía, aunque haya interrumpido las vacaciones. Era un caso muy importante. O sea de que se podían quejar, ya habían pasado tres días, tuvieron esos tres días para hacer lo que quisiesen.
Entonces, llegaron, Mía les enseño todo y en cuatro días ya pudieron hacer la mitad.
Mía no se podía concentrar, pues estaba pensando en que le había fallado a Sara.
—Oye Mía tenemos algo.— le dijo JD por llamada.
Fueron Unai y ella, a ver qué había pasado.
—Hemos encontrado un cadáver. No es el de Sara.
—Es de Margot Williams, una estudiante de tercer curso del instituto.
Con ella ya eran seis asesinatos.
Llamaron rápidamente a la policía y cuando llegaron se quedaron sin palabras. Tenía todos los huesos rotos, no tenía dientes, le falta un brazo, y parecía que le hubieran arrancado los ojos.
Mía se traumó con esa imagen, o sea, era terrorífica.
Los policías interrogaron a todos los que estaban allí, pero por suerte, (o no tan por suerte) la Mía le tocó el mismo oficial que le interrogó con lo de Sara.
—Qué casualidad, siempre estás en todos los líos. — dijo el oficial mientras se comía unos donuts.
—Yo no encontré el cadáver.
—¿Entonces quién fue?
—Fue mi amiga, ella estaba paseando por allí y se lo encontró en una cuneta. — dijo Mía manteniendo su versión.
—Que pase Jessie. — Dijo el oficial por el pinganillo.
—Hola buenos días, ¿me necesitaba? —dijo Jessie.
—Sí, Buenos días, le quería contar que... — JD tapó la cámara de seguridad con un chicle, y se ve que le puso algo en los donuts del oficial porque se quedó dormido.
Entonces se escaparon y fueron al cuartel.
—Vale, no hemos encontrado a Sara por ninguna parte, pero tenemos una pista de que es lo que mata a las personas.
Dijo JD.
—hemos hecho una prueba de ADN, lo que mata a esas personas, no es humano, el ADN no coincide.
Lo que faltaba. En parte Mía estaba contenta, queda decir que Stranger Things tenía algo de razón.
Pero eso no era motivo para alegrarse de las desgracias de los demás.
—De momento, todos los agentes, tendremos que volver a vuestras casas, ya os avisaremos cuando los necesitemos. Pero intentar estar atentos al móvil o al ordenador. — Dijo JD.
Todos se fueron a sus casas, menos Unai, que se fue con Mía.
Llegaron de noche, entonces se hicieron la cena. Como no tenían mucha hambre, se pusieron huevos fritos con bacon.
Después de cenar, subieron al cuarto de la madre de Mía, que tenía televisión.
Vieron una película, más concretamente la de Culpa Mía de Mercedes Ron.
Durmieron en la misma cama, cosa que para Mía no le supuso ningún problema. A Mía le gustaba mucho Unai, pero en parte, se sentía culpable, porque él era el chico del que Sara llevaba enamorada desde que llegó a Nueva Jersey. Tampoco se podía sacar de la cabeza la escena de la Margot Williams, Mía llegó a conocerla.
Al día siguiente, desayunaron, y se fueron a dar una vuelta por el pueblo. Compraron algunas cosas y se lo pasaron genial. Comieron en un restaurante, y luego se fueron a una discoteca. Estuvieron hasta las dos de la mañana, porque ya todas las canciones buenas se habían acabado.
Volvieron a casa, y en vez de irse a dormir se quedaron hablando en la cama sobre cosas cotidianas, y sobre la limpieza de la casa. Esa noche no se besaron, y Unai pensó que algo raro pasaba.
Al día siguiente hablaron sobre esto.
—Mía sé que te pasa algo.
—Unai, no me pasa nada.
—Sí que te pasa, últimamente estás muy rara...— dijo Unai intentando que Mía le confiese la verdad.
—es que verás...
—¿Qué pasa?
—Le gustabas a Sara y ahora tú y yo aquí somos novios, siento que la he decepcionado.
—Mía, eso ya me lo contaste en el parque aquel día.
—Ah es verdad.
—Y yo sabía el riesgo, pero Mía es que me gustas, me encantas, cuando Sara me hablaba de ti, yo ya me imaginaba contigo. Nunca quise hacerle daño a Sara, por eso no le dije nada. Y si estos días te he hecho sentir mal, quiero que sepas que lo siento, intentaba que te sintieras a gusto, y que al menos, solo al menos, yo pudiera llenar ese vació que dejó Sara al desaparecer.
—Unai. — susurró Mía.
—¿Qué?
—Tú también me encantas.
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Sara
Mystery / ThrillerSara es una chica californiana de 16 años. Por culpa de un accidente laboral en el trabajo de su padre, tiene que mudarse a Nueva Jersey, dónde no conoce a nadie. Su mejor amiga Mía debe quedarse en California, a 45.000 kilómetros de distancia. En e...