C: 3 - ASCENSOR

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Ministerio de Magía-


Gaspar: ¿Entonces solo debo firmar el contrato y seré el nuevo ministro? -preguntó mirando al hombre frente a él-

Kingsley: Eso es lo que dice. -sonrió- ¿Entonces aceptas?

Gaspar: Si, lo acepto. Solo que ya sabes, primero haré mi periodo de tres meses. No quisiera estar en un lugar donde no soy bienvenido.

Kingsley: Lo entiendo, Scamander. -sonrió- Y en verdad espero que los magos y brujas de Londres te demuestren que puedes quedarte.

Gaspar: Merlín te escuche.

Kingsley: Créeme, le he estado rezando desde que te recomendé como nuevo ministro. Quiero que lo seas, te lo mereces.

Gaspar: Gracias, tío. -sonrió-

Kingsley: Oh vamos, sabes que puedes llamarme Kingsley. -sonrió divertido-

Gaspar: Lo sé, solo que me resulta un poco... Difícil. Estamos en el trabajo y...

Kingsley: Tonterías muchacho, sabes que no debes ocultarte de mi. -sonrió-

-Gaspar asintió-

Kingsley: ¿Cómo va tu brazo? -preguntó preocupado-

Gaspar: Mucho mejor. -suspiró- No como quisiera, pero al menos ya lo puedo mover más del setenta por ciento.

Kingsley: Es un alivio que lo hayas conservado. Pero bueno, ¿ya te irás a casa?

Gaspar: Si, mañana estaré aquí a primera hora.

Kingsley: No espero menos de ti.

Gaspar: Disfruta tus vacaciones, tío.

Kingsley: Salúdame a tus padres, diles que pronto iré a visitarlos. Ahora que tengo más tiempo definitivamente visitaré a viejos amigos. -sonrió-

Gaspar: Estoy seguro de que les encantará verte. Hasta luego. -murmuró despidiéndose-

-Apenas salió de aquella oficina, Gaspar sintió una vez más la miradas sobre él. Simplemente suspiró rendido, era obvio que lo tratarían justo como en todos lados. Creía que, ni porque no tuviera nada que ver con ese hombre, podía ser libre.

Cansado, el peliblanco volvió a su porte indiferente y empezó a caminar sin ver a nadie, él odiaba que lo mirarán como un espectáculo. Y apenas llegó al ascensor, vio como una mujer de cabello castaño alborotado estaba entrando antes que él.

Por estar frente a él, ella no vio, pero apenas se giró y Gaspar entró junto a ella, la expresión de la mujer cambio a una de sorpresa y sonrió tímidamente. Gaspar sintió que eso definitivamente era completamente extraño.

¿Qué no lo iba a ver con terror?, ¿o a desmayar? ¿No lo trataría mal por su padre biológico?

Pensó en devolverle esa sonrisa, ser amable con ella por no haberlo visto con las típicas miradas que siempre le daban, así que con un poco de nervios, aclaró su garganta, mirando a la mujer y estirando su mano hacía ella-

Gaspar: Buenos días. -comentó con su típico tono elegante-

-No era su culpa, se había criado junto a su tío Theseus, era imposible que no se le pegaran sus manías y su forma de hablar-

Hermione: Hola señor, un gusto conocerlo. -murmuró sorprendida-

Gaspar: ¿No me dará la mano? -preguntó confundido mientras veía su mano aún alzada frente a ella-

Hermione: Oh, yo... Perdón. -sonrió avergonzada y estrechó su mano-

-Gaspar asintió, definitivamente esa mujer no era como las mujeres que siempre conocía-

Gaspar: Gaspar Grindelwald. Un placer.

Hermione: Hermione Granger. -sonrió nerviosa- Usted es el nuevo ministro, ¿no? -preguntó una vez que quitó su mano de la suya-

Gaspar: Así es, señorita Granger. -murmuró sin mirarla-

-Había sido demasiado bueno para ser verdad. El peliblanco apostaba a que ahora si vendría esa mirada y las típicas preguntas-

Hermione: Debe sentirse muy feliz de ser ministro a tan corta edad. -sonrió-

-y el bicolor se giró hacía aquella mujer, sorprendido de escuchar aquello-

Hermione: ¿Pasa algo? -preguntó confundida- Yo... Perdón si dije algo que...

Gaspar: No, nada de eso. -interrumpió- Es solo que se me hace raro mantener una conversación con alguien sin...

Hermione: ¿Sin qué lo juzguen?

Gaspar: ¿Cómo sabe eso? -preguntó confundido-

Hermione: Porque trabajo aquí desde hace dos años y créame, nadie había hablado tanto de otra persona como lo hacen aquí de usted. -respondió con desagrado-

-Gaspar intentó analizar todo eso, empezaba a pensar que ella podría ser la persona que hiciera la diferencia para realmente el querer quedarse en ese lugar-

Hermione: Perdón, no quise decir algo que lo ofendiera y...

Gaspar: Tranquila, no se disculpe. Es solo que... Es la primera vez que alguien me habla sin temor o enojo.

Hermione: Ouh. -proceso aquello- Me alegra ser la primera entonces. -sonrió con timidez-

Gaspar: Felicidades, señorita Granger. -la mujer lo miró- Usted acaba de lograr que quiera venir con entusiasmo mañana.

Hermione: ¿Yo? -preguntó sorprendida-

Gaspar: En efecto, no todos los días se encuentra alguien con quien pueda hablar más de un minuto.

-La mujer castaña asintió aún sorprendida y una vez que el ascensor se volvió a abrir, ambos salieron y empezaron a caminar hacía la salida de ese mismo-

Gaspar: ¿Ya se irá a su casa? -preguntó curioso-

Hermione: No, quedé de verme con mis mejores amigos para almorzar. -sonrió con una mueca-

-Eso lo confundió, y siendo una persona muy curiosa, no pudo evitar preguntar-

Gaspar: Hizo una mueca. ¿Acaso no le agradan sus mejores amigos? -preguntó confundido-

Hermione: No, no es eso. Es solo que dos de ellos son pareja y el otro, el cual era mi ex, también tiene pareja.

Gaspar: Imagino que es la única de su grupo que esta soltera, o no habría puesto ese gesto cuando menciono el almuerzo con ellos.

Hermione: Si. -suspiró rendida- Y no me malentienda, señor. Soy feliz si ellos son felices, pero a veces me siento incómoda o excluida cuando todos empiezan a hablar de temas de pareja, bodas e incluso bebés.

Gaspar: Usted quisiera a alguien para también poder sentir esa emoción.

Hermione: Si, pero lo único que tengo es a un ex compañero de Colegio que me hostiga y me acosa cuando puede.

Gaspar: ¿Qué? -preguntó sorprendido- ¿Quién es? -bufo-

Hermione: Se llama Cormac McLaggen. -suspiró pesada-

Gaspar: ¿Trabaja aquí?

Hermione: Si, es el jefe del Departamento de Seguridad Mágica.

-el peliblanco asintió-

Hermione: Bueno, un gusto hablar con usted, señor. -comentó una vez llegaron a la salida del ministerio- Espero verlo mañana, adiós.

-La mujer se despidió con una sonrisa y Gaspar vio como hizo una desaparición frente a él. Y él solo suspiró-

Gaspar: Cormac McLaggen, espero te guste limpiar la oficinas de los elfos. -murmuró, con una sonrisa retorcida-.






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