No dejaré que te consumas (Caryl fanfic)

Capítulo 5 - Fantasmas

Capítulo 5 - Fantasmas

La incertidumbre y la vergüenza dejó paso a esa sensación de peligro que les era tan familiar. De un momento a otro, ambos ya se encontraban de pie mirando a ese hombre que seguía apuntándoles con la pistola, amenazándoles con acabar con su vida, mientras Daryl en un movimiento rápido había cogido su ballesta apuntándole hacia la cabeza de él. Daryl dio tres pasos hacia delante quedando por delante de Carol.

- ¿Qué quieres? - preguntó Daryl con agresividad.

- ¿Tú qué crees? - Respondió el lobo con cierta maldad - Primero robarte esa preciosa moto, tu ballesta y matarte, y jugar con ella - señaló a Carol.

- Como la toques... - La risa del lobo inundó ese valle, menospreciando la amenaza de Daryl.

Carol, desde su posición, observó a ese lobo y las posibilidades que tenían de salir de allí vivos. Estaban en un callejón sin salida, detrás de ellos el lago del cual era bastante difícil nadar hacia los otros lares del estanque, ya que las orillas tenían demasiada inclinación haciendo imposible poder salir del lago. Y además, intuía que entre esos bosques se encondian más lobos.

Pero confiaba en que Daryl tuviera algún plan, aunque de momento el único plan que tenía era apuntarle con la ballesta.

- Baja la ballesta y te prometo que no haremos daño a tu Julieta, sólo disfrutará - Carol notó como los músculos de sus brazos se tensaron más con sus palabras.

- No la tocaréis - pronunció Daryl.

- No me hagas matarla ya, queremos jugar con ella. Solo haz lo que te digo y no sufrirá. Baja la ballesta.

Un Daryl indeciso, bajó la ballesta cuando se dio cuenta de que no tenía otra opción. A regañadientes, avanzaron por el muelle como les pidieron. En ese instante, otro lobo salió de entremedio de los bosques, y Daryl movido por el instinto de supervivencia disparó una flecha al lobo primero, clavándosela en el hombro haciendo que la pistola cayera al suelo. Rápidamente, Carol cogió la pistola apuntando al otro lobo que acaba de aparecer, mientras el otro se lamentaba por el dolor en el hombro. De repente todo sucedido muy rápido, un golpe en la cabeza de ambos les hizo caer en el suelo.

No supo cuánto tiempo estuvo inconsciente pero cuando se despertó e intentó moverse su cuerpo estaba inmovilizado por una cuerda atada contra el árbol. El pánico floreció de repente buscando una salida y buscó con la mirada a todos los lados. Gracias a una pequeña hoguera que yacía a su lado pudo divisar, dos bultos en el suelo. Uno era el lobo malherido que parecía estar bastante convaleciente y a su lado pudo ver a Daryl inconsciente con las manos atadas a su espalda.

De fondo se escuchaba el sonido de tres voces que parecían divertirse, y sin duda serian la de los lobos.

- ¡Me toca a mí! - Gritó uno de ellos.

Carol quiso saber qué estaban haciendo pero por su posición apenas pudo ver nada, solo a uno de ellos con la ballesta de Daryl en la mano. Según los diferentes comentarios que pudo escuchar, intuyó que los lobos estaban divirtiéndose a ver quién le daba en la cabeza de algún caminante con las fechas, y que quién lo consiguiera, ganaría el premio. Tras varios gritos y reproches de unos a otros porque no conseguían dar con la diana, parecía que uno de ellos lo había conseguido después de innumerables intentos. Carol escuchó cómo el incesante ruido del caminante se quedó mudo y de la nada aparecieron los tres lobos que se divertían.

- Muy bien, preciosa, veo que te has despertado a tiempo para empezar a jugar. Así que, como he ganado me toca quitarte una pieza de ropa tan horrible - Dijo entre risas mientras con una navaja empezó a rajarle la tela de color amarillento, dejándole solo con la camisa interior de color blanca que era muy fina. Las risas y los comentarios grotescos de los lobos se sucedieron a medida que iba rompiendo la tela. E incluso sintió las manos de alguien que le tocaban por debajo de la camisa hacia su pecho manoseándole de una forma muy desagradable.