cap 13

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— ¿Cómo esta?— El alfa fue el primero en notar la presencia del médico que los observaba silencioso desde la puerta.

Poniéndose de pie se preparo para lo que viniera.

Sehun se tomo su tiempo, caminando llego hasta el sillón pequeño que estaba frente a donde todavía estaba sentada Seojun.

Jongin imito al médico sentándose, esperando a que el hombre se decidiera a hablar.

El médico tomo aire y lo soltó lentamente, la casona estaba en total silencio, como si también estuviera a la expectativa—Si no fueras mi amigo— hablo Sehun mientras se pasaba los dedos por los mechones de cabello rubio—llamaría ahora mismo al Sagrado Consejo de Cambiaformas para pedir que aparten de ti a el felino.

La reacción fue tal y como imagino.

Jongin se puso de pie, las manos apretadas en puños a sus costados— ¿De qué demonios hablas?

Seojun se puso de pie también, poniendo una de sus delicadas manos en el hombro del alfa, lo hizo sentarse otra vez.—Escucha que tiene que decir— lo tranquilizo dándole, una sonrisa comprensiva al doctor—si él no fuera tu amigo habría llamado de inmediato. Soo se ve muy mal, y no necesito ser médico para saberlo. Si no tiene heridas físicas, y no es una hembra embarazada, solo existe una posibilidad…

El rostro de Jongin se torno pálido, sus siempre inquisitivos ojos dorados se veían como dos espejos de agua— ¿Qué tiene
y por qué piensas que es mi culpa?— La pregunta salió de sus labios, sus mandíbulas le dolían por la tensión.

—Por lo general no debería decirte nada si el paciente no me lo autoriza, pero creo que le haré un favor si te hablo con la verdad— Haciendo una pausa Sehun miro de Seojun a Jongin estudiando sus reacciones— lo primero que el chico me dijo, es que no puede cambiar.

—Imposible— aclaro Jongin— ha cambiado por lo menos tres veces desde que está aquí, la última vez hasta se atrevió a atacarme.

— ¿Cuándo fue eso?— Pregunto Sehun empezando a pensar que las cosas estaban peor de lo que imaginaba.

—La noche pasada— se encogió de hombros el alfa— después de nuestro acoplamiento lo deje dormido. Iba a tomar una siesta con él cuando una amiga me envió un mensaje al celular, recordándome una promesa que le había hecho, y ya que Soo no despertaría hasta entrada la noche, decidí salir por el resto de la tarde— Apartando un mechón de cabello rubio que se le había escapado de la coleta en que lo ataba, continuo—cuando llegue, al verme entrar rompió un vaso y se lastimo la mano, quise revisar y se me aparto enfadado. Dejándome hablando solo salió de la cocina.

El doctor le dedico una sonrisa triste, conocía demasiado a su antiguo amigo para no saber que eso era algo que nunca
permitiría— ¿Y lo seguiste?—.

— ¡Si!—Bajo la vista el alfa, era difícil para él que alguien, además de Seojun, supiera lo mucho que le dolía todo el episodio— Lo encontré llorando en el jardín, le pregunte qué pasaba y no me quiso explicar, pero lo convencí de que se dejara abrazar. Hasta allí todo parecía ir bien, sin dar más largas te diré que cambio, y me ataco en su forma de pantera.

Un mal presentimiento hizo que el corazón de Sehun se encogiera, el rumbo de la conversación llevaba a un punto peligroso

— ¿Y qué hiciste?— Pregunto sabiendo la respuesta.

—Lo que se supone debía hacer—desviando la vista se centro en la manera en que la brisa nocturna mecía la tela de las cortinas, como si el peso del mundo estuviera sobre sus hombros, suspiro cansado—me defendí de los zarpazos del mocoso malcriado, hasta que llegaron los centinelas que custodiaban la casona. Sabes que ante la ley de la manada eso era un desafío con todas las de ley, así que tuve que actuar en consecuencia.

La hermosa cara de Seojun se contrajo por el enojo— ¿Cómo puedes ser tan imbécil?— Jongin la miró como si se tratara de una extraterrestre

— ¿Qué?… ¡Conoces la ley de las manadas!... Si eres desafiado debes responder en consecuencia… Soy el alfa.

— ¡Cálmense los dos!— Se puso de pie Sehun mostrando las palmas de las manos pidiendo paz— Por ahora solo me interesa
entender qué demonios está pasando— dirigiéndose a Jongin, agrego— mejor termina de decirme que diablos pasó.

El alfa se puso de pie, pasándose las manos grandes por la cara trato de poner en orden sus recuerdos—en un desafío solo hay dos opciones, ganar o perder y si ganas puedes hacer dos cosas con el desafiante, matarlo o…

—Humillarlo— termino la frase Sehun — ¡Demonios, hombre!... Tú sí que sabes acabar hasta el cuello de mierda—.

Seojun camino hasta la puerta de la sala— voy a preparar algo de café y una sopa para Soo. Si no me voy ahora tendré que patearte el culo hasta que de contigo en la autopista principal.

Ambos hombres conocían lo suficiente a la loba parasaber que podía ser terca, de lengua filosa como navaja, pero jamás maldecía o usaba vocabulario soez. Sus palabras solo demostraban que estaba a punto de cumplir su amenaza.

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