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¿NO ES AGRADABLE PENSAR QUE MAÑANAES UN NUEVO DÍA SIN ERRORES TODAVÍA?L

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¿NO ES AGRADABLE PENSAR QUE MAÑANA
ES UN NUEVO DÍA SIN ERRORES TODAVÍA?
L.M MONTGOMERY, ANNE DE LAS TEJAS VERDES

ASPEN se derrumbó en el sofá de su apartamento nada más llegar a casa. No estaba segura de cómo se las arreglaría para trabajar a tiempo completo en Weasley's Wizard Wheezes cuando incluso una hora en aquel lugar la cansaba de tanto caos. Fred y George la asombraban en ese sentido: parecían no quedarse nunca sin energía, asumiendo el gigantesco papel de proveedores de alegría en lo que era la época más oscura desde su infancia, cuando Voldemort había corrido libre por primera vez.

Una cabeza se asomó desde la cocina, y ella levantó la vista esperanzada para encontrarse con los ojos de su hermana. Alessia Andrews era la hermana de quince años de Aspen, aunque dependiendo de su estado de ánimo, a menudo se sentía más como una hija o una mejor amiga. Llevaba el pelo castaño recogido en un medio moño desordenado que le caía en mechones alrededor de las orejas, y sólo vestía un pijama holgado. Siempre había parecido mayor, se dio cuenta Aspen incluso ahora, y sin embargo la sonrisa alegre de su rostro la rejuvenecía cada vez que ésta dibujaba sus labios carnosos.

Alessia se levantó y le acercó un plato de panqueques con tanto jarabe que Aspen no estaba segura de que hubiera panqueques. Los llevó a la habitación mientras Aspen se incorporaba en el sofá y echaba la cabeza hacia atrás con pereza mientras ahogaba un bostezo.

—¿Cómo te fue?—,preguntó Alessia, ofreciéndole una sonrisa pícara mientras se tiraba en el sofá.

—Conseguí el trabajo—,sonrió, tomando uno de los dos tenedores del plato antes de clavarlo con dureza en el exterior de la primera tortita.

—¿En serio?—vitoreó Alessia, girándose para mirar más a su hermana mientras una sonrisa desgarradora se apoderaba de su rostro.—¿Significa eso que puedes llevarme a casa productos Wonder Witch gratis?—.

—¿Qué demonios es Wonder Witch?—.preguntó Aspen con la boca llena de tortitas.—¿Y esa vieja vaca de rosa no prohibió todos sus productos el año pasado?—.

Alessia se burló, poniendo los ojos en blanco mientras tomaba el tenedor y cortaba una esquinita de su propio panqueque. Siempre estaba intentando vigilar su peso, y Aspen nunca podía entenderlo. Suponía que eso era lo que hacían los adolescentes, pero ella siempre se aseguraba de darle chocolate extra a escondidas y de darle el plato de la cena con raciones más grandes cuando sabía que a su hermana le costaba.

—¡Eres una vieja!—Se quejó, haciendo que Aspen se riera y casi se atragantara con su comida.—Te refieres a Umbitch. Ya se ha ido, ¿recuerdas?—

—¡Oye! Cuida tu lenguaje, jovencita—.

Aspen dio una palmada juguetona en el brazo de su hermana, intentando educarla como habría hecho su madre, pero fue inútil. A Alessia no le importaba lo suficiente el intento de castigo a medias de su hermana como para dejar de maldecir.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | ᶠʳᵉᵈ ʷᵉᵃˢˡᵉʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora