Pequeño.

41 2 0
                                    

--¿Y cómo estuviste esta semana Jimin?

Siento como la doctora me examina, a puesto que puede ver a través de mi alma cada cosa que acongoja mi corazón, y aún así su presencia se siente tan extraña, como un ajeno chismoso que busca revelar mis recónditos secretos, pero en efecto, ese es su trabajo, hacerme hablar.

--Bien, supongo. —Llevo la mano a mi espalda, percibo en mi piel pequeñas costras que me han salido a causa de rascarme todo el tiempo, lo ignoro y sigo tallando sobre estas.

--¿Supones?, ¿Cómo van las cosas con tu padre? la semana pasada hablamos sobre tu novio, necesito que toquemos los demás aspectos que te generan la ansiedad. — Habla tranquila, su tono de voz es bajo, trata de llevarme a un estado de calma.

Ha dado en el clavo de la situación, es como si ya supiera desde un inicio lo que yo estaba pensando, o tal vez es que yo soy muy obvio.

--Ayer fue a mi casa, me reprimió por bajar mis ultimas calificaciones en administración.

--¿Y tu como te sentiste con ello?

--Enojado – Suelto un bufido, nada de la situación podría parecerme mínimamente bien-- me he estado esforzando, pero no parece que eso le importe, ni siquiera un poco, me encantaría poder hablar con él sobre otros temas que no sean de escuela.

Ella asiente y tarda unos momentos, no tengo ni la menor idea de lo que sea que escriba en su libreta, pero se que es sobre mi y eso aumenta mi curiosidad por saber que clase de bicho raro soy para ella.

El sonido del esfero al rayar el papel me estremece, escribe una y otra vez, cambia de renglón, acomoda sus lentes, suspira, se detiene un momento para aclarar sus ideas y regresa con su incesante escritura.

Me insisto una y otra vez en que debo relajarme, pero es imposible cuando me siento así de expuesto, no es algo grato, y a pesar de que me ayude a pensar mejor con lo que ocurre en mi vida, el sentimiento de frialdad y desesperación cada que visito estas cuatro paredes del consultorio no se van.

--¿Y no has pensado en tu mismo visitar a tus padres o invitarlos a cenar para charlar?

--Créame, lo he intentado, pero siempre es lo mismo, mi papá resaltando errores míos, mi mamá buscando calmar las aguas y yo llorando porque soy un sensible de mierda.

--¿Crees que esta mal llorar por que tu padre te diga cosas hirientes?

--No, creo que está mal el hecho de que ya soy mayor de edad y he vivido desde que nací con eso, y aún no soy capaz de acostumbrarme a su exigencia y rechazo, que sus palabras me sigan afectando y no me defienda.

--Como tu dices, eres mayor de edad, puedes ser independiente, y eres un chico con mil capacidades, ¿Por qué no te defiendes?

Yo suelto una risa amarga, como si eso fuera posible, que las cosas fueran tan fáciles como para solo tener que decir "no me gusta que hagas esto" y por obra de magia todos en el planeta que la cagan una y otra vez cambiaran, el mundo nunca ha funcionado así, ni lo hará.

--Por que es mi padre, y de él depende que yo pueda pagar la carrera de danza que es una de las más caras, claro, sin contar que es familia, podrá ser un hijo de puta, pero hay peores.

--Entonces que es lo que buscas Jimin, por lo que veo tienes todo bastante claro, ¿que deseas hacer?—Me mira a los ojos, me estimula a yo mismo encontrar la solución a mis problemas, pero frente a mí se muestra un desierto carente de agua.

--No lo sé..., yo también me lo pregunto, quiero presentarme en el Royal Opera de Londres, tal vez expandirme con mi arte, dejar la carrera de administración, tal vez casarme, tener hijos y si la suerte esta de mi lado, morir siendo un viejo afortunado.

Sonrió ante la visión de un Jimin en la cima, rodeado de reflectores, tal vez Yoongi esperándome tras bambalinas con un ramo de tulipanes blancos y esa sonrisa de encías rosadas, mis padres alegres de ver a su hijo triunfando, y dejando un legado, todo eso parece tan lejano, una vista enorme de un paraíso sin destino, ¿Qué puedo hacer yo? Solo soy un chico que depende económicamente de un viejo amargado, ni siquiera puedo decir que soy lo suficientemente bueno, me pueden ver igual que al resto, sí, sin duda sería un sueño lograr todo aquello sin presiones o miradas de asco.

Mi psicóloga termina por avisarme que la sesión ha excedido el tiempo y debo irme, me ha dejado más confuso en comparación a como llegue, incluso mi estado es más deprimente, quiero llegar a casa de Yoongi, tumbarme encima de él y esperar a que una de sus bromas mal planeadas me quite el sabor amargo que se ha instalado en mi lengua, mi cuerpo se agota con cada paso que doy, juro que traigo piedras en los zapatos, me atan a la tierra y su contaminación que me envuelve.

--Hey, pensé que nos veríamos mañana, ¿paso algo?

Ahí está, me he acostumbrado tanto a él.

--Te extrañaba.

--No tengo nada que hacer, así que podemos salir bebé. —Dice una vez que hemos entrado, mis zapatos se ven más pequeños al lado de los suyos en la entrada.

--No... prefiero quedarme aquí.

--En ese caso, ven sígueme. —Me hace una seña con el dedo, me despojo del suéter de lana delgado que traía conmigo, lo dejo desperdigado sobre el sofá y voy a su encuentro hasta el miniestudio improvisado que se ha montado en una de las habitaciones.

--He estado editando la canción, ¿recuerdas que me ayudaste hace unos días?

--Pensé que era un desperdicio.

--¿Qué dices? Cariño, te he dicho que tienes una voz preciosa, ahora ven, quiero que escuches y me des tu opinión.

Me siento sobre sus piernas, el presiona algunos botones y enchufa un par de claves que no logro descifrar para que sirven concretamente, después de un minuto coloca los casquillos sobre mis oídos, y una melodía bastante animada resuena.

Mírame ahora por favor.

Puedes elegir y escogerme.

Escoge tu filtro.

Aplícame dentro de tu corazón.

Seré lo que quieras.

Voy a abrazarte como lo hice en mi sueño.

Frases al azar me resultan familiares, podría identificarme, podría tirarme a llorar en este instante por sentirme una marioneta de la vida, pero evito el alboroto.

--¿Y? ¿te gusto pequeño?

Mi chico se ve emocionado, y no podría darle una negativa.

--Es perfecta, ¿cómo lo editaste en tan poco tiempo?

El sonríe apenado y aclara su garganta.

--Puede que no haya dormido ayer... ni antier.

--Min Yoongi, te he dicho que no debes ser un adicto al trabajo, colapsaras como el otro día y no iré a recoger tu trasero inmundo al hospital.

--¡Pero solo fue una vez! —Alza la voz haciendo énfasis a su premisa.

--Me importa una mierda, me tendrás como niñera, debes dormir mi amor. –Lo tomo de la mano acariciando levemente, su piel es tan suave.

--Bueno, bueno, ¿pero enserio crees que esta bien la canción? Tal vez un par de arreglos al ritmo base le quedará mejor.

--Es perfecta cariño.

Sonrío y acerco mis labios a los suyos, el hace mi boca de su propiedad y suspiro de puro gusto, lo necesitaba, es tan bueno, como volar en una nube esponjosa de incredulidad, soy un infante inocente a su lado, espero sepa cuidarme, podría perderme fácilmente.   



Punto y coma ;Yoonmin/editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora