El Beta y su hija estaban sentados como si estuvieran en el salón de su propia casa, conversando amenamente.
Apenas entraron Jongin y su compañero, los visitantes se pusieron de pie.
El hombre mayor con el ceño arrugado al ver al felino, mientras Krystal mostraba una sonrisa cálida, la que a Soo no le paso por alto que era más falsa que un domingo después de martes.
— ¿A qué debo la visita?— El alfa no era para nada diplomático, trataba de ser amable, aunque las miradas de reojo que le dedicaba a Soo dejaban claro que prefería
estar arriba en el dormitorio atendiendo a su pareja que haciendo vida social con los miembros de la manada.— Necesito que hablemos algunos asuntos de la manada antes de reunirnos con los demás miembros—, hablo el Beta, con esa arrogancia que a Soo le estaba comenzando
a erizar los bellos de la nuca.Jongin arrugo el ceño, a él no le gustaba la manera en que Wook prefería manejar los asuntos, tenía la manía de querer arreglar todo a espaldas de los demás.
El alfa era más del tipo de hablar de frente y de patear culos sin mucho reparo, eso, si es que era necesario.
Antes de que JongIn pudiera responder Krystal se adelanto — Y yo conoceré mejor a este lindo gatito—, le dedico una sonrisa empalagosa a Soo— espero que él y yo seamos tan buenos amigos como tú y yo lo somos—. A Soo no le paso por alto el guiño coqueto que la rubia idiota le dedico a su
compañero.Eso y el olor de la mujer ya lo tenía parado de uñas, su felino gruño molesto exigiendo su revancha, esa mujer era la famosa amiga sufriente.
Podría ser que Jongin se creyera el
cuento de la loba, pero Sol estaba seguro que había más de lo que parecía detrás de esos dos kilos de cabello rubio perfectamente bien peinado.— Entonces quédense ustedes dos juntos—, hablo el alfa mirando a su pareja— es bueno que comiences a hacer amigos—.
La rubia idiota le dio una sonrisa que quiso parecer radiante, para Soo fue casi una mueca.
Un escalofrió de repulsión recorrió su piel, esa mujer le llamaba a su lado más oscuro, uno que no sabía que tenía.
Gracias a Dios que Seojun entro con un charola con cerveza y te frio, porque él estaba a punto de caer sobre la hembra entrometida y mostrarle que no era un lindo cachorro al que se le puede robar a su hombre en plena cara.
Una mano grande se poso en su espalda, acariciando en pequeños círculos— ¡Cálmate, cachorro!— La voz del alfa
susurro en su oreja, tan bajo que solo el felino podía escucharlo— eres el único al que deseo, el único cuerpo que quiero retorciéndose de placer debajo de mí es el tuyo—. Tan de sorpresa como se acerco, el alfa se retiro a sus asuntos con el Beta al estudio, dejando a Soo con la perra
roba compañeros.Seojun vigilaba desde la entrada de la sala,
en una mirada le dijo a Soo que si quería ser la pareja del alfa, debía demostrarlo.El felino levanto la cabeza y acepto el
reto, no dejaría que lo pisotearan en su propia casa, antes dejaría de ser el noveno hijo de su padre.Sil se sentó, recordando la buena educación que le había dado la abuela decidió ser un buen anfitrión. — Sirviendo el té frio en un vaso con hielo se lo paso a Krystal que estaba en el sofá frente a él.— Si desea algo más no dude en hacérmelo saber—.
Apenas Seojun salió de la sala, Krystal mostro su verdadera cara, con una sonrisa helada le dedico una mirada de esas que
se le dedican al pescado en mal estado en la hielera. —Así que tu eres la putita que recogió en el bosque en una noche de
luna—soltó el comentario la loba.