Punto y coma ;Yoonmin/editando

Silencio.

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Ahí estaban los dos, sentados en la cafetería, uno frente al otro, sintiéndose extraños dentro del mismo espacio, como si no se reconocieran en lo absoluto, tan cerca, podrían rosar sus manos si quisiesen, pero el ambiente se notaba frío, tan desolado, estaban perdidos.

Jimin se veía más delgado, las ojeras bajo sus ojos eran enormes, incluso parecía respirar más despacio, el pálido temía que se desmayase ahí mismo, se apreciaba tan frágil.

Yoongi en cambio, se veía igual que siempre, tal vez el único dato a destacar, era el poco crecimiento de su barba mal cuidaba, pero seguía viéndose tan malditamente atractivo, y el pelinaranja quiso golpearlo por ello, el mayor no solo mallugo su corazón, hizo estragos en su apariencia física, y el estaba como si nada, bebiendo tranquilamente el líquido azabache de su taza.

--¿No dirás nada?—Jimin metió sus manos en la enorme sudadera que traía, intentando desparecer de ese lugar.

--¿Qué quieres que te diga Jimin?—El pálido estaba muriendo de los nervios, pero buscaba mantener la compostura, no permitiendo a sus emociones liderar la situación.

Jimin bufo, para nada sorprendido.

--No hemos hablado en tres meses Yoongi, ¿y no tienes nada que decir?

Yoon se rasco detrás de la oreja un tanto incómodo, no entendía la actitud de más pequeño, el solo le había dado el espacio que necesitaba, no entendía porque se enojaba, incluso él mismo, pudo disfrutar de su tiempo a solas.

--Ni siquiera un ¡Ho Jimin, te extrañe tanto! ¿Podrías acaso perdonarme?—Jimin soltó una pequeña risa ronca, demasiado exasperado—¿De verdad no se te ocurrió?, ¿Qué tal vez, la habías cagado?, ¿Qué lo habías arruinado d-de nuevo?

Un diminuto brillo adornaba la mirada de su chico, solo quería tomarlo de las mejillas y consolarle, hacerle saber que sí, efectivamente le extraño, pero que no sabía como expresarse sin sentirse horriblemente expuesto.

--¿Lo siento, ¿sí? Es solo que... han pasado tantas cosas, yo ya no sé cómo estar contigo Minnie—Yoon respiro profundo y cruzo sus manos sobre la mesa, dejando su bebida de lado—Un día estas triste, luego te enojas por cosas que no tengo bien en claro... sabes que me encanta que seas cariñoso, pero me presionas mucho, no todo en mi vida eres tú.

Jimin asintió lentamente, sacando la cartera y pagando el mísero jugo de arándanos que ni siquiera había tocado.

Y se le quedo mirando, admiro al chico del que estaba enamorado, tallando sus rasgos en la memoria, y sonriendo mínimamente, porque ni siquiera sabía la razón de su enamoramiento, ¿qué había entre ellos?, a demás de la intensidad de las peleas, ¿dónde estaba la intensidad de ese par de corazones que latían a muerte el uno por el otro?

No lo sabía.

Y ya no quería saberlo, no en ese momento.

Dios, tenía tanto sueño.

--Supongo que ese es el problema, mi amor, tú eres mi vida entera, y yo solo soy otra parte de tu historia rota.

Jimin sonrió mínimamente y se levantó, salió corriendo del local escuchando los gritos de Yoongi.

No le servía de nada que le llamara, cuando momentos antes le pidió que le dijera algo, solo necesitaba eso, un pequeño empujoncito más, que le recordara el porque luchaba por mantenerse a su lado, la sensación de ser abrazado por las noches no podía ser suficiente, ¿verdad?

No paro de correr hasta que el día se convirtió en la inalcanzable noche, y entonces paro, respiro agitadamente, y tomo un taxi hasta la dirección que sabía, pertenecía a Jungkook.

Estaba a punto de tocar el timbre, pero un mensaje llego a su celular.

Yoongi

Hola...

Inmediatamente apago su dispositivo, no podía respirar adecuadamente.

Minutos después, toco finalmente y la puerta se abrió, el azabache mirándole curioso.

--¿Mimi?—Jungkook giro su cabeza hacia un lado, como un sabueso, intrigado por la presencia de su amigo.

--¿Pollo y cerveza?

Ambos chocaron sus palmas y entraron a la pequeña casa de una planta.

Jimin sonrió.