Primera vez.

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Belcebú chasqueó la lengua con molestia; cómo siempre a él le tocaba hacer más tareas domésticas. Era de noche, y él aquí afuera lavando los platos sucios de barro con una esponja de maíz y un poco de cenizas que había sacado de abajo del trípode de leños.

Su cena fue solamente un pan, porque por nada del mundo volvería a comer esa molesta sopa de pollo, ni aunque Qin le rogara. Después de tallar bien con la esponja de Maíz, el Omega metió la mano a un cazo más grande y sacó un cazo más pequeño. Belcebú estaba en el jardín de la casa; el Omega vertió el agua encima de los platos y vasos que según él; ya había limpiado (tanto con cenizas como con pan de jabón).

-¿Y cómo vas... Beel? ¿Necesitas ayuda? -cuestionó una voz detrás de él, Adamas se acercó al Omega con una vela en manos, era de noche y el pobre de Belcebú aquí afuera a la intemperie lavando platos con nada más que una vela blanca haciéndole Compañía.

El Omega se levantó del suelo en el que estaba hincado, a decir verdad necesitó de esa ayuda hace un buen rato.

-No te preocupes... -añadió al levantarse. Casi toda su ropa estaba mojada, en su defensa fueron demasiados platos, ya que, Poseidón había traído a su novio a cenar con ellos; lo cuál enfureció a Hades, que estuvo muy callado durante la cena mientras le ofreció una mirada asesina al pretendiente de su hermano menor-. Ya he terminado... -agregó mientras se limpiaba las manos mojadas en su ropa; de todos modos se iba a cambiar antes de dormir.

-¿Quieres que te acompañe a tu habitación? -cuestionó el cabello rojo mientras lo veía fijamente, Adamas aún no se podía quitar de la cabeza esa agradable sensación de los labios de Belcebú haciendo contacto en su piel.

Belcebú negó, él aún compartía habitación con Poseidón, y no, no quería hablar con ese sujeto, desde que ese sujeto trató de estrangularlo, se había ido a dormir a la que fue la habitación de Qin antes, que ahora en realidad era una pequeña bodega para guardar cosas importantes; cómo las ganancias de Hades, ó algunos muebles que ya no usaban.

-¿Quieres ir a la mía... ó te gustaría ir a dormir a la bodega? -no quería que el Omega Siguiera aquí afuera, tal vez se podría enfermar con el sereno de la noche.

Belcebú abrió los ojos ampliamente ¿Ir a su habitación? ¿Ese tipo de verdad se lo estaba preguntando?

-¿Qué no Sasaki está ahí durmiendo contigo? -le cuestionó ya que Poseidón se puso de berrinchudo con Hades sobre que debería dejar que su pretendiente también se quedara a vivir con ellos; Hades tenía que ser benevolente y bueno con sasaki; no sólo con esos molestos Omegas.

Adamas pestañó, se supone que compartiría su habitación con Sasaki, pero Poseidón lo mandó a llamar, y ese cabello negro se fue a su habitación a dormir. Aunque claro, esto Hades no lo sabía, y Poseidón ya lo había amenazado sobre que si decía algo le iba a ir muy mal.

-Bueno... -rió un poco nervioso -. Es muy probable que tal vez y solo tal vez, Sasaki esté con Poseidón en su habitación...-mencionó mientras veía fijamente a Belcebú -. No le vayas a decir a mi hermano mayor, Hades se va a volver loco si se entera de eso.

Belcebú sonrió, aunque odiaba a Poseidón y le encantaría ir de chismoso con Hades; él tampoco iba a desaprovechar esta oportunidad. Si Poseidón se había llevado a su novio a su habitación, él también acompañaría a Adamas a la suya.

-No te preocupes, soy una tumba -sonrió con malicia mientras veía fijamente a Adamas -. A decir verdad, ir a tu habitación no suena nada mal... -añadió. Adamas También sonrió, no quería que Belcebú volviera a dormir en el suelo de la bodega de su hermano -. Está bien... vamos.

Ambos entraron por la puerta de Adamas, tanto Belcebú cómo Adamas colocaron las velas en una pequeña taza de barro que había sobre la mesa que estaba en la habitación. La habitación de Adamas no era tan grande, y solo tenía una cama. El alfa se sentó sobre la orilla de la cama y comenzó a quitarse sus botas de cuero. A decir verdad, al alfa de cabello rojo le gusta mucho quedarse en casa a descansar y no a salir a trabajar, sus hermanos y él siempre se metían en misiones peligrosas y él siempre acababa herido tanto físicamente cómo mentalmente.

Inevitable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora