Otro día más, otra vez a levantarse de la cama; bañarse, desayunar, entrenar entrenar y entrenar, bañarse, almorzar, dormir la siesta, hacer horas huevo, comer e ir a dormir. La misma aburrida y pedante rutina de todos los días.
O al menos eso creía al inicio del día, porque hoy si paso algo interesante, o bueno, dentro de todo interesante. Apenas termine de bañarme a la mañana antes de entrenar, baje a desayunar, y ahí en mí mesa, justo a mí lado (donde se solía sentar Julián) estaba Nahuel, sí, Nahuel Molina.
Seguramente se preguntan ¿Por qué es raro Ale? Y les voy a contestar... Es raro que el Moli se siente justo en mí mesa porque siempre se sienta en la mesa de atrás, la mesa de la banda del palo santo, donde ahora mismo se encuentran Licha con mí mejor amigo que también es su novio (Taglia), Y el Cuti con un chino que parece estarse escondiendo porque trata de rodear todo su cuerpo con la campera de la selección que aparentemente le dio Cristian.En fin, Molina está a mí lado y parece querer hablarme, pero no puedo prestarle atención, sobre todo cuando quien se sentó en la mesa de al lado es Julián, quien se encuentra hablando animadamente con Enzo, sé que son amigos, pero no puedo evitar sentirme mal, y sobre todo sabiendo que a esta misma hora en días anteriores quien hacía a Ju sonreír así era yo.
–¿Te sentís bien Ale?– Escuché que Leandro me llamaba y sentí como volvía a la tierra después de estar tanto metido en mis pensamientos, apenas voltee vi como todos en la mesa me miraban fijamente de manera preocupada.
–¿Eh? Ah... Si si, estoy joya.– Contesté distraído mientras miraba mí desayuno con falta de apetito, últimamente no estoy comiendo mucho.
–Uh amor, olvidé traer el coso, voy a buscarlo ¿Me acompañas Ale?– Habló nuestro capitán a su esposo y luego me llamo, yo simplemente asentí y me levanté lentamente tratando de no pasar por un inevitable mareo.
Seguí a Leo con mí cabeza llena de pensamientos, un nudo se había formado en mí garganta pero antes de que puedo hacer algo por contrarrestarlo mí capitán freno en seco y volteo para abrazarme en medio del pasillo (que como todos estaban desayunando estaba vacío).
–¿Que pasa hijito? Vos podes hablar conmigo ¿Sabes?– Su voz estaba llena de dulzura, dulzura que contrarrestaba la amargura de mí angustiado corazón.
Correspondí a su abrazo y dejé que las lágrimas salgan lentamente, estos días no habían sido buenos, y todo mí cuerpo estaba siendo resentido por eso. El no comer bien y el no descansar me pasaba factura, pero trataba de evitarlo, demasiado cansancio; tanto físico como emocional me estaba matando.
Pero ahí estaba mí capitán, siempre en el momento oportuno, listo para extender sus brazos y salvarme, listo para lo que sea, él estaba ahí, el está siempre presente.–Me duele capi...– Susurré en su hombro mientras trataba de calmar mí respiración. –Me duele que Ju sea así, que se haya acercado y se haya hecho querer tanto para después alejarse sin motivo, ni siquiera puedo acercarme a hablar para saber que paso porque me huye, y eso duele... Yo lo quería tanto.– Después de haber hablado entre sollozos seguí escondiéndome en el hombro de mí capitán mientras lloraba, necesitaba sacar toda esa bosta que me estaba pudriendo por dentro, necesitaba liberarme del nudo en mí estómago y en mí garganta, necesitaba liberarme de la piedra en mis pensamientos y en mí espalda, necesitaba alguien que me salve.
–Tranquilo Ale, quizás él no era la persona para vos...– Acarició con una mano mí pelo y con la otra ni espalda. –Muchas veces pasa que nos gusta alguien por como es, por ser bueno y demás, y lo consideramos un buen partido, pero no siempre es la persona que está preparada para nosotros.– Habló con suavidad mientras yo simplemente escuchaba, no podía hablar solamente asentir, realmente estaba vaciando mí corazón y Leo lo estaba llenando con sus dulces palabras.
Después de haber estado unos minutos llorando entre los brazos de mí capitán me recompuse y me aleje lentamente mientras limpiaba mis lágrimas. Ahora ya me siento mejor, incluso desapareció el nudo en mí estómago que no me dejaba comer, ahora muero de hambre.
–¿Te sentís mejor?– Me miro con dulzura y comprensión mientras secaba el resto de las lágrimas que corrían por mis mejillas.
–Si, gracias Leo, gracias...– Suspiré y lo mire nuevamente con unas ganas inmensas de abrazarlo y agradecerle hasta la muerte por todo lo que hace por mí.
–Vení acá.– Me abrazo nuevamente y dejo un paternal beso en mí cabeza, como tratando de sellar la paz que él había reinstaurado en mí alma. –Vamos a desayunar que hace rato que no comes bien.– Fuimos juntos hasta el comedor nuevamente y allí Ángel miro a Leo asintiendo como si él también supiera que era lo que me pasaba, sin dudas amo a este matrimonio.
Después de desayunar de una manera más animada tuvimos el entrenamiento en el cuál la primera parte fue en el gimnasio, una vez estuve ahí me puse mis auriculares y trate de olvidarme del mundo, sinceramente después de vaciarme de todo ese ardor que me estaba matando lo único que quería era llenar ese hueco con música y abrazos.
Todo era paz y calma hasta que; mientras cambiaba el peso de mí máquina sentí unas pequeñas manitos abrazar mí pierna, reconozco muy bien esas pequeñas manitas. Sin dudar mucho me di vuelta rápidamente y le hice upa, era el bebito del novio de Lean.–¡Hola bebito! ¿Que andas haciendo por acá?– Lo mire sonriendo y el me devolvió la sonrisa de manera pícara, creo que ya sé que pasa. Y Leandro me lo confirmó cuando pegó un grito llamando al pequeño en aquel gimnasio. –¡Acá está Lean!– Le grité mientras reía junto con el bebé.
–¡Acá estás! ¿Que te he dicho de escaparte Davi?– Habló de manera preocupada Paredes. –Hoy me tocó cuidarlo, ya sabes... Mientras se lleva todo eso del juicio por la custodia le toca a Ney cuidarlo.– Suspiro mientras agarraba a su bebito en brazos y lo peinaba suavemente. –Gracias por agarrarlo, sino este duende iba a andar por todos lados.– Antes de irse me sonrió de manera sincera.
Apenas Lean se alejo volví a ponerme mis auriculares y termine de acomodar la máquina para comenzar con el ejercicio. Después de la primer sesión de ejercicio estaba agotado así que pare para tomar agua, ahí me encontré con Nahuel que pareció querer hablarme así que me saque un auricular y pare la música (cosas de sordos).
–Agotador ehh– Me sonrió y yo le devolví la sonrisa algo incómodo ¿Solamente para eso pare mí música? –Se ve que te llevas bien con nenes... ¿Tenés hijos?– Casi me atragante con el agua ¿Tanta cara de hetero tengo como para que me pregunten si tengo hijos?
–¡No!– Contesté tan en automático que hasta yo me sorprendí de lo fuerte que sonó esa palabra. –No no, o sea, no es como que no me gustaría, en un futuro obvio que me gustaría, pero bueno, en un futuro, ahora no, todavía soy joven y ni siquiera pareja tengo. Así que...– Frote mis manos con nerviosismo, pero ¿De que estoy nervioso? Hasta ahora con la única persona con la que me ponía tan nervioso era con Ju, y bueno con una vieja de lengua en la secundaria. Quizás sea esa linda sonrisa tan segura y nerviosa que siempre lleva, o quizás sus ojos sobre mí, o quizás... Los ojos marrones penetrantes de alguien más sobre mí nuca. Que confusión tan grande, necesito aire...
ESTÁS LEYENDO
Mí bella arañita (Mac Allister X Julián Álvarez)
FanficAlexis y Julián deciden emprender un viaje sin retorno a descubrir lo que para ellos es el verdadero amor, como transmitirlo y con quién compartirlo, quien diría que en medio de esa búsqueda por el significado del amor se encontrarían mutuamente y d...