Capítulo 8 - Ladrones

1.9K 79 35
                                    

Este capítulo contiene contenido para [+18]

El corazón latía fuertemente contra su pecho a cada minuto que pasaba. Se movió inquieta por la habitación pensando en lo que estaba a punto de suceder.

Sus palabras le habían sorprendido hasta a ella misma cuando las había pronunciado, sin toque de duda o de indecisión. Por primera vez, su impulsividad había hablado por ella. Quería y necesitaba a Daryl aquella noche. Por un instante, sus palabras quedaron suspendidas en el aire, entretanto que Daryl las procesaba y asimilaba. Sus ojos se achinaron en busca de respuestas, centrándose primero en sus labios delicados y después en sus ojos. En ellos encontró dudas pero a la vez decisión y fuerza. Su titubeó hizo que Daryl se mostrara reacio, pero ella volvió a centrar su mirada en sus ojos, dándole la firmeza y seguridad que él necesitaba. Las dudas de Daryl se disiparon en el momento que Carol juntó sus labios contra los suyos susurrando en ellos:

- Quédate conmigo, por favor – reafirmó Carol, esta vez consciente de las palabras que estaba pronunciando y de lo que estas significaban.

Cuando ambos entraron en la casa de nuevo con la intención de subir a la habitación de Carol, se dieron cuenta que su noche iba a tener que esperar. Aún quedaban los restos de la celebración de la boda de Abraham y Rosita. Algunos alejandrinos todavía estaban por la casa con poca estabilidad para volver a sus hogares. La pareja se miró entre sí decepcionada, al comprobar que deberían esperar un poco más. Por suerte, la fiesta no tardó en finalizar en el momento que Tobin, quien fue el último alejandrino en permanecer en la casa del grupo de Rick, traspasó el umbral apesadumbrado de que Michonne, con la que intentaba flirtear, le hubiese rechazado.

Cuando todos fueron hacia sus habitaciones, Carol y Daryl se adentraron en la habitación de Carol. En ese momento, Carol se percató que no tenían preservativos. Daryl se ofreció a hacer una intrusión en la farmacia de Alejandría para obtenerlos. Pero ya habían pasado veinte minutos cuando la ausencia de Daryl hacía que sus nervios – y dudas – se adueñasen de ella.

Se enfrentó a su reflejo en el espejo que había en su habitación, revelando a una mujer indecisa que estaba a punto de mantener relaciones sexuales con el hombre del que estaba enamorada desde hacía tiempo. Vio la indecisión en su rostro acompañado por un suave temblor en su cuerpo debido a los nervios.

Estudió su cuerpo de arriba abajo cubierto por la suave tela del vestido lila que abrazaba su escultural figura. Era extraño verse envuelta en ese tipo de vestimentas tras pasar tiempo con ropa sucia y de guerrera. Pasó su mano por sus costados hasta llegar a sus pechos, respirando hondo sintiendo como la excitación y las dudas se apoderaron de ella a partes iguales. En ese instante, el pánico invadió su garganta.

"¿En serio crees que se va excitar con ese cuerpo asqueroso que tienes?"

No le voy a gustar.

Las voces en su cabeza se mezclaban con las de Ed, y la seguridad que por un momento parecía que tenía, desapareció de un plumazo. Las voces taladraron su mente y las lágrimas amenazaron con arruinar toda la calma. No podía permitir que las inseguridades de su fantasma del pasado arruinaran ese momento. En ese preciso momento, una llama de fuerza arrebató sus dudas. Debía disfrutar de ese momento. Quería disfrutar ese momento sin tener esos pensamientos negativos. El sonido de la puerta interrumpió su discusión interna en el momento en que un Daryl cabizbajo, aún con la ropa de la boda pero ya sin la molesta corbata que se había desprendido de ella hacía un rato, se adentró en la habitación.

- No hay – Arrastró las palabras con pesadez y decepción.

- ¿Cómo qué no hay? –él negó con la cabeza cabreado, moviéndose por la estancia nervioso. Carol le miró pestañeando, sorprendida que en una ciudad como ésa no tuvieran los métodos anticonceptivos adecuados para las parejas, y entendió por qué un Glenn tímido fue a pedir a Daryl que le sustrajeran profilácticos de la farmacia para ellos - Glenn y Maggie tenían, ¿verdad? – Preguntó Carol con la esperanza de que en sus aposentos pudieran encontrar lo que deseaban. Daryl asintió aunque confundido.

No dejaré que te consumas (Caryl fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora