Mensaje.

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A penas eran las cuatro de la tarde, la tormenta seguía y seguía, no parecía querer apaciguarse, estaba siendo tan desastrosa como los sentimientos de Jimin en ese instante, pero se sentía cómodo, como si todo el bullicio que causaban las gotas al caer, pudiera esconder su corazón lastimado, tapando las heridas, gota por gota.

Con Jungkook se dirigían hasta su casa, al parecer la lluvia causo un apagón en el sector donde vivía el menor, y ambos con carcajadas sueltas decidieron partir llevando un par de cervezas consigo y el pollo frito que ya habían encargado.

El automóvil del pelinegro olía a sándalo y se mantenía tibio gracias a la calefacción, lo que Minnie estaba agradeciendo eternamente, ya que después del micro maratón que tuvo, sus músculos iban destensándose poco a poco, había un silencio ligero entre ellos dos, una cálida voz se escuchaba por la radio, meciéndole en el pequeño espacio, y a pesar del cansancio que traía consigo, no podía cerrar los ojos, pensando en todo y en nada a la vez.

Extrañar a Yoongi se había sentido como pequeñas puñaladas diarias, había construido su pequeña vida junto a él, sentía su presencia en todos lados. Pero había una parte de sí que se alegraba de todavía tener ganas de hacer explotar al mundo, porque eso significaba, que su corazón todavía latía completamente y de manera sincera por el rubio, se sentía feliz consigo mismo, al menos pudo ser honesto con sus sentimientos, y eso le quitaba un peso de encima.

Había intentado resolver las cosas con Yoon, buscar las respuestas a todas las incógnitas, se esforzó, pero la relación era de los dos, y no podía cambiar nada si Yoongi no tenía la capacidad de mirar lo jodido que estaba todo.

También tenía en cuenta que no era culpa de su mayor, entendía que los problemas que tenía le rebasaban, y aunque le doliera que eso se interpusiera entre ellos dos, sabía que el futuro era totalmente incierto, y que, si su momento no era este, habría toda una vida para juntarlos de nuevo.

Con una nueva actitud, se sentó recto en el asiento, y puso su mejor cara, esa noche se divertiría, le daría por culo al mundo, aunque sea solo por ese día.

--¿Podrías buscar una película mientras?, quisiera darme un baño, vengo todo sudado—Jimin rasco su nuca con nerviosismo, no había tomado en cuenta su apariencia física, seguro se veía como la mierda.

--Vale, pero no tardes, o me comeré todo el pollo yo solo—Jungkook dejo su chaqueta en el perchero cerca de la entrada y le dio una mirada desaprobatoria a modo de juego.

El mayor dio un par de asentimientos rápidos con la cabeza y corrió escaleras arriba, se desvistió en un santiamén y no perdió el tiempo, sabía que el pelinegro lo decía a modo de juego, pero también sabía que, si alguien podía comerse una caja enorme repleta de piezas de pollo en menos de veinte minutos, ese era Jungkook.

Una vez limpio, se calzó un conjunto de pans gris que era bastante cómodo y calientito.

Los dos amigos disfrutaban de la cena mientras veían siempre el mismo día, Jimin seguía pensando ignorar el final, todo estaba perfecto hasta ese punto.

--Jimin-haa—Jungkook se reía fuertemente de la cara de enojo que traía el pelinaranja.

--¡¿Por qué diablos tuvo que morir?! ¡fue super tétrico!

Jimin comenzó a reírse igualmente, pero seguía indignado, sin duda sería su mayor trauma cinematográfico.

Una pequeña alarma perteneciente al portátil sonó interrupiendo su pequeño berrinche.

Con curiosidad Jimin tomó el dispositivo y dio clic a la notificación que destellaba en su barra de entrada.

Se trataba de un e-mail, así que, sin más, lo abrió.

Y cuando terminó de leer, el planeta pareció dejar de moverse.

Jungkook creyó que su amigo moriría de lo pálido que se había puesto de un momento a otro.

--J-jimin?—Jungkook lo sacudió un poco temeroso, con intriga se acercó a leer lo que había dejado al mayor en shook.

La escuela de danza internacional contemporánea de París, tiene la satisfacción de anunciarle que ha sido candidato para obtener la beca con el arancel 100% cubierto, para que siga su formación artística dentro de nuestra compañía, esperamos con ansias su respuesta, de aceptar la propuesta tendría que viajar dentro de un plazo de un mes para ocupar su lugar en la academia.

Atentamente, la dirección ejecutiva del departamento artístico de Francia.

--M-me aceptaron...—Jimin tenía sus ojos abiertos de par en par, sin poder creérselo.

La beca completa significaba que solo tendría que trabajar para cubrir sus gastos personales, no tendría que rendirle cuentas a su padre, podía dejar la otra carrera y mandar todo a la mierda, estudiaría lo que tanto amaba, dios... París sonaba como un sueño.

Park Jimin, no eras un fracasado después de todo.

--¡Minnie!—Jungkook reía eufórico mientras cargaba al de menor tamaño y le daba vueltas en el aire.

Jimin lloraba, sentía tanto alivio y felicidad, todo su trabajo, su esfuerzo, las noches sin dormir por ensayos, el dolor muscular, cada sufrimiento había valido toda la maldita pena.

Dejaría todo atrás, nada lo detendría, no ahora, pondría sus sueños en primera fila, y seguiría dándolo todo.

Porque era lo único que sabía ser, podía tener talento, sin embargo, eso no bastaba, trabajaría arduamente, nadie tendría la dicha de manchar su nombre. Era el inicio, forjaría su camino.

Y cuando volvieran a verlo de cara, el podría sonreírles con el éxito manchando su dentadura.

No volvería a necesitar de nadie para sobrevivir. 

Punto y coma ;Yoonmin/editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora