✨Estoy jodido✨

43 9 4
                                    

Después de esas fuertes declaraciones nos preparamos para irnos a dormir. Yo me puse mi pijama de verano: un conjunto negro en la parte de arriba y con cuadros en la parte de abajo. Puede que fuera algo sugerente.

Él se trajo uno sencillo de color gris oscuro, casi negro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Él se trajo uno sencillo de color gris oscuro, casi negro.

Él se trajo uno sencillo de color gris oscuro, casi negro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Wow princesa, tu pijama es... -se mordió el labio mientras me miraba- ¿Estás intentando provocarme, enana? -me agarró de la cintura

-No, pero me alegro que te guste -puse una cara pícara- Tu pijama me recuerda al béisbol, no sé por qué -me reí- pero lo que sí sé es que si te pones nervioso, se va a notar por que la tela es muy fina -miré hacia abajo con picardía

-¿Y qué pasaría si ahora mismo estuviera nervioso? Muy, muy nervioso...

Volví a sentir el mismo calor que hace un rato, puede que incluso más que antes.

Me mordí el labio. En ese momento se me ocurrieron demasiadas cosas.

-Ari...

Levanté la cabeza y no me dio tiempo a reaccionar, ya que me dio un profundo beso cargado de lujuria. Era un beso de estos que te manda corrientes eléctricas por todo el cuerpo, incluso en las zonas más sensibles.

Cuando nos quedamos sin aliento, nos separamos.

-Mmm... -me mordí el labio- creo... creo que deberíamos irnos a dormir

-Ajá... pero primero reconoce que te he puesto nerviosa

-Ni loca -le sonreí -Buenas noches -le di un beso

-Dios, Ari, juro que me vas a volver loco -me reí- Buenas noches, preciosa

***

Al día siguiente me sentía rara. Me dolían las piernas y la tripa. Un momento...

Me levanté corriendo y me dirigí al baño. Ya dentro, cerré la puerta, pero escuché cómo Daniel se levantó también. Escuché su voz al otro lado de la puerta.

-Enana, ¿estás bien?

-No

-¿Puedo pasar?

Lo que la amistad escondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora