C: 15 - ASQUEROSA MUJER

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Ministerio de Magía-

-El ministerio estaba tranquilo hoy. Todos trabajaban con ánimos, o mejor dicho, con una sonrisa fingida cada que pasaba a sus lados. Querer verse bien e intentar hacerse ver los mejores en sus trabajos, para mi era algo que me hacía un poco de gracia y pereza a la vez.

Ahora mismo caminaba por los pasillos del Departamento de Seguridad Mágica. Necesitaba los últimos informes del mes para saber qué era lo que estaba pasando en este lugar y si había algún problema o disgusto sobre las leyes y reglas.

Por eso caminé hasta llegar a la oficina de la nueva jefa de este departamento. Sonreí internamente y toque la puerta tres veces, de inmediato escuché un "pase". Abrí la puerta.

La castaña que estaba sentada detrás de su escritorio y con una hoja en manos me miró sorprendida y sonrió de inmediato-

Hermione: Ministro. ¿Qué hace aquí? ¿Necesita algo? -preguntó amable-

Gaspar: Dígame Gaspar, señorita Granger. -sonreí-

Hermione: Pero estamos en el ministerio.

Gaspar: No importa, se lo ha ganado.

Hermione: Gracias, ministro... disculpe, Gaspar. -sonrió nerviosa- ¿Sucede algo? -preguntó confundida-

Gaspar: Necesito los informes del último mes. ¿Los tiene?

Hermione: Si, pero todavía no los he terminado.

Gaspar: ¿Cómo que todavía no los termina? -pregunté con una ceja alzada- Se supone que son los informes del último mes, o sea, los del mes pasado. Ya pasaron dos semanas. -dije serio-

Hermione: Si, lo sé. Pero Mclaggen claramente no hacía su trabajo y, ¿ve todo ese bonche de carpetas que esta en el fondo?

-Yo asentí-

Hermione: Es todo el trabajo que Mclaggen no hizo y ahora me estoy encargando de hacerlo yo. Ayer terminé un bonche, debió haber visto cuantos habían. -suspiro-

Gaspar: ¿Cuánto tiempo se tarda en terminar una carpeta?

Hermione: No sé, veinte o treinta minutos. Tengo que ordenar las fechas y ver que las cláusulas estén en orden al igual que los sellos y las firmas.

Gaspar: Entiendo... Agarré su varita y con ayuda de ella lleve todos esos bonches a mi oficina.

Hermione: ¿Qué? ¿Por...

Gaspar: La ayudaré a terminar su trabajo.

Hermione: Pero ministro. Usted debe tener más trabajo acumulado, no quisiera robarle su tiempo.

Gaspar: Perderé mi tiempo esperando hasta que ese informe llegue a mis manos, no puedo avanzar si no lo tengo así que no estaría robándome el tiempo, señorita Granger.

Hermione: Bien. -suspiro rendida-

Gaspar: Excelente. Entonces la veo en mi oficina. Iré a espantar a los de recursos de magos y brujas humanos para que me den la evaluación y las estadísticas sobre los magos y brujas civiles en el mundo mágico. Necesito saber cómo favorecer todo aquí.

-Vi como la mujer sonrió con alegría al escucharme decir eso. Era muy rara, pero me agradaba ver que comprendía lo que le decía-

Gaspar: Bien, nos vemos. Si no he llegado, entre sin problemas a mi oficina, mi confianza ya esta en sus manos.

Hermione: Gracias, señor. -sonrió sorprendida-

-Yo asentí y salí cerrando su puerta. Apenas lo hice escuché un pequeño grito ahogado de alegría proveniente del interior de la puerta. Sonreí internamente al saber que estaba feliz.

Aún así caminé pasando por el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas donde al llegar, me detuve un momento para ver sus trabajos. Pero en ese mismo instante, una mujer pelinegra y ojos oscuros se acercó a mi con una sonrisa que conocía muy bien, una sonrisa coqueta. Por Merlín, ¿en serio otra de estas? Que horror.

La mujer sonrió llegando a mi lado y con una carpeta en mano me guiño un ojo-

X: Buenas tardes, ministro. -dijo con una vos chillona- ¿Está aquí para vigilar a los empleados?

Gaspar: Algo así. -dije cortante-

Janet: Soy Janet, Janet Renneger. -sonrió falsamente-

Gaspar: No me importa. -dije dándome la vuelta-

-Pero para mi desgracia, la mujer camino rápido quedando frente a mi una vez más. Rodé los ojos cansado de todo esto, pero miré con enojo a la mujer cuando puso un dedo en mi pecho y me sonrió de esa forma tan horrible que tenía-

Janet: Entiendo, esta en público. Quizá un día de estos, si quiere, puedo ir a su oficina y... ya sabe, darle la bienvenida. -me guiño un ojo-

Gaspar: Aleje su dedo de mi cuerpo. -gruñi-

-La mujer sorprendida y ofendida, saco su dedo de mi pecho-

Janet: Debería dejar de actuar como un hombre malo. -susurro- Es sexy con ese porte, muchas aquí, aunque están aterradas por usted, tampoco son ciegas. Las he escuchado hablar de lo atractivo y sensual que es el nuevo ministro, con ese porte de hombre malo que las vuelve locas. -sonrió- Confieso que soy una de esas.

Gaspar: Que horror. -rodé los ojos-

Janet: ¿Le confieso algo, ministro? -preguntó con ese tono de voz "coqueto"-

-Que de coqueto no tenía nada-

Gaspar: No.

Janet: Decidí empezar a traer solo faldas para que usted pudiera tener una linda vista cada que pase por aquí. Además, también le sería muy práctica y útil si algún día quisiera solicitar mi presencia en su oficina. -sonrió-

Gaspar: Empiece a traer pantalones otra vez entonces, señorita Renneger. -dije cansado-

Janet: Es usted tan malo. -sonrió-

-Vi como llevo sus manos con la carpeta hacía su espalda y dejó caer la misma carpeta al piso-

Janet: Ups, si me disculpa, primer ministro. Debo recoger lo que por accidente se me cayo. -sonrió-

-Y la gota que derramó el vaso fue ver como se giró dándome la espalda y se agachó lentamente mostrando su horrible trasero frente a mi, incluso vi como intento pegarse a mi, pero retrocedí un paso con ganas de darle una patada y aventarla de boca al piso donde pertenece, pero me contuve.

Cuando volvió a recoger su carpeta y se reincorporo frente a mi, me di cuenta de que ahora tenía un botón de su camisa desabotonado dejando ver un poco de su piel.

Rodé los ojos. Estaba a punto de caminar para salir de este departamento y regresar a mi oficina para ayudar a la señorita Granger, pero una vez más la mujer se metió en mi camino-

Gaspar: A menos que quiera una suspensión, le recomiendo que se aparte. -dije harto-

Janet: Lo veo en su oficina en veinte minutos, ministro. Sé que no puede resistir y por eso debe irse. -sonrió- Quizá pueda ayudarlo a terminar algo que quiera iniciar a solas.

Gaspar: Espero por su bien que no llegue.

Janet: Sé que esta solo aquí en Londres. -sonrió- Puedo darle un regalo si gusta. Uno especial, pero primero debo ir al baño... Si quiere puede acompañarme.

Gaspar: Bien, ya estoy harto. -suspire- No se vuelva a acercar así a mi, se lo digo en serio. Es asqueroso verla tratando de llamar mi atención a mitad del pasillo.

Janet: Claro, ministro. Lo entiendo, he sido una chica mala. -me guiño un ojo y se fue-

-Yo la miré frustrado. ¿Qué parte de que se me hace una asquerosa mujer no entendió?-.








INDIFERENTE Y ARROGANTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora