#15

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- Buenos días - Alex canturreó al entrar al aula de clase. 2 horas después de la hora de entrada, cabe destacar. 

- No puedo creer que llegues tan tranquilo - se quejó Vegetta - Estamos a 10 minutos de un examen y ni siquiera te dignas a llegar a las clases a tiempo - reprochó. Alex rodó los ojos. 

- No es como que hiciera la tarea, ¿Sabes? - Alex soltó un largo y perezoso bostezo. 

- Tampoco te perdiste de mucho - Fargan se encogió de hombros mientras Alex botaba la mochila a un lado y se sentaba en su regazo, nada raro. 

- Son tal para cual - dijo Willy. 

- Por cierto, Alex - Fargan llamó al chico en su regazo - ¿Puedes ir más tarde a mi casa? - el menor se tensó antes aquella petición - Ayer dejamos algo pendiente - eso último se lo susurró casi al oído. 

- ¿Qué cosa tienen pendiente ustedes dos? - Willy se cruzó de brazos y Vegetta los miraba con curiosidad también. 

- Nada, el inútil no sabía resolver unos ejercicios de matemáticas y ayer le estaba ayudando con eso - respondió Alex con completa naturalidad.

Fargan rodó los ojos, fastidiado y abrió las piernas quitándole su asiento a Alex y provocando que este cayera al suelo sobre su trasero. 

- Hey - se quejó el oji-azul, ahora en el suelo. Sus amigos rieron. 

- ¿Vas a ayudarme o no? - Insistió Fargan. 

- A las muy malas te puedo ayudar yo - se ofreció Vegetta - ¿Qué cosa es la que no entiendes? - Fargan estuvo a punto de empezar a tartamudear una excusa. Afortunadamente no fue necesario, puesto que en ese momento llegó su profesor. 

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Fargan estaba seguro de que suspendería ese examen. 

Y con justa razón, lo había hecho sin siquiera echarle una hojeada a sus apuntes previamente. Ni siquiera les había dedicado un pensamiento y eso había desencadenado en que respondiera lo primero que se le viniera a la mente.

Alex parecía despreocupado, estaba seguro de que tampoco había estudiado para aquél examen, pero Alex nunca reprobaba. Podía no tener las mejores notas, pero nunca suspendía. 

Durante el almuerzo Willy y Vegetta se dedicaron a debatir las posibles respuestas, coincidiendo en la mayoría de ellas porque, claro, ellos sí se tomaban en serio sus estudios y sí habían estudiado. 

- ¿Qué tanto miras ahí? - Fargan se hartó de ser ignorado por Alex, quien miraba la pantalla de su móvil completamente embobado y con una sonrisa ladina. Le arrancó el teléfono de las manos ignorando las quejas del menor. 

- ¿Qué haces? Devuélvelo - pero tampoco hizo mayor esfuerzo por recuperar su teléfono mientras Fargan paseaba la mirada por la pantalla. 

- ¿Es el chico de la feria? - le preguntó tras revisar el nombre del chat en el que Alex había estado escribiendo. 

- Sí, me escribe bastante últimamente - presumió cuando el mayor finalmente le regresó el dispositivo. 

- ¿Así que tu motivo para ignorarme es que te estás echando nuevo novio? - le preguntó fingiendo indignación, pero con una obvia sonrisa. 

- No te pongas celoso, sabes que eres mi favorito - le respondió con la misma pillería y giñándole un ojo - Además, tu me reemplazaste con tu amada Dulce - 

- No metas a mi princesa en esto - se quejó aún sonriendo. Alex hizo una mueca de asco. 

- De verdad que no te soporto de ese modo - Fargan levantó una ceja. 

Amigos con derechos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora