Capítulo 39 ¿Necesitas dinero?

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Vivian supuso que de seguro la había visto hablando en la escalera. Sin embargo, como no se le ocurrió una explicación en el momento, se limitó a responder.

—Bueno son cosas del trabajo. No es nada importante.

Vivían no intentaba ocultar a Finnick el estado de su madre. Pero sólo no sabía cómo sacar el tema.

Si decía que su madre está muy enferma y que necesita dinero con urgencia para costear su tratamiento, sonaría como si estuviera exigiendo dinero. Aunque estaban casados y ella empezaba a desarrollar cierta confianza en él, seguía sin querer revelar sus vulnerabilidades a los demás.

Tal vez fuera un hábito que había cultivado desde joven. Su madre siempre le recordaba que, aunque todo el mundo se burlara de ella por no tener padre y por ser hija ilegítima. Nunca debía mostrar ninguna debilidad. Nunca debía permitir que alguien se burlara de ella.

Cuando Finnick se dio cuenta de que la mirada de Vivian parpadeaba, reflexionó durante un rato y decidió no seguir preguntando. Claro, él conocía el estado de su madre. Sin embargo, no pensaba tomar la iniciativa de ofrecerle ayuda. Como sabía lo sensible y testaruda que era ella m, temía afectar a la frágil confianza que había entre ambos.

«Tomémoslo con calma. No quiero asustarla». Se dijo. Mirando a Vivian, que estaba ensimismada en sus pensamientos, Finnick se burló en silencio en silencio de sí mismo. Nunca se imaginó a él, que siempre había sido tan decisivo durante negociaciones comerciales, que se volviera tan indeciso sólo por ella.

Al final, se limitó a decir:

—Vamos a comer. Después te llevaré a la estación de tren.

Vivian asintió, lanzando un suspiro de alivio al ver que Finnick no insistía en llevarla a su despacho. «¿Significa esto que está empezando a entenderme?», No pudo evitar preguntarse. Vivian tomó el tren para ir a la empresa. Antes de que pudiera sentarse en su escritorio, la secretaria le informó de que Fabián la había convocado.

El corazón de Vivian se hundió.

Tras volver de la ciudad Q Fabián dejó de hacerle pasar malos ratos. «Así que, ¿Por qué me llamaba ahora?» se preguntó desconcertada. Con eso en mente, se dirigió hacia el despacho de Fabián.

—Sr Norton, ¿En qué puedo ayudarle?

Fabián la miró con el rostro inexpresivo y fue directo al grano.

—Vivian... ¿He oído que vuelves a cobrar el sueldo por adelantado de este mes?

El corazón de Vivian se hundió.

—Si necesito dinero.

—¿Necesitas dinero? — Fabián se burló—: ¿Para qué?

Vivian pudo sentir que le temblaban las yemas de los dedos. Su voz se tornó gélida al tiempo que reprendía:

—Eso es asunto del departamento de finanzas.

Como jefe de redacción, ¿No te estás preocupando en exceso?

Cuando Fabián vio a Vivian que evitaba la pregunta. su tono burlón se intensificó:

—¿Por qué? ¿Es por algo turbio?

Vivian le lanzó una mirada fulminante. Respiro hondo y sonrió.

—Quiero comprar un bolso que acaba de salir a la venta. Es una edición limitada. Si no cobro mi sueldo por adelantado, no podré tenerlo a tiempo.

«Como Fabián ya piensa que soy una cazafortunas, lo dejaré así. De todos modos, ya no me importa», dijo.

Cuando él escuchó su tono despreocupado, no puedo evitar apretar los puños. Sonriendo con desdén, s burlo:

—¿Eh? Es sólo una bolsa. ¿Esos hombres se negaron a comprártelo?

¿Esos hombres? Vivian pensó que ya se había vuelto inmune a todos esos ataques. A pesar de que Fabián la insultó de esa manera, ella no sintió nada en absoluto.

Fabián se levantó de golpe y alzó la voz:

—Vivian, ¿Por qué no dices nada? Te estoy haciendo una pregunta. ¿Qué pasa con esos hombres? ¿O te dejaron después de conseguir lo que querían de ti?

Frunciendo el ceño. Vivian empezaba a perder la calma. «¿Está loco Fabián? ¿Por qué está actuando así de nuevo?» pensó.

—Sr. Norton, si no puedo cobrar mi sueldo por adelantado, olvídelo. Si no hay nada más, me iré ahora—declaró después de perder la paciencia.

Estaba a punto de marcharse cuando él se adelantó de repente y le arrojó algo a la cara.

—Vivian, ¿Puedes explicarme qué es esto?

¿Tienes prisa por casarte, señorita?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora