cap 15

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—¡Más!—Grito Soo cuando sintió a Jongin enterrado hasta las pelotas, luchando contra el agarre de las manos grandes que lo sostenían por las caderas trato de moverse.

— ¡Muévete… ahora!—.

Jongin sonrió sin soltarlas caderas de su cachorro mandón. — ¡Olvidas quién es el alfa!— jadeo tratando de mantener el control hasta asegurarse de que no dañaría a su compañero de juegos, lo quería en buen estado para su mañana de follón.

— ¡Muévete de una puta vez!— Mostro los colmillos Soo, la pantera furiosa gruñía desde lo profundo del pecho tratando
de liberarse.

Jongin salió de la entrada apretada apenas lo suficiente para entrar hasta el fondo de su Soo, el felino gruño complacido, los ojos verdes adquirieron un tono gatuno, los
delgados colmillos emergieron en la boca.

La pantera quería jugar también, eso le dio confianza a Jongin, su gatito iba a poder cambiar de nuevo, de eso su lobo se encargaría. 

—Se siente tan bueno— ronroneo Soo pasando las manos por la espalda solida de su amante—te deseo tanto—.

El lobo cubrió con su cuerpo la figura más pequeña de su amante, tomando la boca de cereza lo penetro con la lengua al mismo ritmo que su pene violaba la entrada apretada.

Las piernas esbeltas de Soo se enredaron en la cadera de Jongin luchando para que la penetración fuera más profunda.

Una delgada capa de sudor cubría los cuerpos de los amantes que se retorcían entre las mantas de seda de la cama
del alfa.

El contraste de la piel bronceada como el trigo de Jongin con la suave textura del caramelo de Soo los convertía en dos piezas de un todo que encajaban a la perfección.

El largo cabello negro ensortijado de Soo estaba esparcido por sobre la almohada mientras Jongin mecía el cuerpo con cada embestida de sus caderas.

Las garras del felino se alargaron hasta clavarse en la piel de los hombros de Jongin, delgados hilos de sangre corrían por
la espalda y el dorso del hombre más grande.

Los colmillos filosos de Soo se clavaron en la clavícula de Jongin mientras este lo mordía a la vez a su amante.

Chorro tras chorro de semen acompañado con gruñidos marcaron un largo orgasmo entre los dos hombres.

Suerte que Jongin siempre le había encontrado atractivo a una jodida ruda, porque la pantera dentro de Soo quería dejarle claro al alfa que bien podía haberlo perdonado la parte humana, pero que la
pantera tenía que ser convencida aún.

El lobo miro a través de los ojos de Jongin a la pantera que vigilaba tras los ojos verdes de Soo, con una lamida en la boquita entreabierta de su amante le pidió perdón al animal que vivía en su interior en un gesto que demostraba sumisión.

La pantera gruño levemente antes de que Soo cayera dormido sobre la almohada.

El lobo aún atrapado por el nudo dentro del
culo de su amante, se quedo allí observando la belleza del cachorro, jurándose a sí mismo que no cometería el mismo error
dos veces, confiarían en él hasta las últimas consecuencias.

Soo se estiro, un delicioso olor a huevos revueltos y café sedujeron su sentido del olfato, pero estaba demasiado cansado para abrir los ojos.

— ¡Vamos, gatito dormilón! — Escucho la voz conocida de JongIn, se oía tan lejana que no valía la pena despertarse.

A ciegas tomo la manta y se enrollo en ella de pies a cabeza, era demasiado temprano para salir de la cama.

—Ya voy abue— se quejó entre dientes Soo al sentir como alguien halaba la tela tratando de sacarlo de su cálido nidito — solo déjame un ratito más, te juro que no llego tarde a la escuela—. Jongin sonrió con ternura, había sido educado desde muy pequeño teniendo claro que se esperaba de él, Seojun había tratado de mantener su humanidad entera, hasta ahora había pensado que nada haría que su duro corazón temblara, que equivocado estaba.

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