Soo ya para ese momento no le cabía ninguna duda de acerca de quién era su alfa, su amante y pareja de vida.
La pantera comenzó a ronronear cuando la mano grande del alfa viajo de sus tetillas, acariciando en círculos concéntricos su vientre, llegando a rosar la cabeza del pene sin tocarlo realmente.
—Apiádate de mí— le suplico Soo no por primera vez.
Las manos y la boca del hombre eran fuente de placer y dolor, todo su cuerpo se arqueaba buscando alivio, alivio que el alfa le negaba.
—Tu piel es tan suave—, la lengua del hombre lo lamia despacio llegando a su ombligo— sabes tan dulce que voy a comerte—.
— ¡Hazlo de una maldita vez! — Exigió Soo retirando las manos de la parte de arriba de la cabeza, sosteniendo los hombros anchos de su hombre.
Jongin sonrió ante el tono mandón del felino, los ojos verdes eran ahora dos ranuras desde donde la pantera observaba a su alfa.
El lobo no se dejo amedrentar, tomando de las muñecas a Soo las volvió a colocar sobre su cabeza, apresándolas con una sola de sus manos las mantuvo allí sobre la cama. — Mi pequeño malcriado— sentencio — es hora de que aprendas a confiar en mí—.
La boca depredadora siguió el camino que había abandonado, jugó con el ombligo un rato, luego comenzó su viaje en descenso.
Soo arqueo su cuerpo exigiendo más contacto, pero el lobo sádico solo sonrió al ver el apuro del cachorro.
Tomándose su tiempo roso con su mejilla la carne dura como acero que estaba envuelta en seda. Sacando la lengua tomo la gota de líquido que lloraba del pene de su pareja— ¡Tan bueno! —
susurro introduciendo el duro miembro hasta la base en su boca.— ¡Ahhh! —el grito de Soo se escucho en la calma de la madrugada.
El lobo dentro de Jongin gruño complacido, desde el acoplamiento hacer feliz a su pareja se había convertido en prioridad.
Con el pene en su boca, comenzó a succionar mientras la mano libre, la que no sostenía las muñecas de Soo sobre su cabeza, se posiciono en el culo redondo y firme.
— ¡Más… más… más! — logro balbucear el felino— ¡Te amo!... ¡Te amo tanto!— Jongin tomo las palabras de su pareja como un aliciente
para poner las cosas más interesantes.Sin descuidar el cuidado del pene que no dejaba de emanar líquido pre eyaculatorio, comenzó a explorar la intima entrada con un dedo.
El cuerpo de Soo se tensiono, un espasmo lo recorrió y la boca de Jongin fue llenada con semen, el cual trago con avidez.
— Sabía que sabrías tan bien como te ves— se levanto de entre las piernas abiertas de Soo, las cuales caían a ambos lados sin ninguna fuerza.
La sonrisa saciada del hombre más joven le dejo claro que había hecho un buen trabajo.
Bajando hasta la boca de Soo, Jongin le entrego su corazón en un beso.
Soo abrazo al hombre que sobre él lo cubría protegiéndolo del mundo exterior— Nadie va a volver a lastimarte—, anuncio Jongin — daría mi vida por la tuya sin pensarlo dos veces—.
El felino sonrió, abrazando al lobo con las piernas y los brazos trato de mantenerlo cerca de él.
El miedo de perderlo era algo tan real como la sangre que recorría sus venas —tenía miedo de no volverte a ver, pensé que no te molestarías en ir a buscar a una pareja tan problemática—.
—Mi pequeño tonto—, beso la punta de la nariz
respingona— el único que puede alejarme de tu lado eres tú. Y ni siquiera puedo garantizar que renuncie a ti ni aunque me lo pidas—.