No dejaré que te consumas (Caryl fanfic)

Capítulo 13 - ¿Empezar de nuevo?

Sus palabras fueron como miles de cuchillos clavándose en el pecho de Daryl. Su corazón se encogió y el nudo en la garganta se hizo más intenso, al mismo tiempo que la cólera se expandió por su cuerpo. Rabia, dolor e ira. Quiso gritarle, descargar toda su furia contra ella, pero cuando giró el rostro, Carol había desaparecido del callejón.

Sabía que no estaba siendo justo, pero le dolía enormemente que ella no quisiera que siguieran estando juntos. Se sentía rechazado, y las inseguridades aprovecharon ese momento para atacar de nuevo. "¿Y si es verdad que sólo me quie...?" Movió la cabeza con frustración. En el fondo de su mente sabía que no eran ciertas: él no era como el asqueroso de su marido. Se había propuesto luchar contra toda esa negatividad hacia sí mismo, que sólo hacía aumentar la inseguridad reflejando las partes oscuras de su personalidad. Y entonces recordó las palabras de Carol al comparar la aceptación que él tuvo en el grupo con la de su hermano o la Ed.

Además, durante su discurso había reflexionado respecto a la actitud que ella tenía con él en contraposición a la que tenía con su difunto marido, advirtiendo inconfundibles diferencias. Sólo había coincidido pocas semanas con el matrimonio Peletier, pero le bastó para que Daryl se percatara desde el minuto uno de cómo la señora Peletier se mostraba tensa, incómoda, cohibida e incluso con miedo cuando su marido estaba cerca. Sentimientos que él conocía muy bien y había visto también en los ojos de su madre o en los de su hermano. Pero cuando estaba con él, los ojos de Carol no transmitían pavor, ni rechazo, ni otros sentimientos similares, ni se mostraba cohibida a su alrededor evitando el contacto como sí lo había hecho con Ed. Lo que veía en los suyos era algo muy diferente a lo que transmitía en esa época: sus ojos azules brillaban inmensamente con ese toque de diversión y de calidez que él no lograba definir, pero que distaba mucho de esos sentimientos negativos.

Ésa era otra de las razones que le habían hecho comprender que él no era como Ed o su hermano... o como su padre. Tras toda una vida viéndose a sí mismo como un inútil, estaba empezando a aceptar que realmente -aunque aún le costaba hacerse a la idea-, no se parecía en nada a esos hombres a los cuales odiaba. Ella había sido un factor muy importante para ayudar a comprender este hecho.

Sabía que había sido tremendamente injusto con ella, acusándola de barbaries que no eran ciertas. Se sentía culpable por las palabras que le había gritado aquel día, temía que le hubieran lastimado y que la decisión que ella había tomado fuera por las mismas.

Si de algo estaba seguro era que fuese lo que fuese lo que tuvieran, no quería que acabara. Aún era incapaz de definir con una palabra qué eran, pero a él no le importaban lo más mínimo las etiquetas, lo único que sabía era que no quería compartir esos momentos con nadie que no fuese Carol. Lo que había vivido con ella había sido una experiencia única, había follado con unas cuantas mujeres y había besado a otras, pero las sensaciones que Carol le hacía sentir no lo había conseguido ninguna otra, y estaba seguro que nadie lo haría. No sólo se trataba del contacto físico, la manera en que ella le trataba no lo había hecho nadie en toda su vida. Así que lo único que tenía claro era que de ningún modo quería perder esa relación especial que tenía con ella.

Por eso seguía sin entender que Carol considerara que le iba lastimar cuando estaba convencido de que ella jamás le haría daño. Estaba completamente seguro. Entonces recordó el dolor y las cenizas en sus ojos, y el dolor se agudizó aún más. Más incluso que el dolor de sentirse rechazado. La rabia se había adueñado de su cabeza cegándole con miedos e inseguridades y le había impedido ver que ella estaba sufriendo. Uno de sus mayores temores era perderla -otra vez-, y tenía la sensación que estaba ocurriendo. Aunque en esta ocasión, la estaba perdiendo emocionalmente, y no lo iba a consentir. Semanas atrás le había prometido que no iba a dejar que se consumiera, era el momento de impedirlo.