dieciocho

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DIECIOCHO

NINGÚN SER HUMANO PUEDE ESTAR ENEL FUEGO SIN CONSUMIRSEA

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NINGÚN SER HUMANO PUEDE ESTAR EN
EL FUEGO SIN CONSUMIRSE
A.S BYATT, POSSESSION.

—¡PASEN! ¡Pases! Tenemos Delicias Desmayadoras...—

—¡Y justo a tiempo para las clases!—

Aspen escuchó a los gemelos gritar por encima de la multitud de niños que inundaban la tienda. Se abrió paso, ignorando el dolor de cabeza que se le estaba formando, mientras se acomodaba contra la cadera una gran caja con la última novedad de la tienda, el Aerosol Celestial, dispuesta a desempaquetarlo todo en la estantería que la esperaba.

Ya era febrero y habían pasado meses desde las vacaciones en la Madriguera. Los adolescentes habían sido enviados de vuelta al colegio en el Expreso de Hogwarts, y Aspen se había considerado patética, tratando de no llorar mientras veía el tren rojo desaparecer en la distancia, oculto por sus propias bocanadas de humo que caían de la chimenea. Seguía recibiendo cartas de Alessia, en las que se hablaba de la trivial vida de una estudiante, pero no era lo mismo.

Justo ayer, había recibido una carta explicando los dramáticos detalles del cumpleaños de Ron Weasley, que Alessia parecía haber oído directamente de la fuente de la acción: Harry. Al parecer, Ron había empezado su cumpleaños diecisiete a lo grande, zampándose una caja entera de bombones con pociones de amor. Fred y George se habían puesto especialmente histéricos cuando ella se lo contó aquella mañana, pero pronto dejaron de reírse cuando contó que luego había bebido hidromiel envenenada y casi había muerto de no haber sido por la rápida reacción de Harry.

Quizá por eso ese día no estaba de humor para ir a la tienda de bromas divertidas. Intentó encarnar lo que Fred le había dicho el primer día que se conocieron:—La gente necesita reírse hoy en día, ¿sabes?—...pero le resultaba cada vez más difícil cuando la seguridad de su hermana parecía cada día más comprometida. Antes de morir, le había prometido a su madre que nunca permitiría que Alessia sufriera ningún daño, si podía evitarlo, y era esa promesa la que la mantenía despierta por la noche, aterrorizada.

Salió de sus pensamientos cuando el estante estuvo completo. Cada botella del líquido misteriosamente transparente estaba apilada con precisión en su sitio, y las etiquetas multicolores apuntaban hacia fuera con orgullo mientras esperaban pacientemente a los clientes. En cuanto Aspen se alejó, dirigiéndose a la caja para perder el tiempo hablando con Verity, varios chicos se dirigieron hacia las botellas, mirándolas con asombro.

—Está lleno, ¿eh?—dijo Aspen mientras se escondía detrás de la caja, donde Verity aprovechaba su tiempo libre para limarse las uñas.

—¿Cuándo no lo está?—dijo Verity, masticando ruidosamente un chicle Drooble's Best Blowing.—Es la única tienda de diversión abierta por aquí, después de todo—.

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⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

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𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 | ᶠʳᵉᵈ ʷᵉᵃˢˡᵉʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora