Capítulo 12 - Cenizas

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Tú no eres como Ed.

La frase aún retumbaba en su mente una y otra vez. No era como Ed. Sus palabras solían tener un efecto positivo sobre él, pero aquel día estaban teniendo el contrario. A pesar de que siempre se había sentido aceptado y querido por Carol, muchas veces se había preguntado por qué se acercó a él cuando aún era ese hombre que se comportaba como un niño con actitudes agresivas. En su subconsciente siempre había planeado la duda de que existiera otra razón –ya que nunca creyó merecer ese trato tan positivo-, y Tyler había abierto las puertas a esa posibilidad, en la cual, desgraciadamente, él empezaba a creer, muy a pesar de las palabras de Carol. Aquel hombre lo había relacionado directamente con el abusivo marido de ella y creía haber encontrado la razón de su acercamiento. Y ahora todo cobraba sentido.

Había estado dando vueltas por los bosques sin rumbo alguno, matando a su paso a todos los caminantes o ardillas que para su desgracia se cruzaban en su camino. La adrenalina de matar a los errantes come-humanos le ayudaba a desahogarse de la furia que inundaba su cuerpo, pero cada vez más ese enojo era sustituido por un intenso dolor. A pesar de que probablemente no tenía fundamentos para creer en las palabras de alguien como Tyler, -quien no le conocía ni sabía cómo era-, su mente había creado la excusa perfecta para creer en ellas. Tyler no sabía que Daryl se odiaría a sí mismo si algún día llegara a traspasar la línea de pegar a una mujer, y que se sentiría humillado y fracasado al convertirse en lo que más odiaba: en un ser tan repugnante como Ed -o como su padre-. Pero inconscientemente, su mente seguía identificándose a sí mismo con ellos.

¿Y si era verdad que Carol se acercaba a él porque era igual a Ed? Dios, era demasiado doloroso.

Tú no eres como Ed, nunca fuiste como él... ni como tu padre tampoco.

A pesar de que él no había mencionado a su padre, Carol sí lo había hecho. Y esa comparativa le había asustado y sorprendido al mismo tiempo. ¿Por qué demonios había nombrado a su padre? Su cabeza gritó esa pregunta varias veces, mientras él seguía moviéndose enfurecido entre los arbustos disparando flechas o apuñalando sin ton ni son. Aunque sabía cuál era la respuesta a su pregunta, no quiso responderla por temor a admitir lo que realmente le atemorizaba.

La imagen de su padre apareció en su mente, rudo y desagradable, con aquellas facciones duras y serias que tanto temía. Su simple recuerdo lo hizo sentirse igual que cuando era pequeño, inútil y un estorbo al que nadie quería. El pánico se apoderó de su cuerpo sin piedad. Eso era lo único que recordaba de su padre: el pánico.

-¡Mierda, joder! – injurió en voz alta para sí mismo por el dolor creciente.

Realmente ése era el mayor terror de su vida. Ni siquiera la muerte le causaba tanto pavor como la idea de parecerse a su padre. Los sentimientos de incertidumbre y de temor se mezclaron con el dolor profundo que le torturaba ante la idea de que Carol pudiera pensar que era como su padre. Ella había manifestado todo lo contrario, pero había sido ella quien había traído a colación su nombre. Y en ese momento, donde las inseguridades estaban adueñándose de su mente y de su cuerpo, no estaba seguro si estaba diciéndole la verdad.

¿Y si era todo lo contrario? ¿Y si efectivamente era como su padre? ¿Y si la maldad procedía de su interior y estaba dentro de él?

De hecho, en alguna ocasión había estado a punto de traspasar la línea. Recordaba años atrás con Carol, cuando le había gritado e incluso había levantado el puño hacia ella; la vergüenza que sintió en ese momento al percatarse lo que había estado a punto de hacer. Y quizá así era, tal vez toda esa maldad y esa violencia estaban en él y sólo era cuestión de tiempo que salieran a la luz.

Odiaba profundamente ese sentimiento de vulnerabilidad que le perseguía. Su mente estaba llena de inmensas dudas, miedos e inseguridades, donde todo lo que se decía a sí mismo eran mensajes negativos y autodestructivos. Se estaba destruyendo de nuevo, como durante tantos años atrás había acostumbrado, aunque normalmente esos mensajes en los que se atacaba a sí mismo iban acompañados de otros similares por parte de su hermano.

No dejaré que te consumas (Caryl fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora