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Kieran y Nía se miraban sin pestañear, el aire era pesado alrededor de ellas mientras Eliza sonreía de forma altanera.

—Nía ¿Sabes lo que tienes qué hacer?—preguntó Eliza mientras sacaba su celular y acordaba varias sumas de dinero por algunos niños, lo hacía a posta—Hoy serás tú o será Kieran, pero ambas no pueden ser la número uno.

Nía sonrió—Ella no va a tocarme, es mi madre—no había emoción en su voz ni en su rostro sólo una sonrisa segura.

Las comisuras de los labios de Kieran se curvaron con satisfacción—Olvidas que ambas somos asesinas.

—Y por eso—Interrumpió Eliza—Fue que envié a esa basurita a tu casa, para que experimentes lo que es ser madre...para tocar tu corazón Kieran—suspiró como si la elección fuera dolorosa—Nía, vas a pelear más en serio que nunca en tu vida ¿Entendido?

Kieran miró sin emoción cómo delante suyo la pelea estaba a punto de desatarse, una parte de ella, aunque Nía no había sido concebida de manera tradicional al igual que Liam, era suya, y tenía 13 o 14 años a lo sumo, no era justo.—Nía no me fuerces a matarte—había una súplica debajo de la superficie fría del comentario.

Eliza lo veía claro como el día—Liam y Kara te deben estar esperando en casa, Kieran—la mujer se rio de forma sonora, alimentando las ganas de pelear de Kieran, que ya se posicionaba lista para pelear, suspiró y la elección se hacía evidente en su interior, era pelear o morir.

Ya nada era lo mismo, esta era la última pelea, la más dura que debía enfrentar.

Nía gruñó y sin esperar un segundo más se lanzó sobre Kieran, tenía cuchillas en cada mano, iba en serio con matarla, la mataría, Eliza la había enseñado a odiar a Kieran a toda costa.

Kieran no hablaba, no reaccionaba sólo se defendía recibiendo cortes uno tras otro, mirando y aprendiendo, rápidamente vio la debilidad y pateó la pierna derecha de la otra haciéndola caer al suelo chillando.—Tienes una herida ahí, no se cura aún, por como peleas es fácil saber.

Nía no lo pudo evitar, cortó la pierna de Kieran desde el suelo con un cuchillazo y miró a la mujer alejarse con dolor—Puta, me da igual de donde salí, Eliza es mi madre y yo seré su número uno.

—A Eliza no le importas Nía, sólo te ve como un arma—rugió y comenzó a dar patadas y puñetazos a la chica que intentaba defenderse a toda costa pero recibía golpes por doquier—céntrate, Eliza no te quiere y no lo hará jamás, ahora mismo solo espera a que una gane para torturarla y tenerla de mascota.

—Envidiosa, a mí jamás me ha torturado—le pateó el estómago a Kieran.

—Sí lo hace, lo hace tanto que se te olvida, le tomas cariño porque piensas que es buena pero en realidad pasas un infierno y luego ella te hace olvidarlo a golpe de drogas, Nía, mírame, puede que no tuviéramos roce, pero no es culpa nuestra, yo ni siquiera sabía que tenía hijos hasta que Liam llegó a mi puerta, y ahora tú—Le dio un puñetazo que hizo a la chica salir volando dos metros y caer sobre su trasero—No me hagas dañarte Nía, juntas podemos hacer esto, por favor.

La escena se volvió una especie de danza mortal entre ellas, sangre salpicando de un lado a otro, rostros rojos de sangre, el líquido carmesí goteaba en el suelo en gotas que parecían rubíes.

—Kieran tú nunca entenderías lo que se siente.

—Pasé por eso más tiempo del que tú has existido, Nía.

Beautiful Monster (Lena G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora