Revisa una vez más su atuendo antes de despegar, surcando los aires con inusual habilidad, también con más rapidez de la acostumbrada, pues la mañana empieza a esclarecer y ver a una persona vestida como Kara Danvers volando por ahí es, en efecto, un evento extranormal. Le conviene ser discreta.
Sus pies resuenan contra el piso del balcón al aterrizar. Se arregla el cabello y llama a la puerta, observando a Lena acercarse a través del cristal. Le abre, lanzándole una mirada de pies a cabeza. No se preocupa por ser discreta.
—¿Y la capa? —Recorre el pasillo devuelta y como Kara no ha sido invitada a pasar se queda en la sala de estar, con las manos tras la espalda.
—¡No la creí adecuada para la ocasión! —responde a voces—. Aún puedo cambiarme —añade más bajo.
—¿Ah, sí? —Usa su ceja arqueada con el único objetivo de intimidarla, por supuesto surge efecto—. Quédate así, no te necesito volando.
—¿Y cómo vamos a llegar?
—¿Pensabas cargarme hasta allí? —Lena sostiene el celular en una mano y las llaves del auto en la otra.
—Sí.
—Dios, no. —Como no se detiene Kara supone que van a saltarse la charla casual e irán directas a ejecutar el plan—. Puedes ir en la parte de atrás del auto.
—¿Estás vetándome del asiento de copiloto? —Suena casi indignada.
—En efecto. —Salen del apartamento, como Kara va atrás se encarga de cerrar la puerta con la clave, sin pensarlo dos veces—. Responde algo, basada en los eventos recientes, ¿mereces ir adelante?
La rubia ignora su tono burlón. —¿Cambiaste la clave? —Lena puede percibir la expresión de su rostro con sólo el volumen bajo de su voz. Se da media vuelta, encontrándose los ojos agachados más perfectos de la historia.
—No pensaba tenerte devuelta aquí —confiesa, Kara acentúa el ceño fruncido—. Maldición, eres verdaderamente insoportable, la nueva es veintidós cero nueve —Y continúa caminando.
A Kara se le escapa la sonrisa sin consideración. —¡Ese es mi cumpleaños!
—¡Sí, Kara! Lo sé.
El trayecto a la mansión es tranquilo e incluso se las ingenia para adueñarse del puesto de copiloto, aunque Lena no la deja tocar el estéreo y todo el camino allí escuchan un muy aburrido podcast sobre historia. A pesar de ello, y para dejar constancia, Kara adora estar ahí. Sólo cerca. Ni siquiera es trascendental, pero es un lugar donde comenzar, una base. Es más de lo que esperaba tener dos días atrás.
—Tienes esa cara —Lena cambia de velocidad, es malditamente atractiva sin siquiera intentarlo—. Como si estuvieras en una tienda de mascotas. —La mira de reojo—. En la zona de cachorritos —anota—. Y lo sé porque ya estuvimos ahí.
—Es verdad, no me dejaste adoptar uno.
—Uno habría escalado rápidamente a diez. —Kara hace eso de cuando está adormilada —y nadie la puede culpar porque el podcast es aburridísimo—, riéndose muy bajo—. Ahora, ¿por qué esa cara?
—Es mi cara usual.
—Mentira.
Kara vuelve a reírse. —Quiero decir, es mi cara usual de cuando te miro.
A Lena le alegra tener un camino delante en el cual enfocarse, porque así puede girar el rostro y no desvelarse frente a Kara con las mejillas bañadas en rojo. Recorren el poco camino sobrante en total silencio, al menos el podcast les hace menos incómoda la existencia.
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La forma del hogar
FanfictionUna versión más del "qué pasa cuando Lena se entera del secreto de Kara". Es angustioso a ratos y cursi casi todo el tiempo. Una historia corta que plantea un acercamiento diferente al que suelo tener con estos personajes. Lena asesina a Lex. Lex d...