Celebración.

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—¿Y entonces…? ¿Estás seguro de esto? —habló Poseidón mientras veía cómo su alfa estaba tratando de cortar el tronco de un pino con el hacha. Los días habían pasado y una celebración se acercaba, los doce días de navidad. Aunque normalmente no lo celebraban desde que eran unos  niños; sin sus padres Hades dejó de festejar eso, para el albino esta celebración no existía.

—Si… —gruñó al darle otro golpe al pino con el hacha —. ES. UNA. BONITA —seguía golpeando el tronco con el filo del hacha —. ¡CELEBRACIÓN! —exclamó al ver que el pino por fin caía al suelo, tenía que aprovechar a cortar el tronco de navidad antes de que comenzara a nevar —. Tus dos cuñados están de acuerdo… —sonrió al acercarse más al pino que ahora estaba tirado sobre el verde pasto. Sasaki le volvió a clavar el hacha —. No hay nada más  que ame en este mundo que un tronco navideño —exclamó  al agacharse y recoger la parte del  tronco que  había cortado del pino —. Ah, claro. Nada más… además de ti claro, mi hermosa flor de primavera, aunque ahora creo que serás mi bella flor de pascua —le sonrió mientras lo veía de una manera que a Poseidón le pareció muy boba.

Poseidón que estaba sentado enfrente de la mesa de madera;  apreció cómo Adamas estaba colocando una olla de barro sobre la mesa; en el interior de la olla se encontraba un poco de agua y unas cuantas flores rojas de pascua. El cabello rojo no podía creer que ese molesto alfa de cabello negro los haya convencido de hacer esto, de celebrar navidad cuando su hermano mayor se los había prohibido desde hace varios años.

Poseidón  escuchó unas pisadas detrás de él; para después sentir cómo algo era colocado alrededor de su cabeza. Sasaki sonrió detrás de su hermoso Omega de cabellos dorados, el alfa le había colocado una hermosa corona hecha con flores rojas que él mismo había hecho, su Omega se veía más hermoso de lo usual.

El Omega llevó ambas manos a su cabeza para tocar eso que ese alfa le había puesto en la cabeza ¿Flores? ¿Una corona de Flores?

—¿En serio? —lo Volteó a ver indiferente. Sasaki asintió muy avergonzado.

—Sí. Deberías ver tu reflejo en el río. Te ves increíble, más hermoso de lo usual… —exclamó haciendo que el Omega de cabellos dorados se sonrojara a más no poder.  Odiaba cuando ese campesino se comportaba tan empalagoso con él.

—Ya casi estará listo … —añadió Belcebú después de haber metido una enorme cuchara de madera al caldero para después darle un sorbo.

Adamas salió por la puerta y se acercó al omega que estaba  en el jardín, junto  a ese  caldero negro.  Era agradable que Belcebú lo acompañara y lo convenciera de festejar esta celebración, normalmente él siempre había estado solo ó en una misión en años anteriores, pero ahora estaba aquí, preparándose para celebrar navidad.

—Beel… — habló detrás del Omega, Belcebú de inmediato lo volteó a ver. A decir verdad, le quería dar un regalo a su adorado Omega por estas fechas —. ¿Puedes venir un momento? —cuestionó, haciendo que el Omega volviera a tapar el caldero y dejara su cuchara de madera  sobre el cilindro de tronco.

—¿Qué ocurre? —cuestionó mientras sentía cómo Adamas tomaba su mano y comenzaba a jalarlo detrás de la casa —. ¿Adamas que ocurre? —exclamó muy desconcertado ¿Por qué Adamas lo había traído aquí para empezar?

El alfa con una sonrisa se agachó y con sus dos manos agarró algo del verde pasto, era un muy largo trapo de lino; aunque eso no era el presente, sino lo que había en su interior.  Adamas le entregó la tela larga al hermoso Omega de cabello y ojos negros. Belcebú apreció con curiosidad la tela ¿Se la estaba dando para que la utilizara de manta? Bueno, a decir verdad se le hacía muy bonita y hace tiempo que necesitaba una manta nueva, ese maldito Rubio había desgarrado su sábana favorita por ayudar a su novio a salir por la ventana la otra vez.

Inevitable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora