Beautiful Monster (Lena G!P)

4

Era el quinto día de terapia regresiva de Kara, estaba sentada frente a la doctora Felicity, eran las 3 de la tarde y estaban allí desde las 8 de la mañana. La rubia había hecho avance, sabía que en su pasado había pero no podía ver su cara.

—La noche es fría—susurró con los ojos cerrados mientras Felicity la miraba fijamente.

—¿Qué más? ¿Qué haces Kara?

—Corro—sonrió—corro mucho y me divierto.

—¿Con quienes?

—Mis amigas.

—Mira sus rostros ¿Quiénes son?

Kara se removió en su asiento.

—Está mi hermana Alex, esa tramposa está escondida—dijo bajito—Maggie y Sam me tocan y me siento algo en desventaja, jugamos a las traes, yo no puedo correr mucho pero ella sí.

—¿Ella? ¿Quien es ella?

—No lo sé, no veo su rostro—susurró.

—Esta vez haremos algo distinto, sigue, continúa aunque no veas su rostro Kara.

Felicity estaba lista, pensó que Kara tendría un trauma enquistado en su subconsciente. Si había algún bloqueo ahí Kara tenía pensado superarlo este día. Por eso había estado desde temprano, las sesiones usualmente eran de una hora, pero la rubia no tenía tiempo para más días, necesitaba lograrlo en este porque cada día que pasaba era un tormento para Kieran.

Cuando Kara avanzó su mente corrió fuera de la hipnosis de nuevo.

—Kara, sigue sucediendo lo mismo, tienes que abrazar lo que sea que haya pasado, asumirlo por malo que sea.

Kara asintió y cerró los ojos de nuevo. Volvió a comenzar.

Allí estaba ella, tomando a la chica de la mano, corriendo feliz.

—Ella quiere atrapar a los que juegan por mí, es más rápida que yo.

—No te enfoques en su rostro ahora, enfócate en lo que viene después—dijo Felicity.

Kara lo hizo, enseguida apareció Jor-El.

—Mi tío, está borracho—dijo abrazándose a si misma—Es asqueroso, lo odio—su voz se quebró—Intentó tocarme una vez y mamá no hizo nada, no me creyó, así que evité quedarme a solas con él después de eso—su voz sonaba asustada—pero aquí está de nuevo borracho con su arma, t-tengo miedo.

Luego hubo un cambio en su voz.

—Lo empujé, es lo que se merece, es horrible esa arma se iba a disparar contra nosotras.—comenzó a llorar y a temblar.

Su voz sonaba esperanzada ahora, como si hubiera visto su salvación.

—¿Ella va a ayudarme? Déjame verte ¿Por qué no puedo verte?—Kara intentaba enterrarse las uñas.

—¿Por qué no puedes verla Kara, qué sucede para que no puedas verla?

Kara se estremeció.

—No puedo mirarla, ella va a tomar la culpa por mí—susurró con miedo.—La culpa es mía, no puedo dejar que lo haga.

—Kara, mira su rostro, toma la culpa Kara, asume la culpa que tengas.

—Pero ya lo hago.

—No, asume la culpa que no estás aceptando.

Kara entonces cayó en la cuenta.

—La culpa que no he aceptado—las lágrimas comenzaron a fluir mientras la niebla en el rostro de Kieran se iba disipando y aparecía su rostro lleno de incertidumbre y terror.—La culpa que no he aceptado...