Vacía una gran cantidad de whiskey en su vaso usual, la oficina es invadida por la luz del atardecer, alumbrándose con esos tonos ámbar que disfrutaría bastante si no tuviese una patente que poner en orden y, al menos, tres tratos que renegociar antes del miércoles. Frunce el ceño mientras considera el mejor enfoque para retomar la discusión sobre la escasez de materiales en el sector industrial de L-Corp y le da un sorbo a su vaso.
Luego lo escupe. Y también maldice a su novia.
La cabeza comienza a punzarle cuando dan las ocho de la noche. No sabe a qué se debe. Podría ser cansancio, estrés, hambre o la falta de su whiskey caro. Cualquiera que sea la razón está impidiéndole concentrarse. Garabatea en el archivo que tiene abierto, corrigiendo la redacción del trato antes de acumularlo junto al resto de documentación del día. Se rinde un poco.
Le quedan otros tres contratos, la maldita patente reposa en su computadora, como una burla constante y de seguro, en algún lugar de su bandeja de entrada, tiene un asunto legal por resolver. A veces le gustaría entender cómo ha sobrellevado tanto tiempo el trabajo interminable de estar a cargo de una compañía de este tamaño.
Bueno, antes no tenía demasiadas distracciones.
Kara es las distracciones.
Alice entra con rapidez, alejándola de su introspección cercana a haberse distraído. Toma los archivos trabajados, le sonríe levemente (sobre todo para aparentar) y mira algo en su celular. Lena presiente el anuncio como una tragedia sólo con ver el rostro de su secretaria.
—Tenemos un problema —declara, disculpándose con el tono de su voz.
—Dime que no es de legales, dime que no es de legales. —Lena se deja caer en su silla, abatida.
—Es de legales.
—¿Puede resolverse mañana? Porque ahora mismo quiero lidiar con la patente y no tengo idea de por dónde empezar. —Alice hace una mueca extraña—. ¿Sabes? Dáselo a Sam, es excelente con los asuntos legales y después te puedes ir a casa.
—¿Está segura, señorita Luthor? Puedo revisar el resto de los contratos por usted —ofrece. Lena niega, rechazando su propuesta, porque honestamente no quiere tener otro asunto legal gracias a explotar a sus empleados, cosa que no hace—. De acuerdo, no se quede hasta muy tarde, ¿bien? —pide, encaminándose a la puerta—. Oh, y Kara Danvers ha estado llamando, ¿debería decirle algo antes de irme?
Lena considera sus palabras, haciendo memoria por si olvido una fecha importante en su relación, usualmente Kara la deja trabajar tanto como necesita y entiende las señales después de la tercera llamada. —No te preocupes, yo me encargo de eso.
En resumen, se olvida de encargarse de eso y su mayor esfuerzo es mandar un mensaje sobre llegar tarde a casa, tener muchos pendientes y estar bien. Sólo hay una mentira ahí. Como sea, dan las once de la noche, la oficina tiene todas las luces encendidas y eso explicaría por qué la cabeza sigue doliéndole tanto. Por otro lado, en las buenas noticias, por fin arregló la patente, está lista y L-Corp va a tener una gran ventaja en por lo menos un periodo de un año en avances tecnológicos gracias a ese pequeño aparato.
El cual no es pequeño y también le costó horas de salud mental realizarlo. Lena en serio necesita tener un mejor ambiente laboral para sí misma. Empieza a revisar un contrato más con un distribuidor cuando ciertas botas sobre su balcón resuenan. Como lleva cuenta del tiempo, sabe que ya excedió sus límites e, inevitablemente, crea una justificación tan rápido como puede.
—Sí, sí —empieza, dándose vuelta en su silla de escritorio—. Es tarde, lo sé, pero no puedo dejar escapar mis obligacio... ¿qué rayos te pasó? —Se pone en pie, dirigiéndose directamente a la figura alargada de su novia—. Destruiste mi traje.
ESTÁS LEYENDO
La forma del hogar
FanfictionUna versión más del "qué pasa cuando Lena se entera del secreto de Kara". Es angustioso a ratos y cursi casi todo el tiempo. Una historia corta que plantea un acercamiento diferente al que suelo tener con estos personajes. Lena asesina a Lex. Lex d...