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NUEVE

LA FELICIDAD SOLO ES REALCUANDO SE COMPARTEJON KRAKAUER, INTO THE WILD

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LA FELICIDAD SOLO ES REAL
CUANDO SE COMPARTE
JON KRAKAUER, INTO THE WILD

ASPEN ANDREWS nunca había sido la mejor administrando el tiempo. Por eso, a las siete en punto, ni siquiera se había dado cuenta de la hora y estaba ocupada preparándose la lasaña en lugar de tener un aspecto aceptable para recibir a los invitados. No es que importara, Fred y George no la juzgaban precisamente por su aspecto, pero no dejaba de ser una cuestión de principios.

En cambio, sólo la alertó el fuerte crujido que sonó detrás de ella y las dos voces que gritaron '¡Hola!' al unísono. Casi se le cae el cuchillo, y sus manos buscaron su varita a la defensiva mientras chillaba de asombro.

—¡Dios!—Gritó, girando sobre sus talones tan rápido que casi cayó contra el mostrador.

—No, sólo nosotros—,bromeó Fred, con una sonrisa tan amplia que pensó que se le abriría la cara.

—¿No podías avisarme? Podría haber estado desnuda—.Ella protestó severamente, pero era obvio que no estaba realmente preocupada y que simplemente se estaba recuperando del shock.

—Eso habría sido un punto a favor en nuestros libros, para ser honesto—,se burló George, haciendo que sus mejillas se volvieran rosadas con sólo pensarlo.

—Cállate, o tus cenas irán a la basura, Weasley—,bromeó.—Dame un segundo—.

Se giró hacia la tabla de cortar y terminó de cortar la cebolla antes de echarla a la olla junto con otros ingredientes que ya había preparado. Luego, satisfecha con la forma en que se estaba cocinando, se enfrentó a ellos, acomodando algunos pelos crespos detrás de su oreja para estar vagamente más presentable.

—Lo siento, estoy hecha un desastre. ¿Pasamos al salón? Tengo que dejar que esto se cocine un poco antes de meterlo en el horno—.

—¡Trajimos vino! Aunque ni idea de si es bueno—.

Ella rió, agradecida por el sentimiento, mientras tomaba la botella de la mano de Fred para abrirla. Las yemas de sus dedos rozaron el dorso de la mano de él y, aunque ella no pareció darse cuenta, él se puso rígido ante su contacto.

—Gracias. No tenías por qué hacerlo, ¿sabes?—,dijo mientras lo destapaba y tomaba tres copas de vino del armario. Se sorprendió de tener tantas.—No pensé que bebieran vino.—

—No lo somos. Pero parecía bastante femenino—.

Puso los ojos en blanco y les pasó una copa a cada uno, que tomaron con cautela y examinaron como si fuera veneno. Luego, los condujo a su sala de estar recién 'ordenada', donde en realidad, dos de las camisetas de Alessia habían sido metidas al azar debajo del sofá en el último minuto. Pero no creía que se dieran cuenta.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | ᶠʳᵉᵈ ʷᵉᵃˢˡᵉʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora