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Ahora mismo estaba en el comedor del instituto. Las horas con la psicóloga aveces se me hacían tan duras que tardaba mucho tiempo en volver a la realidad.

Ahora mismo no paraba de pensar en cómo una pequeña niña que empezó con sus abusos a las 12 años hoy cumplía 19.

Por que si, hoy era mi cumpleaños. Nadie lo sabía, y lo prefería así.

Con los problemas que tuve lo cual me acarrearon un año de ingreso a un psiquiátrico para desintoxicarme perdí un año lectivo en el instituto. Aunque yo nunca fui una buena alumna, sacaba 5 raspados y yo estaba tranquila.

—¿Me estás escuchando Rayle?—Pregunro algo enfadada Lilian.

—¿Que?—Suspiro

—Decía, que hoy podíamos irnos a unas aguas termales que hay a poco más de 1 hora de aquí y que mañana es sábado—Decía mientras limaba sus uñas. Cuando acabo me miro.

—Yo no puedo, lo siento—Volví a mirar mi comida, la cual estaba intacta.

—Las dos sabemos que acabarás diciendo que si por mi insistencia. Asique vamos a hacer que esta Preciosa chica no pierda saliva—Me saco el dedo corazón.

—No me apetece de verdad, quiero irme a casa y descansar.—Suspire y mire a esos ojos azules, los cual tenían encima de ellas unas cejas algo curvadas.

—No has venido a la mañana a clase y llevas todo el día así, perdida en tu mundo—Me miro Lilian seria—¿Que pasa Rayle?—alargo la mano para tocarme la Mía, lo cual no me negué.

—Enseiro estoy bien, ir vosotros y disfrutar. Yo me iré a casa, le decís a la profesora que no me encontraba bien—Dije y acto seguido cogí mis cosas y me dispuse a salir de ahí.

Durante el camino a mi casa pare en un par de establecimientos y entregue mi currículum. Necesitaba buscar trabajo lo antes posible, o sino en apenas 3 meses acabaría viviendo debajo de un puente y comiendo la comida que los demás tirarán.

Al llegar a mi casa, coloqué la bolsa de plástico sobre la encimera y saqué su interior. Dentro había una pequeña magdalena de chocolate, junto a ella una pequeña vela. La saqué de su envoltorio y la coloqué encima. En mi mochila estaba en encendedor asique lo cogí y posteriormente me dispuse a encender la vela.

—Feliz cumpleaños Rayle—Me auto felicite y sople la vela sin antes no haber pedido un deseo.

Una lagrima resbaló por mi mejilla, 9 años. 9 años en los que ya no estaban a mi lado las personas que más e querido en mi vida. 9 años en los que las lágrimas se apoderaron de mis cumpleaños.

Suspire, limpie con la manga de mi sudadera la lagrima y me senté en el sofá. Coloque una manta sobre mi cuerpo y decidí dormir lo que quedaba de día. Necesitaba que esto acabase ya.

*******

Sentí como mi cuerpo se balanceaba y lentamente abrí los ojos. Grite cuando vi a Nathan a pocos centímetros de mi rostro. Mire a mi alrededor y me di cuenta que los demás estaba aquí también. Dudosa mire a todos y vi como Lilian agitaba unas llaves. Al instante me acorde que deje una copia en su pasa por si alguna vez las perdía.

—Llevas todo el día durmiendo pequeña, tienes que levantarte—Dijo ojos azules acariciando mi cabeza.

—Son las 19:00, es tarde y por lo que veo has estado todo el día durmiendo—Me sonrió cálidamente.

Suspire y volví a esconder mi cabeza debajo de la manda.

—¿Y esto?—Escuche la voy de Lilian—¿Rayle es tu cumpleaños?—Escuche como gritaba.

Como se sigue viviendo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora