Cinco

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Está acabando de arreglarse cuando escucha el conocido desliz de la puerta del balcón al abrirse. Rueda los ojos, caminando por el pasillo y poniéndose en el rostro su mejor cara de superioridad, una muy buena porque ya tiene el aspecto indiferente y su extenso conocimiento en maquillaje le permitió ocultar los rastros de las pésimas noches sobre su espalda.

—Brainy, ¿qué demonios? —Él voltea a mirarla, abandonando cualquier objeto en sus manos sobre la mesa de café—. ¿Sabes algo sobre allanamiento de morada?

—Sí, es un crimen.

—En definitiva.

—Ah. —Mueve las manos—. Creí que éramos amigos, ¿no puedo venir en cualquier momento?

—No.

—Ah —repite, luego se encoje de hombros—, Lo siento, en ese caso. —Endereza la postura, acomodando las manos detrás de la espalda, sin sentirlo en realidad—. Pero estuve pensando en el problema del otro día, si reducimos el tiempo de reacción dentro del circuito entonces lograremos un rendimiento más ligero: continuo.

—¿Por eso viniste aquí a las siete de la mañana?

—Sí, era el único espacio libre en tu agenda.

—Volviste a husmear en mi agenda —puntualiza. Él asiente y ella se rinde completamente—. Bien, sigue hablando. —Comienza a recoger sus pertenencias para encaminarse a su empresa.

—Claro, ah, ¿debo seguirte? —Asiente, poniéndose en marcha—. Por cierto, ¿podrías detenerte en la cafetería? Kara o Supergirl necesita algo de energía extra últimamente y yo intento ser un buen amigo. —Persigue sus pasos—. Entonces, hablando del circuito, ¿no podemos usar una fuente de poder diferente?

—Vuelve sobre tus palabras.

—¿Hasta donde hablo de Kara? —Lena se sonroja—. No es nada nuevo, ha estado distante y distraída, supongo que debido a su último encuentro.

—¿A nuestro último encuentro?

—Sí, ya sabes, siempre se distrae contigo. —Le tiende las llaves del auto, descifrando la consternación en su rostro—. Antes de eso estaba mejor, aunque no mucho, las cosas han sido complicadas.

—Espera, ¿cómo sabes del encuentro?

—Escuché una conversación. —Ella acentúa su ceño fruncido—. Por accidente.

—Yo no la distraigo.

—Sí lo haces, siempre. —Brainy es incapaz de equivocarse—. El porcentaje de error es absurdamente bajo.

—No es así —reniega—. ¿Por qué lo haría?

—Oh, eso habrás de preguntárselo a ella, yo sólo observo. —La mira con insistencia, presionándola para seguir avanzando—. No entiendo por qué las personas se distraen con otras, es imprudente, ¿no lo crees?

—Tú te distraes con Nia.

Él se azora, mirándola acusatoriamente. —¿Supergirl se distrae por las mismas razones? Porque yo amo a...

—¡No! No es lo mismo. —Salen al pasillo del edificio, camino al elevador—. Sólo remarcaba mi punto.

—¿Cuál?

—Que también eres imprudente con ciertas personas.

—Oh, estoy tan ofendido.

Lena relaja los hombros y le permite acompañarla, escuchando sus ordenadas pero veloces palabras acerca del nuevo proyecto de L-Corp e incluso lo deja frente a la cafetería favorita de Kara. Intenta no pensar en ello.

La forma del hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora