✨Deja que te ayude✨

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-¿Qué coño haces tú aquí?

Sebastián. ¿Cómo mierdas sabía dónde vivo?

-Hola, ¿eh?

-Hola ¿cómo sabes dónde vivo?

-Me lo ha dicho Mateo -sonrió malévolamente

Espera ¿qué?

-¿Conoces a mi exnovio?

-Es un amigo de la infancia. ¿Me dejas pasar?

-No

-Venga, no vengo con malas intenciones -levantó las manos en un gesto de inocencia

-He dicho que no

-Bueno, pues he venido hasta aquí para nada. Me voy. Buenas noches, pequeña -me guiñó un ojo

Se dio la vuelta y se fue bajando la calle. Me parecía raro que hubiera sido tan fácil.

Cerré la puerta y me quedé unos minutos con la cabeza apoyada en ella.

Pero de repente escuché un ruido detrás de mí y me asusté. Me giré despacio y me quedé en shock.

-¿Qué cojones haces? Esto es allanamiento de morada

Sebastián había entrado por el patio de mi chalet, saltando el mini muro que lo cercaba.

-Ya, escucha. Quiero hablar contigo -se fue acercando a mí, con una sonrisa que realmente me asustó

-Voy a llamar a la policía -no tenía escapatoria, estaba pegada a la puerta y Sebastián se estaba acercando a mí.

Cuando se acercó lo suficiente como para no poder moverme, intenté abrir la puerta para poder escapar pero me agarró de las manos y se acercó a mi oído.

-He escuchado que tu noviecito te ha puesto los cuernos -me susurró- Yo puedo ser mejor que él

-¡¡Suéltame!!

-Solo quiero que te des cuenta de que soy mejor

-¡¡Que me sueltes!! ¡¡Ayu...!!

Me tapó la boca con la mano y eso ahogó mis gritos.

-Solo quiero hablar -volvió a repetir y sonrió

Aún agarrando mis manos y tapándome la boca, se alejó de la puerta e intentó subir las escaleras. Me intenté resistir y conseguir que me soltara, pero fue inútil.

Cuando me iba a rendir por qué claramente él era más fuerte que yo, llamaron a la puerta de nuevo.

Los dos nos quedamos parados y yo al instante intenté gritar o avisar al que estuviera tras la puerta.

Sebastián me soltó de repente.

-Cómo se te ocurra gritar o hacer algo te juro que te corto la yugular

Vale, eso me dio miedo, así que hice lo que me pidió. Recordé lo que me dijo Dani. Cuando Sebastián no consigue lo que quiere puede ser muy peligroso.

Este fue a abrir la puerta con cuidado pero justo cuando la puerta quedó lo bastante entornada como para que se viera quién estaba fuera, un puño impactó en la cara de Sebastián, haciendo que retrocediera y le sangrara la nariz.

Cuando miré quién le había pegado me quedé en shock pero a la vez no me sorprendió. Me alivió.

El que lo había pegado era Dani. ¿Qué hacía allí otra vez?

-¿Vienes a intentar violarla, cabrón? -Dani se acercó a él y volvió a pegarle un puñetazo que hizo que Sebastián se desorientara y se cayera al suelo

Lo que la amistad escondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora