~#1 Bilogía "Escondidos"~
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Ariadna es una chica de 18 años, bastante atractiva (aunque ella no lo crea) y muy enamoradiza de personajes ficticios.
Daniel es un chico de la misma edad, del gr...
Pasado el cumpleaños de Dani, pasaron las semanas hasta que llegó el 10 de septiembre.
Ese día comenzaban las clases del nuevo curso. Qué nervios.
Me levanté y vi a Dani dormido, super tierno como siempre, con Canela al lado.
-Amor...
-Enana, déjame dormir -se dio la vuelta
-Tenemos que llegar pronto, levántate
-No
-Dani... -empecé a sacudirle un poco
-No
Solo me quedaba una cosa por hacer. Solía funcionar cuando lo hacía...
Me bajé de la cama de arriba, me senté encima suya y empecé a darle besos lentos por toda la cara y el cuello.
Cuando noté que tenía la respiración agitada le mordí. Abrió los ojos de golpe y me miró.
-Auch, enana... -en un movimiento rápido se puso encima de mí- Te vas a arrepentir de haber hecho eso
Sonreí. Me encanta cuando saca su lado dominante. Llamadme masoquista pero es lo que hay. Para gustos colores.
Empezó a dar besos muy profundos y lentos en mi cuello y, cuando me acordé de que llegaríamos tarde el primer día, acerqué mis manos a su pecho para alejarle de mí, pero él fue más rápido y atrapó mis dos manos en una de las suyas y las puso por encima de mi cabeza.
-Quieta enana... -lo dijo sin apartarse de mi cuello y con una voz tan ronca que por un momento pensé que me volvería loca
-Va... vamos a llegar tarde -empecé a tartamudear
Mierda, Ari, contrólate
Justo antes de parar de darme besos mordió un poco mi cuello.
Fuck, seguro me ha dejado marca.
-Listo. Estamos en paz -se separó de mí con una sonrisa triunfal
Me quedé ahí tumbada, intentando calmar mi respiración y con miedo a que una marca amoratada estuviera en mi cuello, mientras Dani me miraba.
-¿Qué pasa? -no paraba de sonreír
-Aún no me acostumbro a que saques tu lado dominante, pero me encanta
-¿A sí? -se acercó de nuevo a mí
Me levanté de golpe y me quedé a su altura. Puse mis manos a ambos lados de su cara y me acerqué a ella hasta quedar a unos milímetros.
-Sí y lo sabes perfectamente -acorté el espacio que quedaba y le di un apasionado beso
-No puede ser que estemos así desde la mañana temprano
-Sí se puede -me separé y empecé a sacar la ropa que me pondría. Dani hizo lo mismo.
Elegí un top negro con escote, unos pantalones vaqueros largos y una chaqueta blanca, porque empezaba a hacer frío por las mañanas, y mis deportivas.
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