trece

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TRECE

SIEMPRE ESTOY PENSANDO EN TI, PERO MIS PALABRAS SIMPLEMENTE SE DESVANECENCAT STEVENS, HOW CAN I TELL YOU

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SIEMPRE ESTOY PENSANDO EN TI, PERO MIS PALABRAS SIMPLEMENTE SE DESVANECEN
CAT STEVENS, HOW CAN I TELL YOU

—¿DESDE CUÁNTO CONOCES A BILL?—preguntó Aspen mientras las dos chicas entablaban una conversación sorprendentemente cómoda.

Aspen no tardó en darse cuenta de que la compañía de Fleur Delacour no le molestaba tanto como esperaba. Parecía dulce y no acababa de entender cuál era la venganza de Ginny contra ella, aparte quizá de los celos por su atractivo físico. Sólo esperaba que Alessia no se viera envuelta en un acoso innecesario, pero tal vez fuera una ilusión. Al fin y al cabo, sabía que los adolescentes tienden a convertirse en bestias salvajes.

Las dos chicas, que se habían quedado solas para estrechar lazos, habían aprovechado para deshacer sus maletas. Fleur había optado por hacerlo a mano, asegurándose de que cada cosa estuviera perfectamente doblada o colgada antes de guardarla. En cambio, Aspen se recostó perezosamente en su cama de campamento y aprovechó que había doblado previamente sus cosas para hacerlas levitar con facilidad en sus cajones.

—Lo vi por primera vez cuando tenía diecisiete años, pero no hablamos. El verano pasado empecé a trabajar en Gringotts para estudiar inglés y ahí fue donde volví a encontrarme con él. Empezamos a salir enseguida y ahora estamos comprometidos—.

Sonrió, y Aspen trató de no parecer sorprendida cuando Fleur cruzó excitada la habitación y le puso la mano en la cara para mostrarle un brillante anillo de compromiso.

—¡Oh, wow!—dijo Aspen, echándose hacia atrás para no ser golpeada en la cara por los diamantes de Fleur.—Es precioso. Felicidades. ¿Cuándo se casan?—

—El próximo agosto—,dijo Fleur mientras volvía al ropero, con un brinco en el paso al empezar a colgar sus preciosos vestidos de seda. Aspen sólo deseaba estar tan guapa como Fleur con ellos puestos.—Imagino que estarás en la boda, por supuesto, como acompañante de Fred—.

Aspen se atragantó con su propia saliva y, conmocionada, el montón de suéteres que levitaba se tambaleó en el aire y cayó rápidamente al suelo con un ruido sordo. Fleur se dio la vuelta, con las cejas fruncidas en señal de confusión al ver el dramatismo de Aspen, y ambas se apresuraron a acercarse al montón arrugado para empezar a volver a doblarlo.

—¿De dónde has sacado esa idea?—.preguntó Aspen, intentando no parecer demasiado sorprendida. No tenía ni idea de cómo, pero el rumor de que Fred estaba enamorado de ella parecía extenderse como la pólvora por la familia Weasley, y siempre parecía surgir en los momentos más inoportunos.

—Creía que era obvio, ¿no? Molly estaba hablando maravillas de ti hace un rato—,dijo Fleur, y su rostro se descompuso brevemente mientras le entregaba los dos suéteres que había conseguido doblar con destreza.—Creo que ya le gustas más que yo—.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | ᶠʳᵉᵈ ʷᵉᵃˢˡᵉʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora