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Volví con partecita nueva, espero les guste😊
💫💫💫

Debora estaba como congelada y comenzaba a latirle el ojo izquierdo, Gustavo se acercó de manera lenta y amenazante a su hijo diciendo:

-Definitivamente esto no lo apruebo, me parece lo más asqueroso, aberrante, enfermizo y espantoso que pueda ver. -suspiró profundamente- Pero también conozco a mi hija y se que si me la llevo va a hacer hasta lo imposible por volver con vos…

-Y yo con ella. -responde rápido y estático esperando un puñetazo.

-¿Te acordas de la paliza que di cuando me enteré que probaste fumar? -Marcus abrió los ojos sorprendido ante el mal recuerdo desbloqueado- ¿Te acordas? -entonces asintió con la cabeza y Gustavo lo agarró por la remera con las dos manos quedando bien cerca- bueno, no se compara a la que te voy a dar si me entero que Amina sufre por tu culpa ¿Está claro?

-Si, más que cla… -y se cortó por querer saber de dónde vino ese PUM que escucharon.

-¿Debora?

-¡Amina! -dijo Marcus ayudando a levantarse mientras ella tenía las manos tapando su ojo.

-¡¿Qué le hiciste, sinvergüenza?! -gritaba su madre dispuesta a volver a golpearla pero su esposo la sujetó por la cintura- ¡Soltame! ¡Déjame darle lo que se merece a esta porquería! ¡Un mes te dejamos con él y…!

-Haberme dejado en casa y nada de esto hubiese pasado.

-Ah, no ¡Yo te mato, desvergonzada! - y otra vez intentó zafarse de los brazos de su marido.

-¡Debora basta! -la mujer lo miró asombrada- ¿No te das cuenta que hagamos lo que hagamos no se van a separar? Sea la culpa de quien sea, que me parece que es de los cuatro. 

-Pero…

-Si van a seguir juntos olvídense de nosotros pero si van a ser y comportarse como hermanos vamos a estar presentes e intentar ser mejores padres. -él abrazó a su esposa con intenciones de irse, Debora no decía nada pero Amina la veía contener una gran cantidad de ira, sabía que irían a discutir y revolearse cosas como en los viejos tiempos.

-Gustavo tuviste más de veinte años para ser un buen padre ¿Ahora queres ponerte las pilas? Por favor… -les abrió la puerta más que encantado- si en algún momento querés visitar o saber algo de Amina véanse pero no en esta casa. -su madre lo miró y como respuesta solo desvió la mirada.

-Ponele hielo en ese ojo. -fue lo último que dijo antes de irse. Ambos quedaron asombrados por el comportamiento de cada uno, Marcus le dió hielo envuelto en un paño y beso su frente.

-Vamos a estar bien, solamente no va a ver más de sus esporádicas visitas mensuales.

-Lo sé, me extrañó cómo actuó papá, de verdad pensé que te iba a partir tu mandarina en gajos.

-Pero resultó que nuestra madre te lo hizo a vos. -le sonrió de manera leve y acarició su mejilla- ¿necesitas algo más?

-No, voy a hablar un ratito con Jul, sus padres también están al tanto de su relación y bueno…

-Esta bien, yo voy a terminar con algunas cosas.

-*-*-*-

En pocos días Marcus comenzó a percatarse de que Amina cada vez que llevaba los platos después de la sobremesa el suyo estaba lleno, entonces la empezó a observar disimuladamente mientras almorzaban o cenaban  ella jugaba con la comida y solo le daba un bocado pequeño cuando él la miraba, se percató de que estaba más delgada y tuvo sus dudas de que cuando le decía haber comido en lo de sus amigas realmente lo hubiese hecho. 

 Eso lo mantenía preocupado por lo que cierto día después de almorzar cuando su hermana estaba por levantar la mesa la siguió a la cocina para hablar sobre eso.

-Amina, tenemos que hablar. -ella lo miró sorprendida.

-¿Que pasó? ¿Por qué decís esas palabras tan aterradoras? -preguntó dejando todo a un lado y viendo como él se apoyaba en la mesada y se cruzaba de brazos.

-En serio, bonita, estoy muy preocupado. -suspiró

-¿Por qué?

-Estuve notando que no comes, estás más flaca y eso no está bueno ¿Que es lo que te pasa? ¿Sabes que podés hablar conmigo de lo que sea? 

-Si, eso ya lo sé y no me pasa nada, es solamente que no tengo hambre. 

-Amina, ya sos grande y sabes que tenes que comer…

-Marcus… -contestó con pocas pulgas.

-¿Qué? ¿Es por la discusión con nuestros padres el otro día? -ella negó agachando la cabeza- ¿Entonces qué es? Amina, te amo y si algo te pasa yo me voy a volver loco… Por favor, decime.

-Es verdad, es solamente que no tengo hambre… ¿Y vos porque te levantas todas las mañanas descompuesto? Mal no cocino.

-En realidad no tengo idea, no sabia que me escuchabas.

-Estas paredes son muy delgadas…

-¿Estás segura que no es otra cosa? -ambos sabían que no se podían mentir, se leían como un libro abierto, por lo que Amina después de soltar un suspiro.

-Sabemos que lo nuestro es ilegal y decidimos seguir porque sabemos que en este país a todo el mundo le importa tres pitos lo que hagas mientras no jodas ¿no?

-Si, y aunque se enteren no me van a separar tan fácil de vos… -dijo tirando de ella abrazándola.

-Debora llamó para decirme que me daba un plazo y si no te dejaba nos iba a denunciar y exponer, y es hasta mañana y no se que hacer. -Marcus la besó y le sostuvo la barbilla.

-Cuando pasen esas cosas u otros problemas quiero que me los compartas así buscamos una solución juntos. -Marcus sintió una profunda ira ya que se imaginaba que su madre haría algo pero no algo tan estúpido. 

-¿Y ahora no tendrás una? -a toda respuesta él tomó su rostro entre sus manos y la besó de la manera más dulce y tierna que le salió.

Deseos ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora